Es noticia
Colchones "sin fumigar" y fugas de madrugada: el polvorín de las salas de asilo para migrantes del aeropuerto de Barajas
  1. España
  2. Madrid
NI VENTILACIÓN NI LUZ NATURAL

Colchones "sin fumigar" y fugas de madrugada: el polvorín de las salas de asilo para migrantes del aeropuerto de Barajas

Los sindicatos policiales claman contra las condiciones en las que se encuentran las personas varadas. La semana pasada hubo dos fugas y hay denuncias de hacinamiento y chinches. Interior defiende que ha incluido refuerzos

Foto: Estado de una de las estancias y de una de las duchas del centro de migrantes de Barajas. (EC)
Estado de una de las estancias y de una de las duchas del centro de migrantes de Barajas. (EC)

En las dependencias del aeropuerto de Barajas, en uno de los pasillos cercanos a las salas donde aguardan los inmigrantes que solicitan asilo, se pudo ver estas últimas semanas una pila de colchones. Son las colchonetas que emplean las personas que esperan en estas dependencias para descansar. Sin embargo, lo que más llama la atención no es el montón de colchones, sino un pequeño cartel sobre ellos en el que se lee lo siguiente: "Sin fumigar".

Estas dos palabras son la punta del iceberg de la complicada situación que se vive en las salas para migrantes que solicitan asilo en el aeropuerto de Madrid. La semana pasada hubo dos fugas y 26 personas en situación irregular —nueve el jueves y 17 en la madrugada del viernes al sábado— abandonaron rompiendo una ventana y por un techo falso las instalaciones del aeropuerto. A ello se suman las denuncias de los policías, como las del Sindicato Unificado de Policía (SUP), que clama contra la situación de insalubridad que hay en estos lugares. Denuncian el hacinamiento, la presencia de basura por los suelos, chinches y, en definitiva, una situación de saturación para los medios existentes.

Las instalaciones de Aena, en condiciones normales, tienen dos salas para atender a estas personas. Por un lado, está aquella habitación en la que aguardan las personas cuya petición de protección está en estudio; por el otro, hay una segunda estancia para los inadmitidos, aquellos que se estima, tras analizar su caso, que no tienen derecho a ello.

Debido al aluvión de llegadas por esta vía —Interior reconoce un aumento del 37% en estas solicitudes en 2023 con respecto a 2022 y un máximo desde la creación de la Oficina de Asilo (OAR) en 1992—, se tuvo que habilitar una tercera sala, donde están mujeres y niños. Pero, según cuentan fuentes policiales consultadas por El Confidencial, las condiciones allí distan mucho de ser las mejores, en la línea de las denuncias de los sindicatos: "Estamos hablando de que ahora hay 120 o 150 personas donde debería haber 30 o 40".

Foto: Una oficina de solicitantes de asilo en Madrid. (EFE/Luis Ángel Reglero)

La treta que utilizan los migrantes para entrar en España tiene que ver con vuelos internacionales, las escalas y la petición o no de los visados en los aeropuertos de destino. Según las fuentes consultadas, meses atrás, la mayoría de los solicitantes de asilo que llegó a colapsar las estancias de Barajas eran somalíes que se hacían pasar por kenianos para intentar conseguir la protección. Ahora, también hay magrebíes, lo que ha agravado aún más la situación de desborde.

Para lograr entrar en España a través del aeropuerto, los migrantes suben a vuelos que despegan de capitales africanas con destino a otras ciudades latinoamericanas, haciendo escala en Madrid. Es el caso, por ejemplo, de las rutas que conectan Marruecos con Bolivia, según han especificado las fuentes consultadas. Se sirven de que en el aeropuerto de destino no les solicitan el visado y de que aquí tampoco se les exige el visado en tránsito.

Por ello, una vez que aterrizan a Barajas, los migrantes acuden a la oficina de asilo para pedir protección. Como los trámites para resolver estos expedientes son farragosos, pueden verse obligados a permanecer varios días en las instalaciones del aeródromo, lo que explica la sobrecarga actual.

placeholder Insectos y restos de suciedad en una de las salas (i) y migrantes durmiendo en otra de las habitaciones de asilo e inadmitidos de Barajas. (EC)
Insectos y restos de suciedad en una de las salas (i) y migrantes durmiendo en otra de las habitaciones de asilo e inadmitidos de Barajas. (EC)

Fuentes oficiales del Ministerio del Interior, que dirige Fernando Grande-Marlaska, exponen a este diario que para paliar el problema se ha abierto una nueva sala, en referencia a aquella en la que permanecen mujeres y niños. También destacan que se han habilitado "dos nuevos despachos para la realización de entrevistas y se ha aumentado el número de efectivos de la Policía y el personal de la Oficina de Asilo y Refugio".

Carta al Defensor del Pueblo

Ante esta coyuntura, el SUP ha presentado un escrito buscando el amparo del Defensor del Pueblo. En ella, denuncian "condiciones de hacinamiento e insalubridad en las salas de inadmitidos" y claman contra la falta de "estándares básicos de habitabilidad e higiene" en la tercera sala habilitada expresamente para responder a este repunte. Lamentan que no exista la ventilación adecuada ni iluminación natural en estas dependencias adicionales, donde apuntan que solo existe un baño para que lo empleen las mujeres y niños que allí aguardan.

De igual modo, señalan a Aena, que gestiona el aeropuerto, y a Cruz Roja, que brinda asistencia a los migrantes: "La reciente negativa de Cruz Roja a ingresar en la sala provisional debido a las chinches es un claro ejemplo de su servicio insuficiente". En este sentido, y para evitar que el problema se agrave, proponen diferentes medidas, como elevar las barreras físicas para prevenir entregas irregulares, mejorar la limpieza y la seguridad en las salas donde están los migrantes —incluyendo más medios y camas— o reforzar los requerimientos fronterizos en tránsito con nacionales de Marruecos o Senegal.

En las dependencias del aeropuerto de Barajas, en uno de los pasillos cercanos a las salas donde aguardan los inmigrantes que solicitan asilo, se pudo ver estas últimas semanas una pila de colchones. Son las colchonetas que emplean las personas que esperan en estas dependencias para descansar. Sin embargo, lo que más llama la atención no es el montón de colchones, sino un pequeño cartel sobre ellos en el que se lee lo siguiente: "Sin fumigar".

Noticias de Madrid Inmigración Sucesos