Cercanías toca fondo en Madrid: bronca política y caos con 700 incidencias en un año

El Cercanías se ha convertido en un problema de primer orden en la Comunidad de Madrid. Especialmente desde un punto de vista técnico, por los numerosos problemas en el servicio, pero también político, con el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible enfrentados a cara de perro. Los tres últimos descarrilamientos son la punta del iceberg del caos que padece la red madrileña, con más de 700 incidencias registradas en lo que va de año, y el escenario de un nuevo frente entre el PP y Pedro Sánchez. Tanto, que el nuevo ministro del ramo, el socialista Óscar Puente, reaccionó a las críticas con un bloqueo generalizado a los dirigentes populares en la capital y la región.

La red ferroviaria ha tocado fondo en el territorio. Los retrasos y averías son una constante desde hace meses, denunciados de forma recurrente por usuarios y sindicatos, pero nunca hubo tres descarrilamientos en apenas diez días. Y aunque el tema siempre ha alimentado el choque entre las dos administraciones, con una batalla de cifras entre Moncloa y Sol, lo cierto es que nunca se había llegado hasta este punto de tensión. En la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid no esconden su sorpresa por la actitud de Puente durante los últimos días.

La Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras reclama desde hace semanas la convocatoria de una nueva reunión de la comisión de seguimiento de Cercanías por los problemas en el servicio. Y el área que dirige Jorge Rodrigo considera que los descarrilamientos de trenes en el túnel de Recoletos, ocurridos el 26 de noviembre y los días 5 y 8 de diciembre, justifican aún más esta reclamación. "Exigimos que cumpla su responsabilidad y garantice la seguridad de los madrileños", señalan, en la línea de las declaraciones públicas de Ayuso y Rodrigo, que la semana pasada envió una carta al Ministerio para abordar esta cuestión.

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El nuevo ministro de Transportes, al menos de momento, ha hecho oídos sordos a esta petición. Puente reaccionó con un bloqueo en X (antes Twitter) al consejero de Transportes, Jorge Rodrigo; al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; al delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad de la capital, Borja Carabante; y al secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano. Fuentes del Ministerio confirman que todavía no se ha enviado contestación alguna a la misiva. "Óscar Puente es un macarra de la política y es el símbolo de lo que nos espera en Madrid por parte del Gobierno de Sánchez: la política de la confrontación, del odio y del bloqueo entre instituciones", declaró este lunes Almeida.

Tensión política

La tensión está en máximos. Óscar Puente ya deslizó la semana pasada que los descarrilamientos podrían ser fruto de un "boicot" y señaló directamente a la presidenta regional. "No sé si Ayuso estará alimentando boicots, pero lo que tengo claro es que nosotros mismos no nos vamos a autoboicotear", dijo el titular de Transportes, con un argumento que disparó aún más las hostilidades. Una vez publicado el informe de Adif sobre los descarrilamientos, sin embargo, ninguna de las conclusiones va en la línea de las palabras de Puente.

El análisis del administrador ferroviario no es capaz de determinar cuál es el origen de estos problemas, que colapsaron la red de Cercanías durante varias horas, sobre todo durante el descarrilamiento del 26 de noviembre. La investigación sigue abierta e incluso se señala en algunos casos que "no hay una causa clara del mismo". "Como se ha justificado en este informe, las medidas realizadas dieron un resultado correcto, no identificándose nada relevante que pudiera justificar los descarrilamientos", señala.

La Comunidad de Madrid cifra en 710 las incidencias registradas en lo que va de año, incluyendo averías o intervenciones de diversa índole, que afectan a más de 300.000 usuarios. La reclamación del Ejecutivo autonómico es la misma que meses atrás, cuando a las puertas de las elecciones del 28 de mayo ya denunció la "infrafinanciaciön" de la red de Cercanías en la región, de apenas 800 millones de euros y por debajo de otras comunidades.

Ayuso reiteró este lunes su denuncia contra el Gobierno. "Pérdidas económicas; retrasos en el trabajo; más atascos en las calles y en el resto de los transportes públicos. Solo en 2023 se han registrado 710 incidencias en las Cercanías en Madrid que el Gobierno no atiende", dijo en X.

La Consejería insiste a este diario que es urgente ejecutar el Plan de Accesibilidad y Mejora 2018-2025, dotado con 5.100 millones para la mejora y el mantenimiento de la red, para solucionar el problema. Esta estrategia, impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy, también prevé reducir el tiempo de los desplazamientos hasta un 40%.

El Ministerio, por su parte, indica que el número de incidencias señalado "no es significativo de nada" y alude a la última reunión de la comisión de seguimiento, que se celebró el pasado 24 de octubre. El Gobierno, todavía en funciones, negó entonces cualquier tipo de abandono y detalló que el plan de Cercanías cuenta con más de 6.000 millones de euros para los próximos años en la Comunidad de Madrid, con cerca de 2.300 millones para la adquisición de nuevos trenes entre 2025 y 2029, hasta llegar a una flota de 278 convoyes. Casi dos meses después, sin embargo, la problemática va a más. Y la bronca política también.