La despoblación madrileña existe: "Un negocio aquí no se compara con la Gran Vía"

"Cualquier cosa nos viene bien: no damos abasto". Esto dicen desde el Ayuntamiento de Cabanillas de la Sierra, uno de los 133 municipios que en el último año recibieron las ayudas para zonas con menos de 20.000 habitantes de la Comunidad de Madrid. Allí residen poco más de 700 personas, y en 73 de los municipios habilitados para presentar proyectos que financiar mediante la subvención –seis se quedaron fuera–, algo más de la mitad, no llegan a los 2.500 vecinos. En total, son 4,5 millones de euros los que el Gobierno regional ofrece anualmente a las Administraciones locales que cumplan los requisitos, para financiar proyectos o reformas como parte de su Plan de Reequilibrio Territorial y Lucha contra la Despoblación. Una necesidad que sugiere cómo la despoblación se transforma en un problema integral, que afecta a muchas más zonas rurales de las que a uno suelen venirle a la cabeza.

Las instituciones se ven abocadas a poner en marcha nuevas medidas para hacerle frente. La Comunidad de Madrid decidió aumentar el importe de este fondo el año pasado, y lo triplicó: de 1,5 millones a 4,5. En Cabanillas de la Sierra dicen haber recibido 19.251 euros como parte de esta primera línea de actuación, la de reequilibrio territorial, y 16.375 euros para el desarrollo del segundo eje. Cuentan desde el Consistorio que el proyecto que presentaron, y al que este dinero dio algo de aire, fue el acondicionamiento de unos locales comerciales que querían ofrecer a los negocios de la zona. La idea es que disfrutaran de ventajas como una cuota reducida de alquiler en un total de cinco establecimientos de titularidad municipal. "Es una forma de ayudarles a tirar adelante: mantener un negocio aquí no es igual que hacerlo en la Gran Vía", explican desde la Administración local, que lo compara con una de las principales calles en Madrid capital.

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El resto del dinero lo invirtieron en "mejorar los servicios municipales". O lo que es lo mismo: reforzar las plantillas para mejorar espacios públicos o el acceso a zonas residenciales, ofrecer nuevas prestaciones para la recogida de enseres o muebles... Estos son algunos de los ejemplos que enumeran, cosas "muy básicas" pero para las que admiten que "faltan manos". Más en ayuntamientos pequeños, con "presupuestos ajustados o bajas imposibles de solucionar". Y en los que "la ciudadanía demanda nuevas herramientas" y no tienen quien las lleve a cabo. Hacen un recordatorio: aumentar la calidad de vida es lo que verdaderamente reduce la despoblación.

Otros municipios aprovecharon para finiquitar tareas pendientes. Generalmente, relacionadas con servicios muy básicos pero con poco desarrollo en los pueblos. Desde el coste para abastecer de agua potable a los vecinos, como ocurre en Alameda del Valle (241 habitantes), o la limpieza de manantiales en Rozas de Puerto Real (527). Talamanca del Jarama, con una población más holgada (3.725), usó los fondos para impulsar programas de empleo y formación, dinamización juventil o para la mejora de zonas infantiles e instalaciones deportivas. En Gascones (188), una parte se destinó a mantener la vivienda pública del municipio y otra porción a actividades socioculturales.

Pero uno de los que más demandas plantearon fue Morata de la Tajuña, que puso el foco en las ferias u otras actividades de promoción turística que estimularan el trabajo y la economía. También propuso mejoras en el servicio para la atención a menores con discapacidad, o planes para la prevención del absentismo escolar.

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Agencias

Una veintena de pueblos, aproximadamente, cuentan con medidas para impulsar o mantener servicios, infraestructuras o espacios municipales (parques, acondicionamiento de aceras o reformas en vivienda pública, por ejemplo) entre sus ideas presentadas a la Consejería de Administración Local y Digitalización de la Comunidad de Madrid. Es este departamento el que gestiona el reparto de la subvención entre las localidades, que tras ejecutar los proyectos habrán de presentar una memoria a la Administración regional. En 2022 certificaron que el empuje a medidas sociales estaba entre las actuaciones más recurrentes que solicitaban los ayuntamientos. Las iniciativas para atender las necesidades en todas las capas de la población, niños, jóvenes, ancianos, víctimas de violencia de género o personas con discapacidad, estaban presentes en un 33% de los planes.

Eso y el buen estado de las infraestructuras, calles o carreteras, accesos a aparcamientos o mobiliario urbano en un 27% de los trabajos subvencionados, que también incluyen tareas de transformación digital en pueblos pequeños; o la organización de actividades culturales o de ocio (24%) han sido las principales demandas de los consistorios que en el último período recibieron parte de este fondo.

15 días de plazo

Las condiciones para recibir este año las ayudas son exactamente iguales, con los mismos 139 municipios habilitados a solicitarlas. Una vez se publique oficialmente la convocatoria –desde la Consejería que dirige Carlos Izquierdo aventuran que podría ser mañana– tendrán 15 días de plazo para aceptar o no estar dentro del proceso. "No se tiene que hacer solicitud ni memoria, solo se acepta la subvención: la concesión es directa según los índices de desequilibro en cada territorio", explican desde la dirección general que coordina el presupuesto. Las tendencias para este nuevo año, auguran, seguirán siendo las mismas: "Crear más vivienda y dar nuevos servicios en los municipios pequeños, actividaded infantiles o lucha contra la soledad no deseada nuevas infraestructuras". En los municipios medianos, del otro lado, intuyen que volverá a priorizarse la construcción de "nuevas infraestructuras, instalaciones o proyectos de digitalización".