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Toni Aparisi, el dj que reina en la capital: “Veo la noche de Madrid mejor que nunca”
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Toni Aparisi, el dj que reina en la capital: “Veo la noche de Madrid mejor que nunca”

El promotor y pinchadiscos asturiano, figura clave de la nueva escena nocturna, está al frente de la cabina de salas como Macera, Lula o Bardot. Este viernes regresa, en horario de tarde, con Daycap, fiesta que quedó suspendida por la pandemia

Foto: Ambiente en el Club Macera, al frente de cuya cabina está Toni Aparisi. (Cedida)
Ambiente en el Club Macera, al frente de cuya cabina está Toni Aparisi. (Cedida)

Toni Aparisi (Oviedo, 39 años) ha madrugado. “No podía dormir y al final me he puesto a trabajar. Llevo todo el día, no he parado”, confiesa el asturiano, uno de los activos más importantes de la nocturnidad capitalina. Sus jornadas tras los platos a veces se van a los cuatro días (jueves, viernes, sábado y domingo) y eso lo nota la otra parte de la semana. Aunque cada vez es más consciente de que tiene que bajar el ritmo. “Al final lo saco adelante, claro. Pero estoy intentando no cargarme demasiado”, apunta.

placeholder Toni Aparisi. (Cedida)
Toni Aparisi. (Cedida)

Su visión de la ciudad y de cómo se mueve, al compás del house, la new wave o la música más urbana resulta de interés. Pocos actores de la noche saben tan bien como él lo que funciona, lo que debe tener recorrido y, sobre todo, lo que es relevante ahora mismo. “Veo la noche de Madrid mejor que nunca. Creo que está pasando algo que no había pasado antes”, comenta con mucha seguridad. “Todo ha sido resultado de la pandemia. Antes había muchas rivalidades y divisiones en este circuito. En el último año, sin embargo, he podido comprobar como multitud de salas comparten artistas y promotores. Se ayudan entre ellas”. Lugares como Ballesta, El Sótano, Sala El Sol, Siroco, Republik o Berlín son ejemplos claros de cómo el centro de la capital ha retomado con brío la música de baile.

La Gran Vía vuelve a sonar

Sus fiestas (Soundia) y espacios donde ayuda a programar (Lula y Macera) no son menos. Todas hacen sold out semana tras semana. “Mi casa es Macera, un lugar en el que hemos ido evolucionando desde que llevo colaborando con ellos. Ahora hay un sonido potente, una buena acústica y un escenario en la planta de arriba”, enumera. La fiesta comenzó los domingos en el Club Malasaña —otro de los espacios que está renovando sonido y ambiente— cuando aún había mesas y el público debía permanecer sentado. Pero rápidamente se trasladó a los jueves a la sala de Ventura de la Vega. “Desde diciembre también programo los sábados, arriba y abajo”.

Una programación internacional y nacional muy cuidada, todo hay que decirlo, donde tampoco se desentiende de la escena local. Un conjunto hilvanado y estructurado que funciona de una forma espléndida. Por su cabina han pasado Juan MacLean, Hugo Capablanca, Marc Piñol, David G. Balasch, Yahaira o Íñigo Vontier. “Estamos esforzándonos por traer gente de fuera y darle gusto a la clientela”, destaca. “Para las próximas semanas está previsto que actúe Bianca Alexis, que tiene un programa en NTS fabuloso. También los mexicanos Galaxie Nites, residentes de una de las mejores fiestas que hay en el panorama actual, Sunday Sunday”.

Este sábado, además, se le podrá ver abriendo junto a Yahaira en Lula, donde estará pinchando también Simone De Kunovich. “La discoteca es una pasada. Es una sala antigua que cuenta con un sonido excelente. En la cabina han estado Jennifer Cardini, Chloe Caillet o Deer Jade”, continúa. Esa misma noche también andará pendiente de lo que suceda en Macera al otro lado de la Gran Vía, a escasos mil metros de distancia. Ahí ha programado a Two Ex, Black Flamingo, Disco Driver, Eme DJ, Mica Wagner y Zesped.

Daycap, tardeo en El Viso

Sin embargo, esta semana es importante para el calendario porque rescata un evento, Daycap, que se quedó colgado hace dos años, cuando el estado de alarma obligó a parar todo. “Habíamos celebrado cuatro ediciones con un resultado espectacular. Todo lleno”, rememora.

placeholder Vuelve Daycap. (Cedida)
Vuelve Daycap. (Cedida)

Este viernes el invitado es Toulouse Low Trax, una de las figuras del techno más arrítmico. Conocido por sus largas e inmersivas sesiones, donde el kraut, el motorik o la nueva ola alemana, se mezcla con la lisergia y los edits menos convencionales. A su lado está el colectivo madrileño Ears On Earth, otros dinamizadores absolutos de la escena. Será en ambiente de tarde, entre las 17.00 y la medianoche, en una de las salas más especiales con las que cuenta Madrid: Bardot. Una boîte de los años setenta, justo en los sótanos de lo que fue el Mayte Commodore. Un espacio ovalado, con suelo enmoquetado, sillones en las esquinas, techo bajo y paredes forradas de rojo carmesí.

Allí, días antes de que la pandemia paralizara absolutamente todo, Vladimir Ivkovic firmó una tarde épica. “Le habíamos pillado ya el punto a la sala y la gente se había habituado al horario. Fue una propuesta que hice con Javi Redondo, uno de mis socios. Queríamos ofrecer una oferta donde recoger a gente de una edad más avanzada que, por compromisos u obligaciones, ya no salía tanto por la noche”, describe. “De esta manera también el dj podía expresarse de una forma más libre”.

De Oviedo a Shanghái

Los comienzos de Aparisi, bregado en clubes y salas de principios de los dosmiles en su Oviedo natal, también han ayudado a modelar al promotor que es hoy. “Soy de Asturias y eso te marca. Al lado de mi casa estaba La Real, donde he estado demasiadas veces. Otras salas fueron el Parque del Piles o La Fábrica. Fue un movimiento al que también se sumaron raves y fiestas clandestinas”, indica de aquellos inicios, donde ya empezó a pinchar. Luego vendría Madrid y su salto a Asia.

Justo cuando la crisis de 2007 sobrevino, Aparisi se tomó un año sabático para viajar y pinchar por Tokio, Seúl, Hong Kong y Bali, entre otros destinos. Allí ya formó una cartera de contactos y una manera de ponerse tras los platos que le ha acompañado hasta la actualidad. El otro componente que no debe pasarse por alto es Lola, el club que entre 2010 y 2015 funcionó en Shanghái y del que fue socio. “Era una discoteca para 250 personas, con una terraza donde entraban 150 más. Era un espacio muy europeo, donde se primaba la pista de baile, al contrario de otros muchos lugares. Allí programaba todas las semanas. Cinco años. Pasaron todos mis ídolos”, apunta con algo de nostalgia y satisfacción.

placeholder Toni Aparisi pincha en el Club Macera. (Cedida)
Toni Aparisi pincha en el Club Macera. (Cedida)

En Lola compartió cabina con artistas de la talla de Roman Flugel, Todd Terry, Prins Thomas, A Guy Called Gerald, Derrick Carter, Dj Hell, Move D, Soul Clap o John Talabot. “Aunque entre las noches más épicas está una con Oscar Mulero. No trabajábamos el techno y, sin embargo, no se movió nadie. Todo el mundo estaba con los brazos arriba. Otros artistas que recuerdo con mucho cariño fueron Kink y Derrick Carter”.

Todo este periplo le sirvió para asentarse en Madrid y tejer redes. Toni se desplaza por Las Letras, donde vive, como si fuera su casa. La gente le para, le saluda y siempre tiene buenas palabras. Si no es en Carbones, es en Viva Madrid (donde una vez al mes organiza un brunch) o en Chuka Ramen. Un barrio que crece y construye al ritmo de su música.

Toni Aparisi (Oviedo, 39 años) ha madrugado. “No podía dormir y al final me he puesto a trabajar. Llevo todo el día, no he parado”, confiesa el asturiano, uno de los activos más importantes de la nocturnidad capitalina. Sus jornadas tras los platos a veces se van a los cuatro días (jueves, viernes, sábado y domingo) y eso lo nota la otra parte de la semana. Aunque cada vez es más consciente de que tiene que bajar el ritmo. “Al final lo saco adelante, claro. Pero estoy intentando no cargarme demasiado”, apunta.

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