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El oficio del Rey Mago: una tarea compleja y no exenta de riesgos
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El oficio del Rey Mago: una tarea compleja y no exenta de riesgos

Tras la frustración de la pandemia, Papá Noel y los Reyes de Oriente se organizan para escuchar a todos los niños madrileños

Foto: Reyes Magos en La Vaguada, años 80.
Reyes Magos en La Vaguada, años 80.

Pocos oficios están más sometidos a la estacionalidad. Los pajes, duendes, Papá Noel y Reyes Magos que se multiplican por las grandes superficies comerciales de Madrid prestos a escuchar lo que los niños tienen que pedirles. El año pasado fue una de tantas experiencias vividas a medio gas. El Corte Inglés nos cuenta que esta Navidad repetirá la experiencia de los carteros reales, evitando tener a las figuras en persona para interactuar con el público. En La Vaguada, el primer centro comercial estilo “mall” estadounidense que se abrió en Madrid, lo solventaron con distancia y PCR para el personal, tanto de sus majestades como de Papá Noel. Esta Navidad intentan retomar cierta normalidad: ludoteca, talleres de cocina, una Mamá Noel cuentacuentos… aunque con medidas ante los vaivenes de la incidencia acumulada. Los profesionales del sector nos comentan que algunos centros ya han decidido suspender la actividad ante la expansión de la variante Ómicron. Otros dejarán al crío en un taburete a metro y medio de distancia del trono de sus majestades. Pero el esfuerzo porque los regaladores se vean cara a cara con sus clientes va a ser la nota dominante.

No todos valen para Papá Noel. La empresa Tapa Tapita Tapón los lleva seleccionando desde hace casi 25 años. Realizan todo tipo de funciones de animación infantil, pero su agosto particular se vive en diciembre. Es entonces cuando reparten un ejército de papánoeles y reyes magos por unos veinte centros comerciales e instalaciones de toda la Comunidad de Madrid. José María López confiesa que es un trabajo que se ve distinto cuando se es padre. Hay que adelantarse a las suspicacias de los niños. Y aquí juega un papel fundamental el calzado. Como en la puerta de la discoteca, los zapatos son obligatorios. El gran terror del sector son unas Adidas asomando por el cubrebotas. El rey Baltasar ha de ser negro de nacimiento.

placeholder Papá Noel en el centro comercial La Vaguada, años 80.
Papá Noel en el centro comercial La Vaguada, años 80.

Se buscan perfiles con experiencia en magisterio, psicología, educación especial, monitores de tiempo libre o voluntarios de los scout. Otro tipo de formación muy adecuada es la de las escuelas de Arte Dramático. Hay que saber cambiar la voz y hablar pausadamente. Además, es necesario estudiar. Conocer el nombre de los ocho renos de Papá Noel es requisito indispensable. Tienen en modo oculto en YouTube un tutorial para la correcta incorporación de los personajes. Álvaro Mencía, que lleva en el negocio casi desde el principio, insiste en la importancia de realizar visitas de vez en cuando. No se puede dejar así como así un Papa Noel a principios de diciembre y no saber nada de él hasta el día 26. Algunos fallos hay que corregirlos de inmediato. Una de las novatadas más habituales es preguntar “¿qué le vas a pedir a Papá Noel?”, como si éste no fuese uno mismo. Es fundamental interiorizar “¿qué me vas a pedir?” antes de salir a escena. Momento en que uno se da cuenta, según López, en que para ese público se es alguien más famoso que Messi. No es necesario provocar que salten los resortes del niño avispado que se aproxima al fin de la inocencia. Inocencia que, en su cuarto de siglo de experiencia, considera ahora un par de años adelantada a la del principio de su carrera.

Las mascarillas han traído una ventaja inesperada: consiguen que la barba ya no pique

Desde Oriente

Quién piense en la comodidad de un trabajo que se hace fundamentalmente sentado ha de tener en cuenta lo engorroso de los trajes y las caracterizaciones. Las mascarillas han traído consigo una ventaja inesperada: colocadas estratégicamente, consiguen que la barba ya no pique. Como en todos los entornos laborales, hay días malos que se desean que pasen lo antes posible. Pero, en experiencia de Mencía, generalmente se hacen cortos. “Es una pasada cómo se abre el espíritu del niño”. A veces hay que mantener la compostura cuando los adultos responsables obligan a sus hijos o nietos a presenciar la escena en la que sus mayores reprochan a estas figuras un número insuficiente de caramelos entregados al final de la entrevista. De ahí que la consigna sea entregar alguno más cuando se pida.

placeholder Los centros comerciales ya están preparados para la época más mágica del año.
Los centros comerciales ya están preparados para la época más mágica del año.

Hablar de la magia de estos encuentros puede parecer una concesión a la cursilería. Pero damos fe de que es la expresión que usan en el sector. Hay trucos para dejar al niño con la boca abierta. Si se hace mención a que tiene que resistirse menos a comer pescado o dejar de hacerse el remolón para lavarse los dientes e irse a la cama, las posibilidades de acertar son grandes. En ocasiones, los pajes hacen de informantes entre los padres y los reyes. Así, pueden mencionar por su nombre a esa hermana recién nacida o comentarle alguna de sus aficiones. Paradójicamente, la pandemia trajo consigo una mejora en este sentido. Ofrecieron un servicio de video-llamadas que fue incorporado por varios de los centros. Aquí había margen para que los padres rellenasen un pequeño cuestionario. Esto permitió afinar mucho más estas charlas. La consigna es trasladar el mensaje en positivo. “Este año te has portado mal” es una frase evitar, al menos en su literalidad.

No es una profesión fácil. Los niños en el regazo pueden tener problemas de contención por el cúmulo de emociones que, según Lola Fernández, responsable de markéting de La Vaguada, requieren un “sobreesfuerzo de lavandería” para los lujosos ropajes de sus majestades. La clientela es exigente. Álvaro Mencía lamenta el día en que se ofreció a sustituir a un compañero que llevaba todas las fiestas de Papá Noel en el mismo centro. Nadie le avisó de que había una niña que se dejaba caer por su regazo a diario. Le hablaba con sobreentendidos que era incapaz de seguir. Salió de allí como pudo, con la sensación de que la pequeña se había quedado con la idea de que el hombre de Laponia estaba ese día muy raro. Hay figuras que son insustituibles.

Pocos oficios están más sometidos a la estacionalidad. Los pajes, duendes, Papá Noel y Reyes Magos que se multiplican por las grandes superficies comerciales de Madrid prestos a escuchar lo que los niños tienen que pedirles. El año pasado fue una de tantas experiencias vividas a medio gas. El Corte Inglés nos cuenta que esta Navidad repetirá la experiencia de los carteros reales, evitando tener a las figuras en persona para interactuar con el público. En La Vaguada, el primer centro comercial estilo “mall” estadounidense que se abrió en Madrid, lo solventaron con distancia y PCR para el personal, tanto de sus majestades como de Papá Noel. Esta Navidad intentan retomar cierta normalidad: ludoteca, talleres de cocina, una Mamá Noel cuentacuentos… aunque con medidas ante los vaivenes de la incidencia acumulada. Los profesionales del sector nos comentan que algunos centros ya han decidido suspender la actividad ante la expansión de la variante Ómicron. Otros dejarán al crío en un taburete a metro y medio de distancia del trono de sus majestades. Pero el esfuerzo porque los regaladores se vean cara a cara con sus clientes va a ser la nota dominante.

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