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Huertos urbanos, filmotecas...: los 632 planes vecinales que Carmena dejó en el cajón
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LOS PRESUPUESTOS PARTICIPATIVOS, EN SACO ROTO

Huertos urbanos, filmotecas...: los 632 planes vecinales que Carmena dejó en el cajón

El consistorio de PP y Ciudadanos hereda 1.001 proyectos votados por los vecinos sin ejecutar. Solo se ejecutó el 14% de lo presupuestado en una de las medidas estrella

Foto: La exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena y el exdelegado del área de Participación Pablo Soto. (EFE)
La exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena y el exdelegado del área de Participación Pablo Soto. (EFE)

Los presupuestos participativos, una de las medidas estrella del Ayuntamiento de Manuela Carmena, han caído en saco roto. Al menos una gran parte. La iniciativa la puso en marcha el anterior equipo al llegar al poder para permitir a los vecinos influir directamente en la actuación del Ejecutivo local y que decidieran en qué debían gastar los gobernantes dinero público. También era una forma de dotar de mayor autonomía a los distritos, que contarían con una importante cantidad de ese presupuesto participativo más allá de las propuestas destinadas a la ciudad en su conjunto. Destinó 253 millones en tres años pero el actual consistorio de PP y Ciudadanos ha heredado 632 aprobados entre 2016 y 2018 pero que nunca llegaron a ejecutarse.

En términos globales, el área delegada de Transparencia y Participación Ciudadana estima que la ejecución de los proyectos aprobados en los presupuestos participativos de esos tres años de legislatura apenas alcanza un 14%: en torno a 36 millones de los 253 millones previstos. El caso de 2019 no se cuantifica igual, puesto que los 369 proyectos aprobados para este año se incorporaron a la bolsa de los presupuestos justo con el cambio electoral, por lo que el Gobierno de Ahora Madrid no tuvo tiempo de empezar a estudiarlos y ejecutarlos y ya se quedarán para esta legislatura.

Entre 2016 y 2018 un total de 845 proyectos contaron en un inicio con luz verde. Solo 22 de ellos se declararon inviables porque no cumplían los criterios de legalidad y concreción, superaban el tope del presupuesto o directamente no eran competencia del consistorio. Algunos de estos eran la petición de un metro en la M-40 o un sistema de reciclaje con remuneración para los ciudadanos que lo practicaran. Del resto, 191 (22%) se finalizaron. Todos los demás, 632 (que supone casi el 75% del total), siguen en fase de estudio (el 41%), en tramitación (el 22,6%) o en fase ejecución (10,6%), pero sin completarse.

Entre los planes del actual área, en manos de Silvia Saavedra (Cs), está hacer una auditoría de los 1.001 proyectos heredados atendiendo a más criterios de los que hasta ahora se empleaban para declararlos técnicamente inviables. La idea, explican, es saber realmente cuáles se podrían ejecutar y cuáles no. La oposición de este grupo fue muy tajante en la anterior legislatura con la concejalía, dirigida entonces por Pablo Soto, y pusieron en duda la utilidad de los presupuestos participativos.

Entre los proyectos de los vecinos que se quedaron sin llevar a cabo a pesar de estar aprobados hay todo tipo de planes. En 2018, el año en el que más ideas se aprobaron (328, de las cuales siete eran inviables), hay propuestas que van desde una creación de espacios de 'coworking' municipales para lo que se presupuestaron 500.000 euros, a iniciativas para apoyar la población de gorriones en la capital por valor de 200.000 euros. Por distritos, por ejemplo, en Arganzuela, hubo muchas peticiones en torno al paseo de Santa María de la Cabeza, de "humanizarlo" o "remodelarlo" y mejorar los cruces peatonales de la glorieta. Otros ciudadanos apostaron por un paso de peatones que permitiera el acceso a Matadero en el paseo de la Chopera, recordando que entre Legazpi y General Maroto hay un tramo de 300 metros sin ningún paso.

En el barrio de Barajas, el año pasado los vecinos pidieron desde la plantación de árboles en los parques infantiles de la Vía Verde para que proporcionaran un poco de sombra (40.000 euros), hasta un espejo en la incorporación de la calle Tintín y Milú a la calle Rioja por la escasa visibilidad, que estimaban podría costar 2.500 euros. Ampliar las plazas de aparcamiento fue otra de las peticiones repetidas en distintos distritos como Ciudad Lineal, Moratalaz, San Blas-Canillejas o Vicálvaro. Todos ellos continúan en fase de estudio y análisis, y no han avanzado más.

Con respecto a 2017 —año en el que se aprobaron 302 iniciativas— hay 74 que están en fase de tramitación. Es decir, al menos han pasado la fase de estudio o análisis. Aun así, queda un camino importante hasta ejecutarse. El distrito de Carabanchel sigue esperando la creación de huertos urbanos (40.000 euros) o la filmoteca municipal para la que se presupuestaron 338.500 euros. En Puente de Vallecas, su principal asociación vecinal impulsó varias necesidades del distrito a través de 'Decide Madrid' que también se quedaron en el tintero: un plan de dotación de bancos y mobiliario urbano (600.000 euros) o una iniciativa de "vacaciones de verano" para la población infantil de los barrios que permitiera a los chavales salir durante el periodo estival a realizar actividades, ya que en muchos casos los recursos económicos de las familias no permiten unas vacaciones fuera de la ciudad.

placeholder Muchos taxis en la Gran Vía durante el arranque de Madrid Central. (EC)
Muchos taxis en la Gran Vía durante el arranque de Madrid Central. (EC)

No todas las propuestas necesitaban una gran inversión, aunque los proyectos más comúnmente ejecutados sí fueron los de cuantías bajas que no requerían de un concurso público (menos de 18.000 euros). Aun así, algunas de estas tampoco salieron adelante. Por ejemplo, una vecina solicitaba un pulsador para el peatón en el primer semáforo de la calle Antonio Machado (Moncloa-Aravaca) para lo que se presupuestaba 250 euros. Otra pedía una mejor señalización en los cruces de San Blas, cuyo coste era de 1.000 euros. Ninguno ha empezado siquiera la fase de ejecución.

De los proyectos aprobados en 2016 se han ejecutado casi la mitad. En tramitación sigue el 25% de las propuestas, 53 en total, y muchos tienen que ver con propuestas de mejora de aceras y aumento del arbolado, en Tetuán por ejemplo, para lo que se estimaba un coste de 646.000 euros. En Usera los vecinos también pedían mejorar el pavimento de las aceras del poblado dirigido de Orcasitas, ya que existen zonas con baldosas levantadas y grietas que provocan caídas y tropiezos. El consistorio aseguró que este proyecto se realizaría a lo largo de 2018, aunque aún no se encuentra ni en fase de ejecución.

placeholder El pleno del Ayuntamiento de Madrid. (EFE)
El pleno del Ayuntamiento de Madrid. (EFE)

El exdelegado del área de Participación Pablo Soto asegura a este diario que los proyectos de cuantías elevadas se tramitan de forma más lenta por razones obvias. En muchos casos requieren de un proyecto arquitectónico (que conlleva una licitación de seis meses) para, después, con el proyecto en mano, licitar las obras en sí. Por otro lado, desde la concejalía recuerdan que la intervención por parte del Ministerio de Hacienda a finales de 2017 también conllevó un frenazo en algunas de las propuestas más sonadas. La ONU premió en 2018 la web de 'Decide Madrid' con el galardón de mejor servicio público.

Los datos sobre la participación en el proyecto también reflejan que el interés de la ciudadanía nunca fue muy alto, pero además bajó en el último año. En 2016 los participantes en los presupuestos participativos eran 55.185, mientras que en 2017 subieron hasta 83.039. Al año siguiente, en 2018, 110.448 vecinos hicieron sus propuestas y ya este año, en 2019, los interesados bajaron hasta 93.048 personas.

Los presupuestos participativos, una de las medidas estrella del Ayuntamiento de Manuela Carmena, han caído en saco roto. Al menos una gran parte. La iniciativa la puso en marcha el anterior equipo al llegar al poder para permitir a los vecinos influir directamente en la actuación del Ejecutivo local y que decidieran en qué debían gastar los gobernantes dinero público. También era una forma de dotar de mayor autonomía a los distritos, que contarían con una importante cantidad de ese presupuesto participativo más allá de las propuestas destinadas a la ciudad en su conjunto. Destinó 253 millones en tres años pero el actual consistorio de PP y Ciudadanos ha heredado 632 aprobados entre 2016 y 2018 pero que nunca llegaron a ejecutarse.

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