Ahora Madrid se desmarca de dar apoyo a los alcaldes amenazados en Cataluña
Varias propuestas en torno a la crisis catalana llegaron al pleno de Madrid. El equipo de gobierno y la alcaldesa incluida votaron en contra de apoyar a los regidores coaccionados
La crisis catalana se trasladó este miércoles también a la sede del Ayuntamiento de Madrid en un intenso debate que protagonizaron los cuatro grupos políticos a través de proposiciones cruzadas y un escaso espacio de consenso. Unos pedían más diálogo y otros insistían en el respeto estricto de las leyes. Alguno de los grupos, como el socialista dirigido por Puri Causapié, reconoció que el objetivo pasaba por “trasladar un mensaje de unidad” y trasladar “voluntad resolutiva” a una situación compleja cuya solución no se hallará en el consistorio madrileño. Pero esa meta no llegó.
En total, tres propuestas distintas en un solo debate. El PSOE defendió alcanzar una “solución satisfactoria” para Cataluña y el resto de España e insistió en prestar apoyo y solidaridad a todos los alcaldes y concejales amenazados en esta comunidad autónoma, en referencia a todos aquellos que no están dispuestos a ceder espacios municipales para celebrar el referéndum ilegal. La división entre grupos fue tal que se optó por llevar a cabo votaciones punto a punto. La que más consenso recabó fue la de los socialistas, ya que en dos de los tres puntos contó con el apoyo expreso de PP y Ciudadanos, logrando una amplia mayoría del pleno.
Ahora Madrid votó en contra de la iniciativa al completo, incluido el apartado que pedía “expresar su apoyo y solidaridad a todos los alcaldes, alcaldesas, concejales y concejalas de Cataluña que están siendo amenazados e insultados por su defensa de la legalidad constitucional”. También Manuela Carmena se opuso a este punto.
La iniciativa de Ciudadanos, similar a la que llevo Albert Rivera al Congreso y que supuso la ruptura de la disciplina de voto en la bancada socialista, puso el acento en la defensa de funcionarios y miembros de las corporaciones catalanas, y solo contó con el beneplácito de los populares. El PSOE se abstuvo y el equipo de Gobierno lo desechó. En realidad, Ahora Madrid sólo votó a favor de su propuesta, que ponía el acento en el “diálogo” y la “reflexión” para que se produzca el consenso necesario y se llegue a una solución política.
La portavoz Rita Maestre, encargada de defender la propuesta, reiteró la visión de su grupo como un “conflicto político” que requiere de una firme apuesta por “el diálogo, la mediación y la voluntad de solucionarlo con más democracia”. En ese sentido, Maestre recordó que el independentismo “antes era una ideología minoritaria” y, ahora, se quejó, “está tan presente que una mayoría de catalanes apoya a partidos que se presentaron a las elecciones diciendo que querían la independencia”.
Ahora Madrid se mostró crítica con la gestión del Gobierno de Rajoy y reprochó que mandar a la Fiscalía actuar “es poco democrático”. La propuesta del equipo de Gobierno ni siquiera recabó todos los apoyos de su formación. Los concejales Montserrat Galcerán, Rommy Arce y Pablo Carmona -de la facción de Ganemos- se abstuvieron.
El Partido Popular respaldó la propuesta de los socialistas (a excepción del punto que insistía en el diálogo para dar una solución a Cataluña y el conjunto del Estado) y votó a favor también de la de Ciudadanos. La encargada de dar voz al partido fue la concejala Isabel Rosell, natural de Barcelona, que reivindicó su derecho de “ser española y sentirse catalana” en una intervención que arrancó muchos aplausos en su bancada. La edil popular recordó la oferta de diálogo llevada a cabo por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, “en el marco de la Constitución y la legalidad” y reprochó la “equidistancia” de Ahora Madrid, en linea con la portavoz de Ciudadanos, Begoña Villacís, que también insistió en la “imposibilidad de ser equidistantes” en una cuestión así.
La crisis catalana se trasladó este miércoles también a la sede del Ayuntamiento de Madrid en un intenso debate que protagonizaron los cuatro grupos políticos a través de proposiciones cruzadas y un escaso espacio de consenso. Unos pedían más diálogo y otros insistían en el respeto estricto de las leyes. Alguno de los grupos, como el socialista dirigido por Puri Causapié, reconoció que el objetivo pasaba por “trasladar un mensaje de unidad” y trasladar “voluntad resolutiva” a una situación compleja cuya solución no se hallará en el consistorio madrileño. Pero esa meta no llegó.