Radares, controles y parquímetros: así fríen a multas (233 millones) a los madrileños

Semáforos con cámaras, estacionamiento regulado en los cascos urbanos, controles especiales de velocidad y alcohol de las policías locales, e incluso radares que colocan los ayuntamientos en algunos carreteras de sus términos municipales. No solo es la DGT. Los consistorios madrileños también fríen a multas a los conductores de la región tras recuadar el año pasado 233,4 millones de euros por infracciones de la ordenanza de circulación, según los datos que maneja el Ministerio de Hacienda, que recopila la liquidación presupuestaria de las entidades locales. De las 179 localidades que hay en la Comunidad de Madrid, Hacienda analiza datos de 89, ya que muchos pueblos de la región, con baja población, no tienen cuerpos de policía local ni tienen capacidad para poner multas de tráfico.

En números absolutos de recaudación, obviamente las localidades más pobladas son las más beneficiadas. La capital lidera con rotundidad el ranking. En 2016 ingresó por multas 198,4 millones de euros, el 85% de todo lo que recaudaron los municipios madrileños. Hacienda solo recibe la liquidación de las multas, no el número de sanciones impuestas. El ayuntamiento de la capital, que gobierna Ahora Madrid, sí ha hecho públicos estos datos: 2.933.226 denuncias (una media de 8.036 diarias), 686.470 más que las que puso en 2015, lo que supone una subida del 30,5%.

Pero a pesar de que en 2016 la capital puso más multas, su recaudación bajó cuatro millones de euros en comparación con 2015. No es incongruente. Todo depende de si aumentó el porcentaje de las sanciones que se pagaron con descuento (que sí crece cada año) y de que en el caso de las multas recurridas el trámite de cobro es más largo y en muchos casos pudo alargarse hasta 2017, contabilizando como ingresos de ese año. El consistorio que dirige Manuela Carmena siempre ha alegado que no existe afán recaudatorio pero que en 2016 se produjeron cambios en la movilidad de la ciudad que motivaron un crecimiento de las multas, como la creación de un nuevo área de prioridad residencial (APR) en Ópera, la reducción de la velocidad en algunos tramos de la M-30, y los nuevos semáforos 'foto-rojos'.

La tendencia alcista continúa en la capital. En el primer trimestre de 2017 las multas se dispararon un 35% en comparación con el mismo periodo de 2016, lo que se traduce en 742.620 denuncias. El segundo municipio madrileño que más ingresa es Alcobendas (en población es el décimo, con 113.000 vecinos). La cifra supera los cinco millones de euros. Haciendo el ratio por habitante, los vecinos de Alcobendas pagaron de media 44,1 euros de media solo en multas, ocupando en este ranking el cuarto lugar. Luis Miguel Torres, concejal de Seguridad y Movilidad tiene una explicación.

"Alcobendas es una importante zona de paso, por la A-1, y un municipio con un gran tejido empresarial que recibe muchos visitantes y trabajadores a diario. Según las estimaciones que manejamos hay 460.000 desplazamientos diarios en la localidad, la mitad de conductores que no son residentes. Los 44,1 euros recaudados por vecino no es un dato real, ya que muchas multas se ponen a gente que no vive aquí", explica el edil. Hay más variables, señalan desde Alcobendas, gobernado por el PP. "Nos sumamos a todas las campañas de la DGT desde la Policía Local. Hacemos controles semanales de alcohol y drogas. Sin olvidar las 15.000 sanciones que tramitamos en 2016 por el control de acceso que pusimos en La Moraleja, que muchos conductores utilizaron como ruta alternativa para evitar los atascos de la A-1".

Pero analizando el ranking elaborado en función de la recaudación por habitante, el primer puesto lo ocupa sorprendentemente un municipio de la sierra norte de Madrid, Venturada, de apenas 2.000 habitantes. El año pasado cada vecino pagó de media 106,8 euros en multas de tráfico. El alcalde Daniel Caparrós (de un grupo independiente) explica "que durante algunos días sueltos de febrero y marzo de 2016 el ayuntamiento puso un radar móvil para controlar la velocidad del municipio, que en muchas zonas es de 50 kilómetros por hora. El asunto nos desbordó un poco, porque pusimos más de 1.000 multas. De momento no hemos vuelto a utilizar ese radar móvil porque creo que los conductores se han concienciado". Con el radar Venturada incrementó sus ingresos por multas de tráfico un 1.250% (de los 7,9 euros de media que pagó cada vecino en 2015 se pasó a los 106,8 euros).

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Tras Venturada aparece Madrid capital (62,6 euros recaudado por vecino) y en tercer lugar otro municipio pequeño, Fresnedillas de la Oliva, muy cerca de El Escorial. Sus 1.500 habitantes han pagado cada uno, de media, 52 euros en concepto de multas, un 202.000% más. El ayuntamiento, también controlado por independientes, recaudó el año pasado 80.700 euros, cuando en 2015 solo ingresó 40 euros. Su alcalde, José Damián de la Peña, asegura que ellos no manejan esos datos. "No sé por qué Hacienda llega a esa conclusión. Nuestro nivel de sanciones es muy bajo, ni cuatro al mes".

Hay otros seis municipios madrileños (Collado Mediano, Guadarrama, Rivas, San Sebastián de los Reyes, Pozuelo y Algete) que consiguieron ingresar por multas más de 20 euros por vecino. La media en la Comunidad de Madrid está en 6 euros por habitante. Llama también la atención el bajo nivel de recaudación de Leganés, una de las cinco localidades más pobladas de la región. En 2016 solo ingresó 2,9 euros por residente. Robledo de Chavela, en la sierra de Guadarrama, considerado el principal 'paraíso fiscal' de la comunidad por la beneficiosa tasa de circulación que ofrece a los que matriculan allí su vehículo (hay 4.000 habitantes y 43.000 coches censados), solo ingresó por multas 0,36 euros por vecino.

De todas formas, la cantidad total ingresada en 2016 por los municipios madrileños (233 millones) es la más baja de los últimos seis años. En 2015 y 2014 fueron 239 millones en cada ejercicio: 270 millones en 2013; 296 millones en 2012 y 266 millones en 2011. Esto se debe a que en 2016 Hacienda ha contabilizado las liquidaciones presupuestarias de un número de municipios muy inferior al de años precedentes.