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Un cargo del Ayuntamiento acusa a Flores de presionar para reducir la seguridad

Francisco del Amo, Coordinador de Operaciones de Madrid Espacios y Congresos (Madridec), asegura que el Consistorio nunca supo con antelación el número de entradas vendidas esa noche

Foto: Miguel Ángel Flores, principal imputado en el caso. (EFE)
Miguel Ángel Flores, principal imputado en el caso. (EFE)

Francisco del Amo, Coordinador de Operaciones de Madrid Espacios y Congresos (Madridec), la empresa municipal que gestiona el pabellón Madrid Arena, ha acusado directamente a la empresa promotora del concierto que acabó con la vida de cinco jóvenes la madrugada del 1 de noviembre de 2012 de no controlar el aforo cuando era competencia suya. Es más, también acusó a Miguel Ángel Flores, dueño de la empresa promotora, Diviertt, de pedir una reducción de efectivos de seguridad en una reunión que se convocó días antes del concierto, algo que efectivamente se hizo.

"Al promotor le corresponde controlar el aforo, para eso se le dan los planos con el aforo por planta. Es el organizador quien debe controlar el aforo de las plantas cuando una de esas plantas se llena", explicó Del Amo este jueves en la tercera sesión del juicio por la tragedia del Madrid Arena. La declaración de Del Amo fue la más extensa, en algunos momentos muy farragosa llena de datos técnicos. El cargo municipal también recalcó que incluso "la decisión de por donde se entra al recinto es del promotor. Este alquila el espacio y decide cómo entran los espectadores. En algunos eventos se entra por los tres niveles (cotas 0, 5 y 11) o no. Se elige en función de aforo". La Fiscalía le preguntó entonces: ¿Y el Ayuntamiento controló el aforo? "No se pidió certificado de ventas", reconoció Del Amo.

El cargo municipal aseguró que intentaron en reiteradas ocasiones conseguir de Miguel Ángel Flores el número de entradas vendidas antes del concierto

Otro asunto polémico fue el número de efectivos de seguridad, necesarios para controlar el aforo. "El organizador siempre quiere abaratar los costes de seguridad, limpieza y mantenimiento", señaló Del Amo. En este caso hubo unos días antes del concierto una reunión para hablar de las medidas de seguridad. "Se invitó a la Policía Municipal, pero no asistió. Creo que tampoco acudió Seguriber [la empresa adjudicataria de la seguridad exterior del Madrid Arena]". Según Del Amo, "estuvimos dos semanas intentando averiguar qué cantidad de entradas se han vendido, interrogando al promotor, casi a diario según se iba acercando la fecha del concierto", intentando justificar así que el Ayuntamiento nunca supo el número real de entradas vendidas.

Del Amo reveló que se suele pagar unos 49 euros por hora de perro de seguridad; y entre 16 y 18 euros por hora de vigilante. "Se redujeron cuatro vigilantes. El señor Flores pidió que se redujeran los costes de seguridad y no proteger la zona de restauración porque no tenía nada que ver con el evento". Así se decidió. Seguriber aportó 38 vigilantes y dos coordinadores. Juan José París, coordinador de Seguriber, ya declaró ante los investigadores que le parecían pocos vigilantes. Por su parte, Kontrol 34 (la empresa que contrató Flores para la seguridad interior) tuvo esa noche 75 controladores de acceso. "Diviertt nunca quería que la seguridad interior fuera persona de Seguriber. No les gustaba la seguridad uniformada", lanzó otra andanada Del Amo.

"La tumba de mi padre"

A Francisco del Amo le costó reconocer que esa fatídica noche era el máximo responsable de Madridec. Hasta que se fue a casa. Luego se quedó al mando un técnico de operaciones del Ayuntamiento. "Si ese fin de semana me hubiera ido al pueblo a ver la tumba de mi padre no me hubiera pasado esto. Fui porque mi superior me lo pidió para hablar con varios promotores que querían utilizar el pabellón en diciembre. Del Amo también se defendió cuando la Fiscalía le recordó que una trabajadora declaró que él le había ordenado que se redujeran las requisas, los cacheos, en la entrada, para que pudiera entrar más gente. "Nunca ordené que se dejaran de hacer requisas, ni que estas fueran más ligeras", sentenció.

Las acusaciones fueron mutuas cuando el tribunal intentó dilucidar quién ordenó la apertura del portón de la cota 0, lo que permitió que unas 3.000 personas que estaban fuera del recinto haciendo botellón se colaran en el concierto. "Nadie me pidió esa noche que abriera el portón de cota 0. Nunca he entendido porque me adjudican a mí esa decisión. Nadie me pide que se abra el portón 0. En ningún caso. Yo estaba en otra zona".

Minutos antes le había acusado Santiago Rojo, director general de la empresa Diviertt y por tanto ‘mano derecha’ del promotor Miguel Ángel Flores. Rojo ha asegurado que él no dio la orden que abrió ese portón que servía de evacuación. "Oí al señor Paco del Amo dar la orden de que se abriera esa puerta. Yo no intervengo en sus decisiones". La Fiscalía cree que Francisco Del Amo fue el que ordenó aliviar los controles de entrada para agilizar el acceso al recinto de miles de jóvenes que esperaban en el exterior.

Lágrimas ante el tribunal

Rojo intentó este jueves dejar claro ante el tribunal que la empresa que organizó el concierto no es la responsable del exceso de aforo que provocó la muerte por aplastamiento de cinco jóvenes. En la misma línea de la declaración que un día antes había hecho su jefe. Rojo asegura que Diviertt no podía intervenir en las decisiones que tomaban Madrid Espacios y Congresos y Seguriber. Rojo, que se emocionó y lloró en la sala cuando describió el momento en que se dio cuenta de que algo iba mal porque se encontró a una de las víctimas tumbada recibiendo los primeros auxilios, reiteró que Madrid Espacios y Congresos gestionaba el edificio y Seguriber, la seguridad del mismo.

La mano derecha de Flores intentó en su declaración tirar balones fuera: reiteró que Madridec gestionaba Madrid Arena; y Seguriber, las labores de seguridad

En cierta medida, Rojo también reconoció que el concierto que se celebró la madrugada del 1 de noviembre de 2012 tuvo un exceso de aforo. "Seguro que había más de 10.000 personas, porque había gente que se coló. Seguriber era cliente de Madridec y no podíamos darle órdenes". Para finalizar, Francisco del Año quiso recalcar que se encontró lo vomitorios cerrados. "Normalmente las puertas siempre están abiertas. De los 8 vomitorios dejar solo dos abiertos es una barbaridad", señaló. Madridec detectó que había cintas en algunas de las puertas de esos vomitorios y pidió a Kontrol 34 que los quitara.

También declaró Miguel Ángel Morcillo, de profesión metre y trabajador de la empresa de Miguel Ángel Flores. Morcillo fue el responsable de la ubicación de las barras del bar en el concierto, "entre 16 y 18", y está está imputado porque estas bloqueaban total o parcialmente la mayoría de las salidas, Morcillo lo negó. Aseguró que ese día se encargaba de los camareros, del ropero y de las taquillas y que "monté las barras según los planos. No pusimos ninguna en las salidas de emergencia".

Francisco del Amo, Coordinador de Operaciones de Madrid Espacios y Congresos (Madridec), la empresa municipal que gestiona el pabellón Madrid Arena, ha acusado directamente a la empresa promotora del concierto que acabó con la vida de cinco jóvenes la madrugada del 1 de noviembre de 2012 de no controlar el aforo cuando era competencia suya. Es más, también acusó a Miguel Ángel Flores, dueño de la empresa promotora, Diviertt, de pedir una reducción de efectivos de seguridad en una reunión que se convocó días antes del concierto, algo que efectivamente se hizo.

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