De los Albertos al Madrid Arena: las tres magistradas que juzgan a Miguel Ángel Flores
Son las más expertas de la Sección Séptima y en sus espaldas pesan aún sentencias como las de Los Albertos, el caso Urbanor o la ilegalización de los Hammerskin
Son tres mujeres con experiencia, aplomo y profesionalidad. Y lo están demostrando. Ya durante las dos primeras sesiones del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid contra los 15 acusados por el homicidio imprudente de las cinco chicas que perdieron la vida el 1 de noviembre de 2012 en el Madrid Arena, las tres magistradas han dado muestra de su autoridad. Cinco acusaciones particulares, dos populares, dos fiscales y una docena de abogados defensores componen diariamente la sala de la planta baja del edificio de la Audiencia Provincial, la más grande de la instalación.
Cualquier magistrado es perfectamente consciente de lo difícil que resulta poner orden y dirigir con agilidad un proceso con todas estar partes personadas y en el que, además, deben declarar 15 acusados y más de un centenar de testigos. Un verdadero reto que parece haber recaído en las manos adecuadas. Las magistradas María Luisa Aparicio Carril -presidenta del tribunal-, Ángela Ascensión Acevedo Frías -ponente- y Mercedes del Molino Remera llevan ya un buen saco de juicios a sus espaldas y han visto de todo.
La Sección Séptima, compuesta por estas tres juezas y otros dos magistrados -María Teresa García Quesada y Miguel Ángel Fernández de Marcos-, ha presidido causas tan trascendentes desde el punto de vista mediático como la de los Albertos en 2009. La sección que juzgó a Alberto Cortina, Alberto Alcocer y sus abogados Ramón Hermosilla e Ignacio Peláez por una carta falsa utilizada por los dos primos para tratar de revisar la condena por estafa del Tribunal Supremo tenía en sus filas a las tres magistradas que estos días juzgan el Madrid Arena: Aparicio, Acevedo y Del Molino.
Son, de hecho, las tres juezas más antiguas de la sección. Aparicio incluso formó parte del tribunal que juzgó el caso Urbanor en 2001 junto a la entonces componente de la sala Ana María Ferrer y al posteriormente portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, José Antonio Alonso, quien también ocupó el cargo de ministro del Interior, primero, y de Defensa, después, bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero.
La Sección Séptima también declaró ilegal al grupo neonazi Hammerskin y condenó a prisión a 15 de sus miembros el mismo año en que juzgó a los Albertos, sentencia posteriormente confirmada por el Tribunal Supremo; también sentenció en 2014 al clan de los Jodorovich por asesinar y descuartizar a un narcotraficante colombiano en el municipio madrileño de San Martín de Valdeiglesias siete años antes.
Por el momento, las vistas celebradas en el caso Madrid Arena han mostrado a tres magistradas que aplican con eficacia el principio de economía procesal. La presidenta del tribunal sabe cortar a los abogados que se enrollan sin reclamar más protagonismo que el necesario, evita pérdidas de tiempo como la lectura de las preguntas a un acusado que ya ha dicho que no va a responder o atiende con sentido común las protestas de las partes, como la de una acusación particular que se quejó ayer porque la defensa de Miguel Ángel Flores hablaba continuamente de "las acusaciones" en general.
Aparicio, además, demuestra sentido del humor al sonreír con generosidad cuando el principal acusado pide ir por segunda vez al baño durante su declaración o al interrumpir al abogado José Luis Fuertes, representante legal de Flores, en el momento en que el letrado comenzaba a enrollarse al anunciar el orden en el que iba a intervenir. "Hable en el orden que quiera, pero hable ya", vino a decir la magistrada.
Al mismo tiempo, con claridad de ideas y de modo tajante, la presidenta de la sala sabe cortar al abogado que trata de pasarse. Fue el caso ayer del intento del propio Fuertes por tratar de dirigir la declaración de su cliente. "En resumen, usted quiere decir que...", dijo el letrado, que fue rápidamente reprimido por Aparicio. "No le diga lo que ha dicho, ya le he dejado yo que se explique y lo hemos entendido", respondió la magistrada, quien tras ser interpelada de nuevo por Fuertes -que dudó de que la sala se hubiera enterado de lo que decía Flores-, afirmó con sorna que "hacemos lo que podemos".
Son tres mujeres con experiencia, aplomo y profesionalidad. Y lo están demostrando. Ya durante las dos primeras sesiones del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid contra los 15 acusados por el homicidio imprudente de las cinco chicas que perdieron la vida el 1 de noviembre de 2012 en el Madrid Arena, las tres magistradas han dado muestra de su autoridad. Cinco acusaciones particulares, dos populares, dos fiscales y una docena de abogados defensores componen diariamente la sala de la planta baja del edificio de la Audiencia Provincial, la más grande de la instalación.