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"Hay que reflexionar sobre el trato injusto que reciben los extranjeros en España"
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"Hay que reflexionar sobre el trato injusto que reciben los extranjeros en España"

PROTAGONISTA A SU PESARQuién más quién menos todo el mundo le ha visto alguna vez empuñando el violín, porque lleva casi quince años haciéndolo en España.

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"Hay que reflexionar sobre el trato injusto que reciben los extranjeros en España"

PROTAGONISTA A SU PESAR

Quién más quién menos todo el mundo le ha visto alguna vez empuñando el violín, porque lleva casi quince años haciéndolo en España. Y la cantidad de años no es aquí anecdótica. Ara Malikian (Líbano, 1968) se ha visto envuelto en una sonada polémica con el Ministerio de Justicia, nada menos, que esta semana le denegó la nacionalidad española pese a que lleva trabajando y pagando impuestos en país desde 1998. El músico libanés de ascendencia armenia criticó a las autoridades en su cuenta de Twitter y despertó una oleada de apoyos que hasta ha obligado al ministerio de Ruiz-Gallardón a pronunciarse no oficial, pero sí oficiosamente. El primer sorprendido y sin duda el más afectado es él, que agradece el ánimo pero confiesa que, injusto o no, está deseando que el trago pase lo antes posible.

Parece mentira que tengamos que hablar de la nacionalidad de alguien que ha hecho flamenco con José Luis Montón, que ha interpretado para Almodóvar, que ha sido concertino en el Teatro Real, que presenta un programa de Televisión Española y que hasta le puso música a Manolito Gafotas.

Ya, pero no queda otro remedio (ríe). Al final da igual lo que hagas, todo se resume a lo que ponga en un papel.

Sabrás que fuentes del ministerio alegan ahora que cuando presentaste la solicitud no habían transcurrido 10 años desde que obtuviste el permiso de residencia.

Sí, soy consciente. No lo entiendo muy bien, la verdad. Yo llegué a España en 1998, tengo un número de la Seguridad Social desde entonces y no he parado de trabajar. Es una excusa tan rara la que me dan... Te dicen: "es que tenías que haber presentado la solicitud dos meses más tarde". ¿Dos meses? Para mí eso no es un pretexto. Otra cosa es que te falte un papel o que incumplas con las condiciones, pero dos meses para cumplir diez años cuando, además, han transcurrido ya casi quince desde que llegué... Es ridículo.

Sobre todo cuando de lo que se trata realmente, aunque a veces la burocracia nos haga perder la perspectiva, es de demostrar que vives y trabajas aquí.  

Claro. Pero funciona así. Ellos quieren justificarlo y siempre van a poder hacerlo de un modo u otro.  Me pasa a mí como le puede pasar a cualquier compañero extranjero.

Te he oído decir que a la hora de conseguir la nacionalidad podías haber elegido el camino fácil, casándote o intentando recurrir al enchufe, y que sin embargo tratase de ser franco.

Sí, exacto.

Parece casi peor que si te la hubieran denegado por razones políticas.

Lo es. He ido siempre de forma legal, porque no tenía prisa y porque además es como debe hacerse, y sin embargo esto es lo que te encuentras. ¡Y no será porque no existen maneras de hacer trampas!

¿Por ejemplo?

Trucos, son trucos que aceleran el proceso, no hace falta siquiera hacer nada directamente ilegal. Como casarse, por ejemplo. Mi pareja de entonces era española, casarme con ella no habría sido un fraude, pero yo no creo en el matrimonio, no veía por qué casarme solo por los papeles. Pero prefieren que sea así: que se cuele el que no lo hace bien y reprimiendo al que recurre a las vías legales. Así que mucha gente que ha vivido aquí durante años no es oficialmente española, pero le dan la nacionalidad a otros que ni hablan el idioma, o casi, y no han vivido aquí. Es de locos.

¿Qué tal llevas esto de verte en la palestra por trámites?

Mal, la verdad. Yo anuncié lo que me había pasado en Internet y me arrepiento, porque de repente todo ha empezado a ir demasiado deprisa y  me agobia. Sinceramente me gustaría que pase cuanto antes para seguir trabajando como siempre.

Podemos sacar una lectura de todo esto, o al menos es lo que has dicho en tu perfil de Facebook.

Sí, creo que hay algo que podemos aprender. Hay que reflexionar sobre el trato injusto que a veces reciben los extranjeros en España. En mi caso es un poco lo mismo, porque sigo haciendo mi vida normal y trabajando igual. La nacionalidad iba a facilitarme un poco las cosas para el trabajo, viajar, pedir visados y todo eso, pero nada más. Seguiré haciéndolo como hasta ahora. Pero hay gente que depende de la nacionalidad para no ser deportados, por ejemplo. Y gente que no conoce bien el idioma, que no tiene recursos para enfrentarse a la burocracia... Gente para quien todo esto es mucho más grave.

¿Convendría agilizar los trámites?

Yo creo que no estaría mal, claro, aunque soy extranjero, soy parte interesada, y además no me corresponde a mí decidirlo. Pero hablamos de la nacionalidad, ojo, de un simple trámite para gente que ya vive y trabaja aquí. Conozco solo mi caso y el de mis amigos, tampoco más, y por supuesto soy músico, no entiendo de esto ni pretendo hacerlo. Pero seguramente no haría daño que todo esto fuera menos mecánico, que los dossieres de cada persona se examinasen correctamente y que todo funcionase con un poquito de sentido común. Estamos hablando de la vida de muchas personas.

¿Volverás a presentar la solicitud?

Todavía no sé qué voy a hacer, está todo muy reciente.

Pero seguirás en España, espero.

¡Sí, sí, eso sí! Yo llegué aquí en 1998 porque me gusta mucho España, me siendo muy cercano al modo de ver la vida y a la alegría de los españoles. Y a Madrid, que es una ciudad que me encanta y de la que no quiero irme. Tiene una luz que no la tiene ninguna otra ciudad en el mundo, y a mí me ha dado mucha felicidad.

Como español espero que sigas creando cantera musical entre los niños, que es algo que me parece muy necesario.

Seguiré, seguiré. A mí también me parece muy necesario, y no solo para que aprendan a tocar o para que se conviertan en profesionales, sino porque estoy convencido de que la música y el arte en general hace a las personas más sensibles y mejores. El arte es indispensable para nuestra felicidad.

Algo que me gusta de tu trabajo es que no solo animas a los chicos a que se hagan músicos, sino que les enseñas que la música es divertida. Creas afición, no solo músicos.

Es que la afición es importantísima, porque en el fondo lo que vale no es saber de música, sino amarla. Eso es lo que te cambia, no el conocerla en profundidad. Es muy triste ver a músicos de orquesta que van a tocar para la tarde al ensayo como un funcionario, a cumplir y ya está. Y a la vez, es muy bonito ver a alguien que acaba de aprender, con cuarenta años, que no tiene técnica pero que es feliz tocando. Yo amo la música, y por eso siempre me he sentido más identificado con el aficionado, con el amateur, que con los profesionales.

La amas tanto que hasta te presentaste en las listas de Autores por el cambio, una candidatura a las elecciones celebradas el año pasado en el seno de la SGAE. Si eso no es comprometerse por la música...

¡Pero es que me liaron! Eso no me interesa nada y además yo no sé, soy músico y no entiendo de politiqueos. Me propusieron figurar en las listas pero lo hice como un favor, porque creía en las personas a las que acompañaba, aunque hoy me arrepiento, si te soy franco. Para los artistas hay algo muy importante, que es saber qué puede y qué no puede hacer. Y yo ahí no supe verlo muy bien, la verdad.

No sé si esto es una pregunta política, pero ahí va: ¿estás disfrutando en Pizzicato, el programa para niños de TVE en el que participas?

Sí, ahora sí, aunque me costó mucho entrar en ese mundo y todavía estoy aprendiendo. En todo caso me tengo por un afortunado y más cuando no hay ningún programa como aquel en el que yo trabajo en ninguna televisión española. Es un privilegio poder dedicarte a difundir la música en la que crees en un medio tan importante, y por eso le estoy muy agradecido a TVE.

Crucemos los dedos para que dure, entonces.

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