La sentencia pionera que da la custodia a los abuelos y condena a los padres a pagar la pensión

La pesadilla de estos abuelos empezó hace una década. Una hija inestable con problemas mentales y una pareja poco recomendable con la que se casó y tuvo dos hijos en 2013 y 2015. Antes de nacer el segundo, el joven matrimonio ya se había roto y firmaron el divorcio en 2016. Ella se quedó con la custodia y la pensión de alimentos y regresó a la casa familiar. No tardó en marcharse sola, dejando a dos bebés a cargo de sus padres.

Los abuelos maternos los criaron desde muy pequeños, apenas cinco meses el pequeño y dos años el mayor. Los llevaban al colegio, a las actividades extraescolares y organizaban planes de fin de semana, pero no podían firmar un permiso de excursión, solicitar una beca comedor o inscribirlos en una academia de inglés o en un equipo. Para todo, requerían de la autorización expresa de la madre —su única hija—, que legalmente tenía la custodia de los niños pero que, de facto, los había abandonado hacía años. No hay vínculo ni apego entre la mujer y los menores, pero de forma cíclica y recurrente, utilizaba la baza de los pequeños para hostigar, chantajear y extorsionar económica y emocionalmente a sus propios padres a los que bombardeaba con mensajes y amenazas.

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Europa Press

La madre natural hacía su vida y se mantenía con trabajos esporádicos en hostelería y con la pensión de alimentos para sus hijos que ella percibía directamente. "Era una situación insostenible", cuentan fuentes jurídicas próximas al caso, que ponen mucho empeño en garantizar el anonimato de esta familia que bastante sufrimiento carga a las espaldas, evitando dar detalles que puedan señalarlos en el pequeño municipio gallego en el que viven.

Los abuelos —que hoy tienen 66 y 71 años— no dejaron de intentarlo durante años. Tratando de que la madre se implicase, acudiese a las funciones de fin de curso, en las Navidades y se responsabilizarse de la crianza. Pero el bucle tóxico iba creciendo, como los niños, cada vez más mayores y conscientes de su vulnerabilidad. "Me los llevo", les espetaba a los abuelos una y otra vez, aunque no tenía a dónde ir ni cómo mantenerlos dignamente. Legalmente, podría hacerlo cuando le diera la gana, pese al rechazo y a la falta de apego de los pequeños hacia ella.

Con este problemón, llegaron al despacho MJB Abogados de Santiago, donde buscaron una vía novedosa para tratar de obtener la custodia directa por la vía civil, sin tener que denunciar en comisaría a su hija o tener que incapacitarla legalmente para privarla de la patria potestad. "Lo que se planteó era muy difícil para estas personas porque tenían que litigar contra su propia hija para quitarle a sus hijos. Era doblemente duro porque sufren como abuelos y como padres", explica a El Confidencial, Manuela Blanco Jiménez, la letrada al frente de este caso. "No podían correr el riesgo de que se llevaran los niños a un centro de menores mientras se estudiaba el proceso, así que optamos por buscar un nuevo camino", añade la abogada a este diario, que elevó el caso a los juzgados de Pontevedra.

Condena a los progenitores

Lo primero que recibieron fue un portazo en julio del 2022. Un auto de inadmisión "por falta de legitimación activa" para interponer la demanda por parte de unas personas que, pese a que hacían todo el trabajo de crianza de lunes a domingo las 24 horas del día, no podían acreditar la tutela legal. El 25 de noviembre del 2021 habían logrado que los padres les firmasen una escritura pública ante notario donde reconocían que eran los abuelos maternos quienes criaban y ejercían la custodia. Pero legalmente no era suficiente y el hostigamiento de la madre iba en aumento. Llamaron a las puertas de la Audiencia Provincial de Pontevedra, que tras estudiar el caso, le dio la vuelta y lo revocó el 6 de febrero del 2023 y mandándolo de nuevo al Juzgado de Instrucción y ordenando "la tramitación del procedimiento".

"Como no había precedentes, apelamos al derecho internacional que vela por el interés del menor por encima y en todo caso", explica. La sentencia llegó el pasado 26 de septiembre. A lo largo de 12 páginas, el juez deja claro que "los abuelos son los verdaderos custodios" frente a unos padres juzgados "en rebeldía procesal". Les concede la tutela que los capacita para continuar con la crianza con garantías legales, aunque no llega a retirarles la patria potestad a sus progenitores. De hecho, fija a su favor un régimen de visitas y llamadas —entre las 18 y las 20:00 horas— que probablemente no ejercitarán, ya que no se presentaron al juicio.

Además, y de forma novedosa, el fallo condena a los padres a pasarles la pensión de alimentos a los abuelos maternos: 323,40 euros el padre y 200 euros mensuales la madre. "Es la solución más acorde con el superior interés de los menores y que les permite que su vida y desarrollo tenga lugar en un entorno familiar adecuado, manteniendo sus relaciones familiares, e incluso en contacto con sus progenitores", sentencia el tribunal. En pocos días, el fallo será firme y abre un camino pionero para otras familias en situaciones similares, donde las personas que crían no tienen derechos ni seguridades jurídicas, frente a unos progenitores ausentes o que amenazan la estabilidad vital y emocional de los menores.