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"¡No puedo más, la tiro!": la desesperación del padre que salvó a su hija de las llamas en la casa okupa de Vigo
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MINUTOS CRÍTICOS

"¡No puedo más, la tiro!": la desesperación del padre que salvó a su hija de las llamas en la casa okupa de Vigo

La intervención de los servicios de emergencias y la Policía fue decisiva para que la tragedia no fuera mayor. Los cuatro fallecidos intentaron huir por la escalera y se toparon con el humo y el fuego

Foto: Dos agentes de la Policía trabajan en el edificio okupado de Vigo en el que murieron cuatro personas. (Europa Press/Javier Vázquez)
Dos agentes de la Policía trabajan en el edificio okupado de Vigo en el que murieron cuatro personas. (Europa Press/Javier Vázquez)

Los bomberos y agentes de la Policía que participaron en la extinción del trágico incendio de la madrugada del miércoles en Vigo no olvidarán jamás la agonía del rescate de los supervivientes. En concreto, la del padre de los tres menores que fallecieron junto a su madre en las escaleras del céntrico inmueble, que pudo salvar su vida y la de la más pequeña de la familia in extremis. Con su hija de ocho años en brazos, el hombre se encaramó a una ventana que vomitaba una densa columna de humo negro procedente del hueco de las escaleras. "¡La tiro, la tiro, no puedo más!", vociferaba el progenitor, literalmente abrasado por las llamas que lo acorralaban contra la pared. Quería evitar de cualquier forma que su hija muriese abrasada. Los primeros agentes en llegar, sin embargo, trataron de tranquilizar al hombre y le convencieron de que no lo hiciera, ya que no se daban las condiciones de seguridad mínimas para salvar la vida de la niña. En esos minutos, los policías ganaron el margen necesario para que acudieran más efectivos.

Los servicios de extinción llegaron a tiempo con la escalera exterior para que padre e hija escaparan de una muerte segura, pero nada pudieron hacer para evitar el triste desenlace del resto de la familia, en un suceso que conmocionó a la ciudad y que ha puesto de manifiesto las desastrosas condiciones de un céntrico edificio okupado de forma irregular en la práctica totalidad de sus viviendas. La pequeña fue trasladada a la unidad de quemados del hospital materno-infantil Teresa Herrera de A Coruña, en tanto el padre sigue ingresado en la UCI en Vigo. Como resultado del incendio, hay otros tres adultos graves en cuidados intensivos, de un total de 18 heridos.

Los fallecidos son Rosana, de 30 años, y dos niñas y un niño de 10, 12 y 14 años, llamados Aldara, Sara y Ezequiel. Vivían junto a su padre, Emilio, y su hermana menor, Jummy, en la cuarta planta de un inmueble de cinco pisos y 10 viviendas, dos por planta. Las víctimas mortales fueron localizadas, según ha podido saber El Confidencial de fuentes conocedoras de la investigación, en las escaleras ubicadas entre la cuarta y la quinta planta, lo que apunta a que intentaron escapar del fuego y tomaron la fatal decisión de salir de la casa. Los primeros indicios apuntan a que el fuego se inició en el portal, que estaba lleno de enseres como una moto, bicicletas y otros objetos, que ardieron rápidamente y provocaron una columna de humo que subió por la escalera y provocó la muerte por asfixia de las cuatro víctimas.

El cuadro eléctrico del portal ya había motivado una actuación anterior de los servicios de emergencias, cuando se registró un pequeño incendio que no se extendió a otras zonas del edificio, según confirmó la concejala de Seguridad de Vigo, Patricia Rodríguez Calviño. Fue hace unas semanas, en una de las "varias intervenciones" realizadas por la Policía Local en el lugar, de las que el resto quedaron reducidas a "falsas alarmas".

Hipótesis abiertas

Algunos de los residentes en el inmueble, el número 6 de la calle Alfonso X El Sabio, en el barrio de As Traviesas, sostienen que el incendio fue provocado por un okupa —del que incluso ofrecen datos personales— que fue expulsado por un compañero de piso. Según su relato, venía amenazando desde hace semanas con causar el mayor daño posible en venganza y llegó a provocar un altercado recientemente. "Si yo no vivo aquí, no vive nadie", aseguran que amenazó. El delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, no ha descartado que el incendio haya sido provocado, pero apuntó que es pronto para determinar las causas. Los investigadores mantienen todas las hipótesis abiertas, entre ellas, la intencionalidad del suceso, e incluso que existieran en el interior del inmueble sustancias que facilitaran el avance de las llamas.

placeholder El portal del edificio. (Europa Press/Javier Vázquez)
El portal del edificio. (Europa Press/Javier Vázquez)

Lo que sí es un hecho confirmado por todo el vecindario es la conflictividad del edificio, en el que residían vecinos de diferentes nacionalidades y etnias y en el que eran habituales las peleas y el menudeo de droga. El Ayuntamiento de Vigo informó de que el inmueble cambió hace aproximadamente un mes de propietarios, que comunicaron a las autoridades municipales su intención de desokuparlo para proceder a su rehabilitación. No consta en todo caso que hubiera daños importantes en su estructura. Según la concejala de Urbanismo, María José Caride, el ayuntamiento tenía constancia de algunos desperfectos en una fachada interior, pero los técnicos no pudieron ratificarlos porque los residentes no les permitieron el acceso al patio a través de sus viviendas.

El ayuntamiento destacó la rápida intervención del equipo de Bomberos, que se personó en el lugar de los hechos solo seis minutos después de registrar la primera llamada de auxilio, extremo que fue confirmado por el sargento jefe del parque, José Villar. Según informó la sección sindical de la CUT en el servicio de extinción, los bomberos realizaron informes sobre los problemas que presentaba el inmueble en anteriores intervenciones, en los que alertaron de las malas condiciones de habitabilidad y de la acumulación de enseres en espacios comunes, "lo que podría suponer un problema en caso de incendio grave".

"Consternación"

La concejala de Bienestar Social, Yolanda Aguiar, confirmó que los servicios sociales del ayuntamiento y de la Xunta conocen a la familia de los fallecidos, que tenía "historia abierta" en ambas administraciones. Trece de las alrededor de 30 personas que residían en el edificio fueron reubicadas en el albergue municipal, donde reciben atención psicológica y psicosocial. El ayuntamiento también se ha hecho cargo de los siete perros que vivían en distintas viviendas del número 6, varios de ellos de razas peligrosas, que fueron trasladados a la Protectora Municipal.

El alcalde de la ciudad, Abel Caballero, manifestó la “consternación” de Vigo por lo ocurrido y agradeció las muestras de apoyo recibidas, entre ellas, las del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el de la Xunta, Alfonso Rueda, y el del Parlamento gallego, Miguel Ángel Santalices. El ayuntamiento decretó tres días de luto oficial, al igual que la Diputación de Pontevedra, que suspendió su agenda oficial.

Los bomberos y agentes de la Policía que participaron en la extinción del trágico incendio de la madrugada del miércoles en Vigo no olvidarán jamás la agonía del rescate de los supervivientes. En concreto, la del padre de los tres menores que fallecieron junto a su madre en las escaleras del céntrico inmueble, que pudo salvar su vida y la de la más pequeña de la familia in extremis. Con su hija de ocho años en brazos, el hombre se encaramó a una ventana que vomitaba una densa columna de humo negro procedente del hueco de las escaleras. "¡La tiro, la tiro, no puedo más!", vociferaba el progenitor, literalmente abrasado por las llamas que lo acorralaban contra la pared. Quería evitar de cualquier forma que su hija muriese abrasada. Los primeros agentes en llegar, sin embargo, trataron de tranquilizar al hombre y le convencieron de que no lo hiciera, ya que no se daban las condiciones de seguridad mínimas para salvar la vida de la niña. En esos minutos, los policías ganaron el margen necesario para que acudieran más efectivos.

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