La Navidad empieza hoy… en el planeta Vigo: 11,5 M de luces y el mismo gasto que para escuelas

Septiembre en el Planeta Vigo. Recta final del verano, vuelta al cole y, sin solución de continuidad, el lucerío navideño. Los operarios de Iluminaciones Ximenez han iniciado este martes la colocación del alumbrado navideño que la ciudad olívica reivindica ya como su principal baza turística por delante de las islas Cíes, los cruceros, la playa de Samil o el mercado de las ostras.

Fue una gran caja de regalo en la Gran Vía, la arteria comercial de la ciudad. “Hoy arranca la Navidad en el planeta. Toda España estaba deseando que diéramos esta rueda de prensa’, afirmó el alcalde, Abel Caballero. Su entusiasmo quedó aplacado por una protesta en la calle de los trabajadores de Vitrasa- la empresa municipal de transporte- que pedían "menos luces y más autobuses".

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A. Farnós

Con el verano enfilando la recta final, a 25 grados, las bolas, estrellas, trineos y otros motivos típicamente navideños ya han empezado a colgar de las calles y farolas. ¿Muy pronto? En el Concello sostienen que el montaje ya va tarde. El año pasado comenzaron el 2 de agosto para tener la parafernalia a punto para mediados de noviembre. Las luces navideñas estuvieron encendidas más de dos meses: del 19 de noviembre al 15 de enero, aunque redujeron una hora al día para tratar de aplacar las voces críticas contra el despilfarro eléctrico.

Caballero no ha querido hoy poner fecha y hora al encendido de este otoño para evitar que otras ciudades le contraprogramen y le "copien" las novedades. El montaje será largo. Empiezan por los elementos periféricos y terminarán en un árbol central en la Porta do Sol que será, dijo, "el más grande del mundo" con cerca de 40 metros, el equivalente a un edificio de 12 plantas.

En cifras, el alumbrado impone: 11,5 millones de luces led en 450 calles iluminadas, 6.000 estructuras, 3.708 arcos de luz, 56 elementos de gran porte y 2.318 árboles iluminados en una ciudad de 300.000 habitantes. Haciendo cuentas, salen a 38,2 luces por vecino con un gasto de 2,2 millones de euros esta anualidad, prácticamente lo mismo que el Ayuntamiento de Vigo destina a las escuelas infantiles para todo el curso.

Más de 38 luces por vecino y un presupuesto de 9,4 M hasta 2027

El pliego del alumbrado salió a licitación en agosto para el periodo 2023-2027 -coincidiendo con la legislatura- por 9,48 millones de euros y se adjudicó a la andaluza Ximenez, la única firma que concurrió y que está detrás de la explosión de colores de la Navidad viguesa desde el 2018. El contrato es toda una declaración de intenciones de luces in crescendo que refleja la apuesta de Caballero por una Navidad bien iluminada hasta la próxima cita con las urnas a razón de dos millones por cada año: 2,1(2023), 2,3(2024), 2,4(2025) y 2,5 (2026). Un gasto, también, muy cuestionado por la factura energética que implica con el cambio climático arreciando entre sequías prolongadas y lluvias torrenciales.

Caballero, el duende de la Navidad

Lo que parecía una excentricidad y un empeño personal del alcalde, Abel Ramón Caballero Álvarez (Ponteareas, 1946), se ha ido consolidando en la dirección que él buscaba: situar a Vigo como la Navidad de referencia en España y aspirar, sin complejos, a ser un punto luminoso en el planeta. "Hemos superado a Nueva York", proclamó. Afirma que más de seis millones "contadas persona y día" pasaron por Vigo durante el último alumbrado navideño, una cifra con un retorno económico multimillonario para el comercio y la hostelería local.

Sin embargo, no todos los vecinos están conformes con la Navidad desorbitada de Vigo. Las quejas reiteradas de la asociación vecinal Zona Centro por el ruido generado por la supernoria y otras atracciones en el Areal dejan abierta la puerta a buscarles otra ubicación. El malestar vecinal llegó a los juzgados en varias denuncias todavía por dilucidar aunque el primer fallo (recurrido) dio la razón al Concello frente a la vecina que lo denunció.

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Carlos Prieto. Vigo Fotografía: Brais Lorenzo

El socialista encadena cinco mandatos consecutivos con mayorías impepinables. Fue ministro de Transportes con Felipe González, perdió estrepitosamente contra Manuel Fraga en las autonómicas gallegas, pasó sin pena ni gloria por la Autoridad Portuaria de Vigo y cuando parecía que ya no le quedaba mucho recorrido político, se hizo con la alcaldía de Vigo en 2007 con el apoyo del BNG en el primer asalto al Ayuntamiento.

No tardó en imponer su estilo que le valió para ser uno de los alcaldes más votados de España y un habitual en las redes por sus proclamas en inglés, su desparpajo sin muchos pelos en la lengua y ocurrencias como un rap al Celta o retar a sus homólogos a bailar break dance. Ni la oposición ni su manifiesta enemistad con la Xunta le han restado popularidad ni han logrado desapearlo del sillón. Caballero, que se acerca a las ocho décadas de vida, no tiene intención de jubilarse. Mientras sea alcalde, quiere meter a todo un país en Vigo. “Es la mejor Navidad del mundo e invito a toda España”.