Muere un mes después de dejar la UCI el paciente de coronavirus que más tiempo ha estado en cuidados intensivos

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144, 158, 172 días... A lo largo de la crisis sanitaria del coronavirus SARS-CoV-2 en España, son varios los pacientes positivos en covid-19 que han batido el récord de permanencia en una unidad de cuidados intensivos (UCI) de un centro hospitalario, ya que en los casos con mejor situación clínica los enfermos pasaron a planta, después de ingresar en el mes de marzo, en pleno agosto. Al salir de la UCI del Hospital de Igualada, en Barcelona, el pasado 3 de speptiembre, el trabajador sanitario Ángel Mateos —empleado en este mismo hospital, donde trabajaba como auxiliar— se convirtió en el paciente que más tiempo había estado ingresado por coronavirus en una UCI de toda España. Ahora, el centro hospitalario en el que se recuperaba del covid-19 ha compartido a través de las redes sociales que Mateos ha fallecido tan solo un mes y medio después de abandonar esta unidad, aunque se desconoce si su muerte se ha producido por complicaciones derivadas de la enfermedad causada por el SARS-CoV-2

El paciente, que hacía más de 20 años que trabajaba en este centro como auxiliar, estuvo un total de 172 días ingresado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital de Igualada, donde fue hospitalizado el pasado 16 de marzo, un día después de que se hiciera efectivo el estado de alarma decretado en el país para frenar la curva de contagios del coronavirus. Un mes y medio después de salir, el centro ha dado a conocer la noticia del fallecimiento de este paciente, que se produjo este miércoles 21 de octubre y de la que no se han reportado más detalles. "Queremos hacer público nuestro más sincero pésame a toda la familia y amigos por la muerte de nuestro querido compañero Ángel Mateos. Ángel, luchador, nos dejas un gran vacío y siempre te recordaremos", indica el hospital en un tuit.

Durante la estancia en la UCI, el sanitario, que ingresó el lunes 16 de marzo de madrugada con una insuficiencia respiratoria grave secundaria que derivó luego en una neumonía bilateral, presentó múltiples y muy graves complicaciones (coagulopatías, insuficiencia renal con necesidad de hemodiálisis o sepsis por infección respiratoria y abdominal, entre otras dolencias), que hicieron temer por su vida muchas veces. "Más que un Ángel es como un ave fènix que ha resurgido una y otra vez de todas las complicaciones", describió entonces el jefe de servicio de anestesiología y medicina intensiva, Santi Abreu.

A principios de septiembre, cuando el hospital dijo que había ganado "el primer combate", los médicos que lo trataban ya advertían que a pesar de que podía hablar y sus órganos internos funcionaban con normalidad, empezaba un largo camino hasta su completa recuperación, ya que debido a la larga estancia en la UCI menguó mucho el tono muscular del paciente. Le quedaba, dijeron, un amplio recorrido de recuperación para reeducar el cuerpo y ganar fuerzas con un trabajo físico diario e intenso que tenía que llevar a cabo en el Instituto Guttmann, adonde lo trasladaron cuando salió de Igualada.