Puig cesa al presidente del puerto de Valencia para aplacar el malestar con el encaje en la ciudad

El Consell del Botànic aprobó este viernes elevar al consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Valencia el cese de Aurelio Martínez como presidente de la misma. Se trata de una facultad que tiene el presidente de la Generalitat pese a la dependencia orgánica del enclave marítimo del Estado. Su sustituto será Joan Calabuig, actual secretario autonómico para la Unión Europea y Relaciones Externas, una persona muy cercana al barón socialista Ximo Puig. Calabuig fue varios años concejal del Ayuntamiento de Valencia, a cuya alcaldía llegó a aspirar sin éxito como candidato del PSOE en los comicios de 2011. Su puesto en la Generalitat lo ocupará Carolina Punset, ahora Comisionada para Asuntos Europeos e Iniciativas Estratégicas.

La salida de Martínez, que el próximo 7 de abril cumple 76 años, ha sido sorpresiva, pero no ha extrañado a nadie. Hacía tiempo que había perdido, no solamente la interlocución con el Ayuntamiento de Valencia, sino también la confianza de la Generalitat. Varias circunstancias han detonado el relevo, escenificado con una carta de renuncia voluntaria y ejecutado aprovechando la ventana que abría el nombramiento de Enrique Vidal como presidente del puerto de Castellón en sustitución de Rafa Simó, que deja el cargo para ser cabeza de lista provincial en las autonómicas.

La primera motivación del cambio, más inmediata, pero menos determinante, ha sido el impacto mediático del proceso judicial que acaba de arrancar por la venta del Valencia CF a Peter Lim, de la que Martínez fue protagonista en 2014 como responsable financiero de la sociedad deportiva, con Amadeo Salvo al frente. El valencianismo hace tiempo que viene poniendo en la diana a Martínez y Salvo por una operación de traspaso que ha resultado fallida, un malestar que comenzaba a escalar contra la imagen de Ximo Puig por mantenerlo en el puerto de Valencia.

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Pero, más allá de las ansias punitivas de la afición del Valencia CF, lo que explica la decisión de prescindir de Martínez y acudir a las urnas el 28 de mayo con una cara nueva es la intención de lanzar el mensaje de una nueva etapa en la que el esfuerzo por mejorar la comunicación del puerto con la ciudad será uno de los encargos de Calabuig. Y más en un momento en el que el Consejo de Ministros está muy cerca de dar luz verde a las millonarias obras para la culminación de la controvertida ampliación norte, a la que se oponen Compromís y Podemos.

Calabuig recibe el encargo de mejorar la gestión política de la ampliación, a la que el PSOE no renuncia

Así lo trasladó el propio Puig a los miembros del Consell en su reunión matinal. "La decisión nace de la necesidad de poder mejorar la interlocución entre el puerto y el Ayuntamiento de Valencia", explicó la vicepresidenta y portavoz del Ejecutivo autonómico, Aitana Mas. "No es novedad que hay discrepancias en torno a la vertiente medioambiental". El bloqueo sobre el modelo de gestión de la Marina Real de Valencia, cuya reversión al paraguas de la Autoridad Portuaria estaba favoreciendo Martínez amparado en informes de la Abogacía del Estado, también ha enrarecido mucho la relación puerto-ciudad en los últimos meses.

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Ximo Puig insistía este viernes que la salida de Aurelio Martínez "no es una destitución, sino un relevo", y trataba de destacar su gestión económica del enclave, que sí es valorada por el universo portuario, muy potente e influyente. Un ejemplo: el presidente de poderosa Asociación Valenciana de Empresarios es el naviero Vicente Boluda. "El puerto tiene la gran finalidad de ser un gran espacio para la exportación; somos una sociedad abierta al mundo y queremos fortalecer esa voluntad exportadora", manifestaba.

"Se abre un nuevo tiempo que espero que sea de acuerdo y consenso, al igual que ha sido en algunos temas con su predecesor. El puerto es una parte importante de la ciudad y debemos trabajar de forma coordinada", afirmaba el alcalde Joan Ribó (Compromís).

La posición del PSPV-PSOE es tratar de hacer compatible el proyecto portuario, al que no renuncia pese a las presiones de Compromís y Unidas Podemos, con la mitigación de sus impactos medioambientales, especialmente en las playas del sur de Valencia, que ya han encendido alertas en el parque natural de la Albufera. A Calabuig le va a tocar hacer la gestión política del proyecto de ampliación y el modelo de integración con la ciudad, según explican fuentes conocedoras de la decisión de Puig. "Necesitábamos encarar las elecciones con una persona que sea creíble para enfocar la gestión del puerto y su integración con la ciudad", señalan fuentes socialistas.

La continuidad y alcance del mandato de Calabuig, no obstante, dependerá de que el Botànic logre revalidar una tercera legislatura. De lo contrario, lo lógico es que un Consell presidido por el popular Carlos Mazón opte por situar a una persona distinta y de la confianza del PP.