El Benidorm Fest desata la locura en la capital del turismo: "Eurofan se nace, no se hace"

El año pasado fue el de recuperar la fe y la ilusión, pero este, con la segunda edición del Benidorm Fest, directamente se ha desatado la locura en la localidad alicantina. Entradas que se agotan en segundos, pantallas gigantes para seguir las galas, actos paralelos que se extienden toda una semana, eurofans, eurodramas y música convierten a Benidorm estos días en el epicentro español de Eurovisión.

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El Ayuntamiento espera que esta sea la nueva gallina de los huevos de oro de la promoción de la ciudad. Bares, restaurantes y cafeterías prevén hacer su agosto y los establecimientos hoteleros confían en que esta semana sirva para remontar los datos de una quincena de pura temporada baja. Y no andan desencaminados. Las cifras apuntan a una ocupación del 80% el próximo fin de semana, cuando se celebre la final del certamen, según la patronal Hosbec.

De hecho, los establecimientos de cuatro estrellas superior ya rozan una ocupación del 90% gracias a las plantillas de técnicos, producción y artísticas, a los que hay que sumar los visitantes de alto poder adquisitivo. No en vano, 200 operarios de RTVE llevan semanas para convertir el Palau d’Esports L’Illa en el corazón del sueño eurovisivo. Una estructura escénica levantada sobre 3.500 metros cuadrados, más capacidad de público con 1.250 personas a pie de pista y otras 1.000 en gradas, carpas de acceso con paneles que unen la historia del Festival de la Canción de Benidorm y el Benidorm Fest y todos los elementos necesarios para que los eurofans peregrinen a la ciudad en masa.

Recuperar la pasión por Eurovisión

Javi Casado es un eurofan declarado. Se sabe todos los entresijos del certamen y tiene sus canciones favoritas de las que, por ahora, no suelta prenda. Es seguidor de Eurovisión "dese bien pequeñito" y sus primeros recuerdos vinculados al festival se remontan a “cuando no había preselecciones. Entonces, semanas antes, TVE emitía los videoclips y ya me iba enganchando a las canciones”. Recuerda ver todas las ediciones y vivir con especial pasión el momento de las votaciones.

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Y como sucede con muchos de los eurofans, es el único entre su grupo de amigos. “A veces nos juntamos para ver el festival, pero frikis a mi nivel de enterarse de todo y seguir las noticias, solo estoy yo”, confiesa. Compara la pasión por el concurso con la que pueden sentir los futboleros. “Es algo que te corre por las venas. Si cuando tu equipo juega mal, tú lo sigues apoyando, cuando España manda una birria de canción, tú sigues ahí”, ilustra.

Vivió el Benidorm Fest del año pasado “con muchísima ilusión” y asegura que la apuesta por recuperar un certamen para seleccionar la canción que representará a España “ha hecho que un país entero recupere la pasión por Eurovisión más allá de los eurofans. ¿Quién no vio el año pasado a Chanel?”. No obstante, también advierte de alguna sombra, como la reventa de entradas fraudulenta que han denunciado estos días algunos afectados.

Eurofan se nace y no se hace

Adrián Sánchez es de Benidorm y es profesor en un centro educativo de la ciudad. El primer Eurovisión que recuerda fue el de Rosa, la ganadora de la primera edición de Operación Triunfo y, desde entonces, no se perdió ni uno hasta hace unos años. Se había desencantando hasta que llegó el Benidorm Fest. “No veía proyecto que me gustase, ni canciones competitivas ni estaba de acuerdo con muchos de los representantes que mandábamos, pero el año pasado descubrí nuevos cantantes que me gustaron y me enganchó”, confiesa.

Para él, el Benidorm Fest es una actualización del Festival de Benidorm al que recuerda ir con sus padres de pequeño. El año pasado consiguió dos entradas para la primera semifinal gracias a un sorteo de Instagram y pudo ir con una amiga que es aún más eurofan que él. “La segunda semifinal y la final ya la vimos desde casa, pero en la primera me gustó mucho el clima tan especial que se respiraba y codearme con otros eurofans y convivir con ellos como una hermandad”, señala.

“Lo somos y punto, porque eurofan se nace y no se hace”, dicen

Este año no ha habido forma de conseguir una entrada. “Se bloqueó la página y a los pocos minutos que volvió a funcionar ya estaban todas las entradas agotadas, así que esperamos algún sorteo de última hora”, confía. Ninguno de los dos sabe explicar por qué son eurofans, solo, lo que les transmite la música. “Lo somos y punto, porque eurofan se nace y no se hace”.

Eurofans junior

José y Candela son padre e hija. La eurofan es ella, pero tanto su padre como su madre se volcaron el año pasado para que pudiera vivir su pasión. Consiguieron entradas para las galas y la acompañaron. Tiene 17 años y ella es la única seguidora de sus amigos. El gusanillo le picó con el formato junior de Eurovisión y ahora se ha hecho fan de la versión adulta. El chanelazo tuvo mucho que ver.

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Y aunque el año pasado sí que pudo disfrutar en vivo de las galas, este se ha encontrado el mismo problema que otros muchos fans. Las entradas se agotaron en segundos y, a pesar de haberlo intentado, se ha quedado sin ninguna.

Mientras, en Benidorm ya está todo preparado. Los actos previos daban inicio este domingo con la “alfombra naranja” de bienvenida a los 18 artistas participantes y a los presentadores y con conciertos. Continuarán los días que no haya gala con el Euroclub en el que participarán artistas como Rosa, Ruth Lorenzo, Soraya o Karina.