Rivera desafía a Rajoy y la hegemonía de veinte años del PP en el feudo valenciano

“¿A quién quieres más, a papá o a mamá?”. Esa es la pregunta divertida que hace la responsable de comunicación de una de las dos formaciones (PP y Ciudadanos) que se comerán este sábado por la mañana la agenda política en la Comunidad Valenciana. El presidente del Gobierno y candidato del PP a la reelección, Mariano Rajoy, ha elegido Valencia para la puesta de largo de las líneas básicas de su programa electoral para las elecciones generales del próximo 20 de diciembre. La intención es clara, tratar de poner freno al hundimiento en la cosecha de votos que vaticinan las encuestas con respecto a 2011 en un territorio que fue clave para reforzar la mayoría absoluta de los populares y que ahora parece haber dado la espalda a la formación de la gaviota. Del 53,9% de los votos obtenidos hace cuatro años podrían pasar ahora a menos de la mitad, una fuga de más de 700.000 votos. Ninguna estimación les pone por encima del 30%, al igual que en el conjunto de España. En círculos internos se habla de que han salido algunos 'trackings' muy preocupantes del 21% en intención de voto, aunque la líder regional, Isabel Bonig, se esfuerza en transmitir optimismo: “Progresamos adecuadamente”, ha señalado recientemente.

Para colmo de Mariano Rajoy, va a tener que compartir protagonismo con Albert Rivera, el líder emergente de Ciudadanos que ha elegido también este sábado para visitar la capital del Turia. Rivera está jugando fuerte la carta valenciana. Ciudadanos está concentrando sus esfuerzos en la Comunidad Valenciana, en Andalucía, Madrid y Cataluña, donde los sondeos parecen favorecerle. La formación emergente aspira a superar al PSOE en número de votos en España pero también a utilizar la campaña electoral para recortar diferencias con los populares. En qué medida aciertan las encuestas es una incógnita que se resolverá en menos de veinticinco días. En los anteriores comicios autonómicos Ciudadanos obtuvo finalmente menos votos de los que vaticinaban algunos gurús de la demoscopia.

Pero ahora el ascenso del partido de Rivera parece ir en serio. En el caso valenciano han aparecido incluso estimaciones que sitúan a la joven formación política por encima de los populares. De producirse esta circunstancia sería la primera vez en veinte años que el PP no se coloca como primera fuerza regional, ya sea en comicios autonómicos como generales. Ciudadanos se estrenó como cuarto partido más votado el pasado 24 de mayo, con 309.121 votos y el 12,60% de los sufragios. Los populares se quedaron a dos décimas del 27%, a mucha distancia del 50% de las autonómicas de 2011. Ahora podrían perder más de la mitad de los veinte escaños del Congreso de los Diputados que cosecharon en aquella cita, mientras que el partido de Rivera aspira a estrenarse con entre siete y ocho actas.

Verse desalojado de ese primer puesto sería un duro golpe para los populares. La formación de la gaviota, pese a ser la más votada en las pasadas elecciones autonómicas, ha perdido la mayor parte de su poder institucional en la Comunidad Valenciana, desde la Generalitat (que comparten PSPV-PSOE y Compromís) hasta los grandes ayuntamientos como el de Valencia. Se ha atrincherado en las diputaciones de Alicante y Castellón.

Un final de 'sprint' a cuatro

Cuantos más votos arañe Rivera a Rajoy más pueden equilibrarse las fuerzas con el resto de partidos en liza. El PSOE no recupera respaldo electoral en la Comunidad Valenciana pero podría rondar el 25% de los votos, mientras que Podemos ha sumado fuerzas con Compromís con la intención de dar el sorpaso a los socialistas y convertirse en la primera fuerza de la izquierda. Todo apunta a un 'sprint' final a cuatro que se resolverá con el voto de los indecisos y en función de la capacidad de movilización de cada partido.

Hay dudas sobre quién ha contraprogramado a quien en esta jornada de sábado. Los populares fueron los primeros la semana pasada en anunciar la elección de Valencia para presentar sus catálogos de propuestas electorales. Ciudadanos anunció su acto el martes, en lo que se ha interpretado como un intento claro de pisar la tostada a Rajoy. “En realidad estaba previsto desde hace un mes, pero se ha anunciado ahora”, confiesan fuentes de Ciudadanos. “Sí parece ser que han querido contraprogramar”, admiten fuentes populares. Lo cierto es que no ha habido clemencia por ninguna de las partes: coinciden hasta en la hora del acto.

Por haber, ha habido competencia hasta en los emplazamientos elegidos para celebrar los actos. Ciudadanos había sondeado la posibilidad de asociarse a la imagen siempre espectacular de la Ciudad de las Ciencias, pero ha sido finalmente el PP el que ha reservado la terraza cubierta de uno de sus elementos, el Hemisfèric, el planetario diseñado por Santiago Calatrava. El recinto tiene aforo para unas mil personas que la formación de la gaviota confía en convocar sin mucha dificultad.

Por su parte, Ciudadanos, con mucha menos capacidad de convocatoria orgánica ha buscado un emplazamiento callejero, en pleno centro histórico, para atraer curiosos entre paseantes y turistas, además del público más fiel. Rivera cierra el acto y estaría acompañado del cabeza de lista, Vicente Ten, el número dos, Toni Cantó, y la portavoz parlamentaria en las Cortes autonómicas, Carolina Punset.