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'Welcome back', Schengen: Francia reabre los pasos que cerró para el control de la inmigración
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ADIÓS A LAS PIEDRAS Y A LAS VALLAS

'Welcome back', Schengen: Francia reabre los pasos que cerró para el control de la inmigración

Oficialmente, solo está prohibido el tránsito en cuatro puntos de Cataluña, pero hace tiempo que ningún policía vigila y que los vecinos buscaron alternativas: habilitar caminos en fincas privadas y quitar las piedras que bloqueaban las carreteras

Foto: Puerto de Banyuls. Excavadoras francesas colocan, el 11 de enero de 2021, bloques de cemento para impedir el paso. (FR3/Televisión pública francesa)
Puerto de Banyuls. Excavadoras francesas colocan, el 11 de enero de 2021, bloques de cemento para impedir el paso. (FR3/Televisión pública francesa)

En enero de 2021, de forma unilateral y bajo el pretexto de posibles ataques terroristas, el Gobierno francés cerró varios pasos fronterizos con España. En el puente Avenida de Irún, colocó un vallado que impidió cruzar a los vecinos a Hendaya; en Col de Banyuls, en Cataluña, bloqueó la carretera con unos pedruscos. De la medida, bordeando la ilegalidad por impedir la libre circulación en el espacio Schengen, queda poco. La semana pasada, Francia retiró la alambrada del municipio vasco y ya permite el tránsito en los tres puntos de la frontera con Navarra que también permanecían cerrados. La única excepción es Cataluña, donde oficialmente en cuatro pasos sigue prohibido el tránsito, aunque los vecinos ya hace tiempo que se buscaron alternativas (se han creado nuevos caminos en fincas privadas) y los policías franceses dejaron de patrullar y de recolocar las piedras que los fines de semana los habitantes de este lado de la linde se encargaban de retirar.

En estos casi tres años de vigencia, Francia ha ido desplegando todo un arsenal de excusas (la pandemia, el terrorismo, la inmigración) para impedir el paso. De hecho, en Irún no descartaban hace unos días que el país vecino diese marcha atrás ante la posibilidad de atentados por la guerra entre Israel y Hamás y tras la llegada de decenas de miles de inmigrantes a través de Canarias, pero de momento Francia, aunque no ha retirado los controles, permite la circulación. Es la misma sospecha que tiene Carles Lagresa, alcalde de Espolla (408 habitantes, Girona). A menos de 10 kilómetros de la frontera con Francia, siguiendo la carretera que va a Col de Banyuls, justo en el límite, es una de las localidades cuyos vecinos, hartos de los problemas para cruzar, decidieron por su cuenta retirar los bloques que dificultaban el paso. Al principio, Francia volvía a recolocar las piedras, pero hubo un momento en que dejó de hacerlo.

"Desde el pasado mes de febrero ya no hay problemas para pasar", explica el primer edil, que recuerda lo burdo del método empleado para cortar el paso. Entre las piedras, de grandes dimensiones, había huecos por los que una persona andando, en bici o incluso en moto podía cruzar, pero no un vehículo convencional. También circulaban los 4x4 invadiendo parte del arcén. "Hubo una temporada en la que además había autoridades francesas. Había controles del ejército, pero realmente estaban de bulto, porque la gente pasaba igual. No se pedía documentación", explica el alcalde. No obstante, las molestias para los vecinos que a diario deben cruzar para trabajar en Francia eran notables, igual que para los restaurantes del pueblo, que de la noche a la mañana se quedaron sin muchos clientes franceses.

Lagresa es uno de los alcaldes que se han movilizado en Europa para exigir que Francia no pueda volver a cerrar el tránsito de forma unilateral. También lo hizo el alcalde de Irún, José Antonio Santano, para forzar la reapertura del puente Avenida, un paso peatonal por el que transitan viandantes y ciclistas. Irún (62.920 habitantes) ha sufrido de forma especial estos años el bloqueo y su alcalde señala directamente a las autoridades francesas por unos controles que, a su juicio, tienen un componente racista para impedir la entrada de los inmigrantes subsaharianos que cruzan la Península. Precisamente, Francia justificó su decisión de reabrir los pasos por "los progresos realizados con las patrullas mixtas en esas zonas", según la carta que el ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, remitió a su homólogo español, Fernando Grande-Marlaska, a finales del pasado septiembre.

placeholder Concentración para protestar por el cierre del paso a Francia por el puente Avenida de Irún el pasado verano. (EFE/Javi Colmenero)
Concentración para protestar por el cierre del paso a Francia por el puente Avenida de Irún el pasado verano. (EFE/Javi Colmenero)

Este fue uno de los asuntos tratados en la cumbre francoespañola que en enero se celebró en Barcelona. La "intensificación de la cooperación transfronteriza" se ha saldado en lo que Francia llama Pirineos Atlánticos (la parte de la frontera que discurre por el País Vasco y Navarra) con un incremento de las patrullas conjuntas, lo que "permitirá mantener un nivel de control del espacio fronterizo equivalente al que existe ahora". Fuentes del Ministerio de Interior consultadas por El Confidencial se remiten a Francia cuando se les pregunta por qué no se ha adoptado la misma medida en los Pirineos Orientales (Cataluña) y tan solo constatan que oficialmente permanecen cuatro pasos cerrados (Col de Banyuls, Enveitg, Col de Manrella y Puigcerdà-Camí d'Aja).

¿Qué pasa con los pasos fronterizos de Cataluña?

"No nos dan ninguna explicación. Hace una semana estuve comiendo con la alcaldesa de Palau-de-Cerdagne y no sabía por qué estaba cerrado el paso. Tampoco lo entienden", explica el primer teniente de alcalde de Puigcerdà (9.484 habitantes), Francesc Armengol. En la localidad solo permanece cerrado uno de los pasos fronterizos, pero en el ayuntamiento llama la atención el hecho de que algunos puntos nunca se hayan cortado. “A Francia nunca le ha interesado cerrar el Camí d'Ur porque es el que lleva al hospital, han cerrado los que más han fastidiado a los vecinos”, resume el también concejal de Movilidad, si bien reconoce, al igual que en el resto de ayuntamientos, que los vecinos siempre han sabido cómo cruzar de uno a otro lado. Es algo que entra en su día a día con gestos tan simples como sacar a pasear al perro y atravesar el monte o los prados que rodean las vías del tren, en el caso de Puigcerdà. De ahí que no entiendan el porqué de una medida que consideran absurda.

También en esta última localidad los vecinos retiraron "las new jersey", bloques de hormigón que habitualmente se usan en las obras, en el paso que lleva a Palau-de-Cerdagne y Francia no las volvió a colocar. El alcalde de la Vajol (85 habitantes), Joaquim Morillo, directamente no sabe si a día de hoy el paso fronterizo de Col de Manrella sigue cerrado. Fue otro de los puntos en los que el país vecino colocó piedras, pero en este caso los vecinos crearon un paso alternativo a través de dos fincas privadas, "atravesando el collado". También hubo controles policiales aleatorios, pero lo cierto es que nunca fueron muy exhaustivos "ni nadie nos dijo que no pudiéramos pasar. Si ya han quitado las piedras, lo desconozco. De alguna manera, hace un año y medio que lo que se usa es el paso alternativo".

"No nos tienen en consideración, no somos importantes", resume Morillo, que recuerda el golpe que supuso para los dos restaurantes de la localidad. Las dos familias que los regentan han sido las más afectadas porque se quedaron sin clientela, pero también han sabido aprovecharse del paso alternativo. "La voz ya se ha corrido y los clientes franceses han vuelto", celebra el alcalde, que defiende la importancia de mantener vivas estas pequeñas localidades del medio rural.

La reapertura del túnel de Bielsa de Huesca

Además de los pequeños pasos fronterizos con Cataluña, permanece cerrado de forma parcial el túnel de Bielsa, en Huesca. La infraestructura se corta al tráfico por las noches (entre las 0:00 y las 6:00) y fue uno de los puntos que Francia se comprometió a reabrir el pasado octubre. Finalmente, será en diciembre, después de que ambos países hayan acordado instalar primero un nuevo sistema para la detección automática de incidentes. El túnel tiene una longitud de 3.070 metros y su cierre parcial, según argumentaron en su día las autoridades francesas, responde a lo mismo: control de la inmigración y prevención de atentados.

placeholder Imagen de archivo de un paso fronterizo cerrado en Navarra. (EFE/Jesús Diges)
Imagen de archivo de un paso fronterizo cerrado en Navarra. (EFE/Jesús Diges)

La mejora prevista consiste en la instalación de un nuevo software en las 65 cámaras que tiene el túnel que permitirá detectar con mayor precisión si un vehículo, por ejemplo, circula más lento de lo normal o se ha parado, así como la caída de objetos a la calzada.

En enero de 2021, de forma unilateral y bajo el pretexto de posibles ataques terroristas, el Gobierno francés cerró varios pasos fronterizos con España. En el puente Avenida de Irún, colocó un vallado que impidió cruzar a los vecinos a Hendaya; en Col de Banyuls, en Cataluña, bloqueó la carretera con unos pedruscos. De la medida, bordeando la ilegalidad por impedir la libre circulación en el espacio Schengen, queda poco. La semana pasada, Francia retiró la alambrada del municipio vasco y ya permite el tránsito en los tres puntos de la frontera con Navarra que también permanecían cerrados. La única excepción es Cataluña, donde oficialmente en cuatro pasos sigue prohibido el tránsito, aunque los vecinos ya hace tiempo que se buscaron alternativas (se han creado nuevos caminos en fincas privadas) y los policías franceses dejaron de patrullar y de recolocar las piedras que los fines de semana los habitantes de este lado de la linde se encargaban de retirar.

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