"¡¡Visca la república de Catalunya!! ... Ah, no". Del subidón al bajón en ocho segundos

Esta tarde, durante su discurso en el Parlament, Carles Puigdemont ha declarado la independencia de Cataluña. Al menos durante unos segundos. "El Sí ha ganado. El único lenguaje que entendemos es el de las urnas, que dicen si a la independencia, y es el camino que estoy dispuesto a seguir", aseguraba. "Pido a nuestros conciudadanos el mandato de que Cataluña se convierta un Estado independiente". Sin embargo, pocos minutos después daba marcha atrás y proponía que el Parlamento "suspenda los efectos de la declaración de independencia para comenzar un diálogo".

En ese corto minuto, sin embargo, ha habido tiempo para la euforia seguida de una aplastante desilusión. Muchos mostraban sus rostros emocionados para luego ensombrecerlos. Otros, ya celebraban en las redes sociales la declaración de una república catalana.

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David Brunat. Barcelona

"¡Bienvenidos a la república de Catalunya!", escribía una usuaria. "Me suicido", publicaba después, coincidiendo con la revelación de Puigdemont.

No era la única. La emoción también se transformaba en ira en otros. "¿Qué mierda ha sido eso?"

En la concentración de la avenida Lluís Companys, en Barcelona, también eran muchos los que no estaban conformes con la declaración de Puigdemont. Tras el clímax vivido al escuchar las palabras "república catalana", vino el golpe de realidad, y con él, abucheos, silbidos y caras largas.

A otros, Puigdemont les rompía el corazón.

Algunos aceptaban la situación de una manera más comedida.

Y otros, no tanto.

"Ha nacido una niña y se llama República... Espera, aún no".

La confusión también era un estado general.