Convergència da por ‘amortizado’ a Oriol Pujol por las ITV: no será sucesor de Mas

En los círculos de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) se da a su secretario general, Oriol Pujol, como 'amortizado', después de que la Fiscalía pidiese su imputación por el escándalo de las ITV. Diferentes fuentes consultadas por El Confidencial coinciden en señalar que esta petición le ha marcado a él personalmente y representa “un antes y un después en Convergència”.

Una de las fuentes consultadas explica que “ante las evidencias que hay, es segura su imputación por el Tribunal Superior de Justicia (TSJC). Es más, si no es imputado, se generaría un escándalo sin precedentes. Otra cosa es que le condenen, pero de momento su carrera está hundida”. Es lógico, puesto que Pujol se postulaba como el sucesor del actual líder nacionalista, Artur Mas.

Su carrera fue milimétricamente planificada: después de entrar como cargo de confianza en la Generalitat en los años 90, fue escalando posiciones hasta conseguir ser portavoz del grupo parlamentario de Convergència i Unió (CiU). Su siguiente paso fue hacerse con la presidencia del grupo parlamentario, mientras su entonces amigo, Felip Puig, se colocaba como secretario general adjunto de CDC.

Cuando Puig comenzó a perder peso, tras disgregarse el pinyol (el núcleo duro soberanista, que fue el que propició la retirada de los viejos dirigentes y el ascenso del propio Artur Mas), Oriol Pujol vio la posibilidad de pasar a tener responsabilidades en la organización. Su padre, Jordi Pujol, no fue ajeno a ese ascenso. Fuentes bien informadas de Convergència señalan a este diario que fue él quien habló con Artur Mas para que Oriol se convirtiese en su segundo. Había un problema: Jordi Pujol seguía siendo el presidente y Artur Mas era el secretario general. Pero, en el 2011, Felip Puig dejó sus responsabilidades y él ocupó su lugar (como antes le había seguido como portavoz parlamentario). De ahí a un cambio radical en marzo del 2012 hubo sólo un paso: Jordi Pujol pasó a ser presidente honorario, Artur Mas ascendió a presidente y Oriol Pujol ya tuvo el camino para ser secretario general de la formación.

En el partido, Oriol tiene defensores y detractores. Los primeros aseguran que es víctima de una operación maquiavélica. “En los 80, ya quisieron acabar con su padre con el asunto Banca Catalana y no pudieron. Y ahora quieren acabar con él”. Según sus amigos, “no ha cometido ningún delito ni se trasluce de las pruebas que hay en el sumario que hiciese nada ilegal”. Obvian, no obstante, las conversaciones telefónicas que le fueron grabadas y en las que daba órdenes o impartía instrucciones para que las empresas de sus amigos se lucrasen.

Tiene todos los números

Pero incluso los más íntimos reconocen que tiene todos los números para que el TSJC admita la imputación e inicie una investigación sobre su persona. “Lo que hay en el sumario son conversaciones telefónicas y lo demás es imaginación de quien ha redactado los informes”, aseguran. Esos informes, escritos por técnicos de Hacienda, de la Guardia Civil y de la Fiscalía, son concluyentes: el político era el máximo responsable de la trama descubierta, que pretendía realizar un concurso de adjudicación de estaciones de ITV (anulando el que había hecho el anterior Gobierno) amañándolo para beneficiarse personalmente y, para ello, incluso crearon una empresa ad hoc.

En CDC afirman que “muchas conversaciones se han sacado de contexto. Oriol no hizo ninguna cosa ilegal”. Y rematan que “sabemos que va a ser imputado por los jueces. Otra cosa es que sea condenado, ya que no se llegó a cometer ningún delito. Por tanto, es posible que, al final, salga absuelto”. En parte, esto es verdad: antes de que pudiesen convocar el concurso amañado, la Policía desarticuló la trama. Pero algunas cosas ya estaban hechas, como el cobro de comisiones por intermediar en deslocalizaciones industriales, la consecución de subvenciones oficiales o incluso las presiones para poner en determinados cargos de la Administración a personas de su confianza para preparar el terreno y diseñar normas administrativas conformes a sus intereses.

Lo que sí reconocen todas las fuentes es que “su carrera política se ha visto seriamente tocada”. En el futuro próximo, su partido le defenderá con uñas y dientes. Y peleará por su continuidad al frente del grupo parlamentario de CiU y como secretario general de CDC, puesto que si abandona podría interpretarse como la admisión de culpabilidad. "Reclamamos la presunción de inocencia. Estamos seguros de que al final no será condenado, aunque eso no es óbice para denunciar públicamente que ha habido una operación de linchamiento en su contra". Sin embargo, de momento, el sueño de convertirse en el líder nacionalista por antonomasia es ya una quimera. Con este escándalo, ser el relevo natural de Artur Mas se revela como tarea casi imposible.