Azcón apoyará a Chueca para salvar la Operación Romareda de su cuarto fracaso

Tras la espantada del Real Zaragoza de Jorge Mas y Joseph Oughourlian, el Ayuntamiento de la ciudad ha retomado las riendas para impulsar la nueva Romareda, un proyecto que va a necesitar mucha fuerza política para evitar que caiga en el mismo cubo de la basura que los tres anteriores. Ayer mismo se daba el primer paso con el compromiso del presidente de Aragón, Jorge Azcón, de apoyar la fórmula mixta que arbitre el Ayuntamiento, contando con el club y con aportación de dinero público, tras achacar a Podemos la parálisis presente.

"El Gobierno de Aragón va a participar en la fórmula de colaboración público-privada que nos proponga el Ayuntamiento de Zaragoza. Esa etapa en que el presidente de Aragón se sentía concernido y luego no se involucraba se ha acabado. Ahora, el presidente de Aragón está involucrado al 100% en ayudar a la ciudad de Zaragoza y al zaragocismo a tener un estadio renovado", decía Azcón.

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Como publicó El Confidencial, los dueños del Zaragoza renunciaron a presentarse al concurso de reconstrucción del campo, y su explotación durante 75 años, por no haber obtenido la financiación para abordar un proyecto cuantificado en 140 millones de euros por inseguridad jurídica. Pero, más allá de los efectos del recurso de Podemos, la viabilidad del plan, sin dinero público, ya había suscitado numerosas dudas.

Por un lado, las cuentas de esta cuarta edición de la Operación Romareda eran difíciles de sostener. Aunque el concurso estaba diseñado a la medida de los propietarios del equipo, e incluso se alargó el plazo de explotación desde los 50 años iniciales hasta los 75 para que, con más tiempo, pudieran obtener ingresos suficientes, la previsión sobre la que trabajaban financiera y comercialmente era difícilmente creíble. ¿Facturar 15 millones de euros anuales en una zona con mucha oferta y con precedentes fracasados? De hecho, no se presentaron ellos… ni ninguna otra oferta.

Estos empresarios no obtuvieron financiación de los bancos de inversión porque, según han dicho, había inseguridad jurídica por el cuestionamiento de la cesión del suelo público denunciada por Podemos. Pero siendo también propietarios de un club que se llama Los Millonarios y también del equipo de Miami que ha fichado a Messi, bien podrían haber avalado la inversión con su patrimonio. Pero tampoco lo han hecho.

Un proyecto embarrancado

El resultado es que con un suelo con afecciones jurídicas y una previsión de ingresos un tanto ilusoria, la sociedad del Real Zaragoza ha devuelto la pelota de la reconstrucción del campo a las administraciones públicas para que impulsen la fórmula en la que podrían participar, pero no liderar.

Y a eso vamos tras la reunión del presidente de Aragón y la alcaldesa. En principio, buscando también el consenso con la oposición tras el bronco pleno del miércoles en el que el PSOE, en medio del cruce de acusaciones, dijo estar dispuesto a hablar por el bien de la ciudad. Es lo que tocaría habida cuenta de que los dos partidos mayoritarios están a punto de empatar en fracasos: de los tres proyectos anteriores, dos los promovió el PSOE y uno, el PP. Si el que ahora impulsan los populares encallase, ya estarían iguales.

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Pero siendo deseable el acuerdo, corresponde al PP liderar la operación, que ya lo prometió en el anterior mandato. Hay por delante una legislatura, con mayorías suficientes en el Ayuntamiento de Zaragoza y en el Gobierno de Aragón, para impulsar la reforma, dotarla de los recursos que requiera y velar por que el proceso sea intachable.

Del Auditorio a la depuradora

Que necesita dinero público no debería sorprender. Así ha ocurrido con grandes infraestructuras de Zaragoza y Aragón. Justo al lado del campo se alza el Auditorio, un escenario que lleva 30 años dando felicidad a la ciudad, especialmente a los amantes de la música, y el complejo Audiorama. Cuando se proyectó, el entonces alcalde, Antonio González Triviño, que lo fue por el PSOE, dijo que no costaría ni una peseta a los zaragozanos. Se diseñó junto a Mercasa, la empresa pública de los mercados de España, con un modelo parecido al fracasado ahora. El presupuesto era de 4.000 millones de las antiguas pesetas, esto es, unos 20 millones de euros, que Mercasa iba a recuperar con la explotación del propio Auditorio y del complejo del Audiorama, con restaurantes, cines… La misma música que ahora.

Unas cuentas electoralistas y una de las cíclicas crisis que golpean a las economías occidentales se llevaron por delante las expectativas creadas. Mercasa abandonó el proyecto -también la constructora quebró, pero esa es otra historia- y tuvo que ser el Ayuntamiento quien sacara adelante la obra. El Auditorio ha ido a toda vela durante tres décadas y las otras fuentes del negocio previsto, en una zona hiperdotada de servicios, no han sido tales. Al contrario.

La depuradora de Zaragoza, que salió a concurso por 14.000 millones de las antiguas pesetas, se adjudicó por 24.000 millones

Otra gran obra, la depuradora de Zaragoza, que salió a concurso por 14.000 millones de las antiguas pesetas y se adjudicó por 24.000 millones por el llamado método alemán, se pagó con sus intereses durante 25 años a la concesionaria. Era la polémica firma francesa Générale des Eaux, hoy Vivendi, en un caso de gran corrupción que en 1995 llevó al PSOE de 15 concejales a 6.

En un cuarto de siglo, los zaragozanos han pagado 125.000 millones de pesetas, esto es, 700 millones de euros, recibo a recibo, que equivale al presupuesto anual del Ayuntamiento de Zaragoza, más el ICA (impuesto de contaminación de las aguas) que los sucesivos gobiernos de Aragón han aplicado sin compasión a la ciudad. Y, cosas de las grandes corporaciones, Vivendi, que ha pasado de las grandes obras a la comunicación y el entretenimiento, es hoy accionista de Prisa, que preside Oughourlian.

Un 5 estrellas con dinero público

Más reciente es la restauración de la estación de Canfranc y los alrededores, un precioso edificio y su entorno en el que el Gobierno de Aragón, que lideraba Javier Lambán y en este caso ejecutaba el consejero José Luis Soro, ha invertido 36 millones de euros. Pues bien, el contrato se adjudicó a la UTE Canfranc-Avintia por 69 años, que a su vez cedió la parcela hotelera a Canfranc 2018, que a su vez acordó con Barceló Group la explotación del hotel.

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El hospedaje es de cinco estrellas, pero es harto complicado tomarse un café porque el personal indica que el aforo del café está completo. Que se haya pagado con los impuestos de los aragoneses parece irrelevante a la hora de aplicar un capcioso derecho de admisión.

Volviendo al campo de fútbol, el PP aragonés tiene el reto de hacerlo realidad y de que Zaragoza, se llegue o no al Mundial, tenga el estadio que la ciudad necesita desde la transparencia y sin cartas debajo de la mesa. El Real Zaragoza tiene 28.000 socios y muchos domingos reúne el cuarto aforo del fútbol español, pese a jugar en Segunda. Y por encima de la competición deportiva, mal se puede estar en la liga de las ciudades de Europa con un estadio que se cae a pedazos