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Ecotasa: el PP la quiere en Andalucía y en Baleares ya nadie plantea retirarla

La propuesta de tasa turística, en principio planteada por Sumar y que ayuntamientos del PP como el de Málaga, Sevilla o Córdoba miran con buenos ojos, serviría para obtener más recaudación y cuadrar las cuentas municipales

Foto: Turistas en el centro histórico de Málaga. (Europa Press/Álex Zea)
Turistas en el centro histórico de Málaga. (Europa Press/Álex Zea)
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"No, en ningún caso".

La respuesta, tan tajante, tan clara y sin ambigüedades, la emite el Govern de Baleares y responde a la pregunta de este periódico si en algún momento se contempla derogar la ecotasa, como hizo Jaume Matas en 2003, pocos meses después de volver al poder en las Islas tras su paso por el Ministerio de Medio Ambiente.

Josep Aloy ha sido alto cargo de la Conselleria de Turismo de Baleares hasta en cuatro ocasiones, siempre con ejecutivos del PP de las Islas. Admite a este diario el director general de Turismo del Govern que en su tiempo, tanto en la forma como en el fondo, fue muy "beligerante" contra la ecotasa, pero que ahora ni él, ni nadie pide su retirada. En un tiempo no tan lejano como 2018 tanto Meliá y RIU, durante el IX Foro Exceltur destacaron que la ecotasa suponía "una aberración" y que desplazaría "turistas al Norte de África".

Hace seis años el Govern de Francina Armengol preveía recaudar 120 millones por el oficialmente denominado Impuesto de Turismo Sostenible (ITS). En el presupuesto de 2024 del Ejecutivo de Marga Prohens se prevé un ingreso récord de 136 millones de euros por el ITS. Desde la puesta en marcha del ITS en el año 2016 la comunidad autónoma ha recaudado alrededor de 700 millones de euros.

El actual Govern del PP se ha comprometido esta legislatura a la distribución de los ingresos obtenidos por este impuesto. "Se trata de regresar a la génesis: es decir, que tenga su función finalista", remarca Aloy. Durante los gobiernos de Francesc Antich y Armengol el dinero de la ecotasa se destinaba a múltiples fines que en muchos casos se alejaban de la idea inicial de ayudar al reducir el impacto del turismo en el medio ambiente. En 2023 no se destinó ni un solo euro de la ecotasa al sector turístico. El grueso de su recaudación fue para inversiones en vivienda y en mejora de las redes de agua de los municipios.

Un código QR para 2025

Ya a partir de la temporada alta de 2025, el Govern balear se plantea que en todos los establecimientos donde los clientes pagan la ecotasa se instale un código QR que sirve para detallar en qué se gasta el dinero del impuesto. Hay países, como Costa Rica, que tienen en la misma pared de la oficina donde se paga la tasa un enorme cartel, con generosa tipografía donde se ofrece una explicación exhaustiva del destino del dinero recaudado.

En las Islas Baleares no solo pagan el tributo los turistas que se alojan en hoteles, sino también los usuarios del turismo vacacional y los cruceristas. Quienes no pagan ecotasa son los visitantes a las Islas que se alojan en casas de amigos —cada vez son más— y el que alquila un barco y se va a navegar por alguna de las Islas. Estos también consumen recursos, pero no existe una forma de control.

La Agrupación de Cadenas Hoteleras de Baleares intentó que la ecotasa se cobrará en los aeropuertos de las Islas

El problema competencial es una de las bases que impidió a principios de milenio, cuando el primer Pacte de Progrés presidido por el socialista Antich impulsó la ecotasa, que el impuesto se cobrara en los aeropuertos de las Islas. "Lo plantearon colectivos como la Asociación de Cadenas Hoteleras (ACH)", como recuerda a El Confidencial Antoni Munar, que fue gerente de ACH.

La tendencia de los Gobiernos a contar con impuestos se corresponde con aquel momento (2000-2001) en el que había un cierto rechazo a todo lo que representaba el turismo en Baleares, un territorio donde el estandarte y el principal lobby siempre han sido los hoteleros. "El impuesto empezó por una injusticia: eran los hoteleros los que tenían que ponerlo en marcha y solo para aquellos visitantes que estuviesen en alojamiento reglado: más del 40% no se alojaba en establecimientos turístico".

La ecotasa ni siquiera figuraba en el programa electoral del PSIB-PSOE, precisa Munar, uno de los consultores turísticos más relevantes de Baleares ya retirado, y que también trabajó como directivo de la Conselleria de Turismo y de cadenas como la cadena Sol —actual Meliá Hotels International— o Iberostar.

Saturación turística

El debate del impuesto nació de Menorca, la isla menos explotada por el turismo, y de la mano de Joan Casals, político y empresario hotelero. insular. "Casals debió mencionar la ecotasa en alguna reunión con representantes del Govern", indica Antoni Munar, tras comentar que la iniciativa fue "un experimento" que ha servido como "un cajón recaudatorio". En el último Govern de Armengol la ecotasa se utilizó, entre otros fines tan ajenos, como la subvención por la compra de patinetes eléctricos.

Con el tiempo, la ecotasa se ha ido afianzando y está aceptada hasta para los que eran sus más acérrimos detractores hace un cuarto de siglo. La idea de haber llegado a una saturación de las Islas, sobre todo en temporada alta, era patrimonio de los partidos de izquierda, pero ahora también el PP balear y los hoteleros admiten que no se puede crecer más.

Otra de las claves que explican la consolidación del impuesto en Baleares es que ha tenido escaso calado local. El mercado nacional es el cuarto o incluso algunas veces el quinto en importancia y el turismo entre Islas es residual. Eso sí, el Govern no descarta a medio plazo algún tiempo de rebaja fiscal para los mallorquines de Palma que vayan, por ejemplo, a hoteles del norte de la Isla o de ibicencos que quieran pasar unos días de descanso en un establecimiento de Formentera.

Más del 25% de los clientes de los hoteles andaluces reside en la comunidad autónoma

En Andalucía, donde estaba semana se ha debatido la tasa turística en el Parlamento, la situación es muy distinta a Baleares. Más del 25% de los clientes en los hoteles andaluces son residentes de la comunidad autónoma. Según un cálculo de los empresarios hoteleros de la Costa del Sol, si se aplicara el modelo balear, y con una familia de cinco miembros las vacaciones se encarecerían unos 140 euros. “Estamos totalmente en contra porque es un impuesto que hará que menos andaluces se queden en su tierra de vacaciones. Nos dejaría en clara desventaja frente a otros destinos”, remarca José Luque, presidente de Aehcos, la patronal hotelera de la provincia de Málaga.

La propuesta de tasa turística en principio planteada por Sumar y que ayuntamientos del PP con crecientes problemas de densidad turística como el de Málaga, Sevilla o Córdoba miran con buenos ojos serviría para obtener más recaudación y cuadrar mejor las cuentas municipales. En el caso andaluz se aplicaría no solo a la oferta de hoteles, sino a viviendas turísticas y campings. "Reconocemos un problema de financiación municipal, pero que no sea a costa de la competitividad del turismo, un sector estratégico en Andalucía al igual que la agricultura: aportamos más del 13% del PIB andaluz", señala.

El consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, cree que si se instaura una tasa turística "se puede matar la gallina de los huevos de oro". También ha dejado que sin consenso con los empresarios, como ha reiterado el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, no hay nada que hacer. La Consejería de Hacienda no la ve mal.

Basándose en el modelo de Baleares sostiene Antoni Munar que al final se impondrá un tributo turístico en Andalucía. "No es una buena imagen negarse a esa tasa. Sobre el turismo hay ahora una animadversión general. O dicho en otras palabras: es el culpable de todos los males y no tiene quien le escriba", ironiza el experto turístico.

"No, en ningún caso".

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