Andalucía se resigna a explorar la tasa aunque "no es la solución" para el boom turístico

La tasa turística "no es la solución", pero a la Junta no le queda más remedio que abordar su posible implantación. Lo ha admitido el consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, este lunes en el Palacio de San Telmo. Hace menos de una semana, el pasado martes, su compañera de partido y de gabinete Carolina España, titular de Hacienda reconoció que no era contraria a facilitar desde la Junta la puesta en marcha de este impuesto ante la presión de los ayuntamientos. Esa presión ha provocado que Juanma Moreno le haya encargado a Bernal que facilite una reunión entre la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y la patronal del sector turístico, abiertamente contraria a la idea.

"Es como curar una enfermedad crónica con una aspirina", ha dicho Bernal con un símil muy llamativo antes de poner el foco en lo que, a su juicio, es la solución, que pasa por abordar "de forma seria" la financiación de los municipios. "No tengo una posición contraria a nadie", ha añadido el titular de Turismo, que es manifiestamente reacio a implantar este tributo, al contrario de lo que ocurre en otros sectores del Ejecutivo andaluz. Desde su punto de vista, el problema a resolver "no es de discriminación de flujos turísticos, sino de financiación de los ayuntamientos". "Pero el Gobierno está enredado en otras cuestiones y no gobernando", ha espetado el dirigente popular.

El debate de la tasa turística es un tanto guadianesco en Andalucía, pero ha reaparecido con fuerza en las últimas semanas después de que el alcalde de Sevilla, el también popular José Luis Sanz, deslizase la posibilidad de cobrar una entrada a los visitantes que acudan a la Plaza de España de la capital andaluza. El portazo del Gobierno, titular del edificio, fue sonoro, pero sirvió de caldo de cultivo para que los distintos actores políticos de la comunidad se hayan posicionado al respecto. Sobre todo porque la primera pregunta que recibió Sanz después de lanzar el globo sonda del edificio regionalista fue que si no sería mejor implantar una tasa turística. "No es incompatible", dijo entonces.

La consejera de Hacienda se alineó con sus compañeros en lo referente a la necesidad de ponerse de acuerdo con el sector antes de poner en marcha una hipotética tasa turística. Y dejó claro que el Gobierno de Juanma Moreno no tiene intención de regular el tributo. En caso de que haya consenso, Hacienda se limitará a establecer el marco para que las ciudades, que son las que deben decidir si implantar la tasa o no, puedan hacerlo. Ahora mismo esto sólo es posible en Cataluña y Baleares, como ha recordado Bernal como argumento contrario a la puesta en marcha del gravamen.

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Agustín Rivera. Málaga

Para Bernal, este debate se está llevando a cabo de forma "paralela", es decir, de un lado los ayuntamientos y de otro el sector. Lo llamativo es que en casi todos los grandes consistorios de Andalucía, los susceptibles de poner la tasa turística, gobierna el PP. No en vano será el regidor de Córdoba, José María Bellido, quien acuda al encuentro como presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP). Del otro lado, entre el empresariado, destaca el peso que tiene el sector hotelero de la Costa del Sol, reacio a poner en marcha esta tasa porque consideran que ahuyentaría a los visitantes.

Hace sólo unas semanas, el portavoz del Gobierno andaluz, Ramón Fernández Pacheco, se mostró contrario a la tasa turística amparado en la política fiscal que ha puesto en marcha el Ejecutivo de Juanma Moreno desde que el popular llegó a San Telmo, con hasta 7 bajadas de impuestos. Su tesis es que con una menor presión tributaria se recauda más porque se incentiva así la actividad económica. "Este Gobierno no ha venido a subir la presión fiscal", dijo entonces el también consejero de Sostenibilidad. Pero sólo unos días después Moreno abrió la puerta a hacerlo al ordenar esa reunión con el sector y los ayuntamientos de la que debe salir el desenlace de este conflicto.