Los 'ojos de panda' del empresario al que raptaron dos veces para que vendiera su negocio

El término científico es esquimosis periorbitaria. Pero coloquialmente se le conoce como ojos de panda. También hay quien lo llama ojos de mapache. Una descriptiva forma de describir cómo queda el rostro de una persona que ha recibido tal paliza, que los hematomas y la inflamación impiden abrir los párpados.

Fue una de las cosas que llamó la atención de los policías nacionales que atendieron a un empresario de origen extranjero que había acudido a la Comisaría de Marbella para denunciar que había sido secuestrado por unos individuos —la mayoría, franceses; aunque también había al menos un español— tras su negativa a venderles el negocio que había abierto cuatro meses antes.

La víctima detalló que un tipo se presentó en el local que regenta y le hizo una oferta para adquirirlo. El hombre rechazó el ofrecimiento después de explicarle que el establecimiento no estaba en venta. Pero el comprador no aceptó la negativa y entonces exigió un pago mensual de 5.000 euros por el control del negocio. Propuesta que también declinó el empresario.

Pasados unos días, según informó la Comisaría Provincial de Málaga, la víctima fue nuevamente contactada por estas personas, que le pidieron concertar una cita. El hombre acudió sin saber que iba a ser maniatado y trasladado en un vehículo hasta una arboleda donde recibió numerosos golpes y amenazas.

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Horas después, fue liberado en las inmediaciones de un centro comercial de Fuengirola, sin ser asistido en ningún centro hospitalario de las lesiones que presentaba.

Este fue el inicio de la denominada operación Tánger, cuya investigación recayó en agentes de la Sección de Crimen Organizado de las comisarías de Marbella y Provincial, y que se aceleraría después de constatar que los sospechosos no estaban dispuestos a dejar en paz a su víctima.

Las fuentes consultadas explicaron que, apenas transcurrida una semana, los investigadores fueron alertados de que varios desconocidos que portaban armas de fuego se habían llevado por la fuerza al empresario tras presentarse en el establecimiento.

Los métodos de los investigados, exigiendo un pago tras no lograr la compra del negocio, recuerdan a los de los grupos cuasimafiosos

A pesar de todas las gestiones practicadas, los responsables del caso no consiguieron localizar al secuestrado, y fue este el que de nuevo acudió a la Comisaría marbellí una vez fue liberado. Estaba "envuelto en sangre y con signos de haber recibido una brutal paliza".

Durante su cautiverio, el hombre recibió numerosos golpes, quemaduras y amenazas con pistolas. Y el rostro abotagado y amoratado, sin poder abrir los ojos por los hematomas, solo era la muestra visible de una agresión con un poso cuasimafioso.

Las distintas líneas de investigación abiertas por los agentes finalmente permitieron localizar a todos los investigados. En la fase de explotación del caso se llevaron a cabo cinco registros en domicilios de Alhaurín de la Torre, Mijas, Benalmádena y Vélez-Málaga, donde participaron efectivos del Grupo de Operaciones Especiales (GOES), Medios Aéreos, Unidad de Prevención y Reacción (UPR), Policía Científica y Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de diferentes comisarías de la provincia malagueña.

Fueron detenidos un total de siete varones, con edades comprendidas entre 29 y 50 años, por su presunta participación en los hechos. Y fueron intervenidos, entre otros efectos, 22 kilos de marihuana, 5,93 de hachís, dos vehículos, placas sustraídas y varias armas de fuego.

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Los arrestados fueron puestos a disposición de la autoridad judicial correspondiente por los presuntos delitos de secuestro, lesiones, pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas.