Trocadero Casa de Botes: el nuevo restaurante de lujo que hechiza en Málaga

Félix Gancedo (añada del 40) baja, muy despacio, las escaleras. Observa, con emoción, su segunda casa, que sigue siendo una casa: Casa de Botes. Gancedo, uno de los mejores regatistas europeos de la historia, fue olímpico en México y Munich y presidente del Real Club Mediterráneo, el más antiguo de España (1873). El campeón de vela está acompañado de uno de sus hermanos, su mujer y sus hijos y mira el horizonte de la espléndida Bahía de Málaga.

Es la inauguración del Trocadero Casa de Botes de Málaga, la primera incursión del grupo que capitanea Dionisio Hernández-Gil en la ciudad andaluza, y que se enclava al final del Muelle Uno. Tras una inversión de seis millones de euros después de un concurso público convocado por la Autoridad Portuaria — con dos años y medio de obra —, y una plantilla que se eleva a 110 personas en la apertura, el nuevo restaurante incluye una nueva oferta de lujo y hasta ahora inédita en Málaga.

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El local dispone de tres plantas con distintos ambientes. La cocina mediterránea se sitúa en la planta baja. La planta uno es el espacio para los sabores asiáticos y la de arriba para las copas. Tiene capacidad para 400 comensales sentados para comidas y cenas. “Queríamos estar aquí. Era el único sitio importante que nos faltaba de la Costa del Sol”, señala Hernández-Gil a El Confidencial. “Málaga ya es un lugar muy emblemático y hoy en día está en la vanguardia de todo. Además, no es nada estacional”.

El grupo ya cuenta con cuatro locales en Marbella: Trocadero Playa, Trocadero Arena, Trocadero Petit Playa, Trocadero Zanzibar, Sotogrande, Estepona, Benalmádena y el que acaban de abrir en Tarifa se suman a la nómina del resto de restaurantes. Para el mes de septiembre abrirán espacio en el antiguo Mayte Commodore, en la plaza de la República Argentina de Madrid. Hoy en día, es el grupo de restauración más importante de la Costa del Sol dando trabajo a más de 800 personas.

La zona donde se ubica el Trocadero Casa de Botes se está configurando como un polo gastronómico tras la inauguración, este mismo verano, de La Pérgola de Mediterráneo. Se trata del restaurante del Real Club Mediterráneo ubicado frente por frente al Trocadero y que lo regenta Tercer Acto, empresa propiedad del actor y empresario malagueño Antonio Banderas.

Hernández-Gil resaltó el “cariño” y “respeto” en la remodelación del edificio, que data de 1946, y que ha corrido a cargo del estudio de arquitectura Lucas y Hernández-Gil de Madrid. “Hemos intentado respetar el espacio”, añadió el propietario de Trocadero. El inmueble cuenta con un marcado carácter marinero y estilo colonial, “donde la sobriedad de la madera, la elegancia del diseño, el colorido de las telas y la calidez de la iluminación”, como informa el grupo. La entrada principal recoge un homenaje a Gancedo con algunos de sus trofeos y varios motivos marineros que rememoran el origen del Club.

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Javier Frutos, presidente de Mahos (Asociación de Hosteleros de Málaga), recordó que Trocadero ya es una marca “muy reconocida” en toda la provincia. “En nuestro sector estamos buscando la calidad y con este restaurante se sube un escalón en la Málaga gastronómica. La ubicación es envidiable. No se puede estar en un sitio mejor”, añadió Frutos, mientras veía atracado en la terminal de cruceros el Anthem of the Seas de Royal Caribbean.

La Farola

Jacobo Florido, concejal de Turismo del Ayuntamiento de Málaga, valoró la importancia de esta inversión y admitió que la ciudad no cuenta con suficientes espacios físicos de restauración ‘premium’. “Este restaurante tiene una gran categoría. Málaga ya se está situando en un nivel medio-alto de oferta turística”, remarcó Florido a este diario.

Esta zona de la ciudad, acaso la más bella, bañada por el Mediterráneo, estrenó también este martes, además de una oferta gastronómica, un reconocimiento al faro de La Malagueta. Es femenino y se denomina La Farola: el Ministerio de Cultura lo ha declarado Bien de Interés Cultural. Cuando atardecía, en los altavoces del Trocadero Casa de Botes sonaba Sting cantando Englishman in New York.