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Miseria en los campamentos de migrantes de Huelva: la política llega 25 años tarde
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Miseria en los campamentos de migrantes de Huelva: la política llega 25 años tarde

El Gobierno anuncia por primera vez fondos para una red de alojamientos temporales en los municipios agrícolas. Cuatro personas han muerto en el último año por el incendio de sus chabolas

Foto: Un inmigrante recupera algunas pertenencias después de que un incendio arrase el asentamiento en el que vivía en Palos de la Frontera. (EFE/Julián Pérez)
Un inmigrante recupera algunas pertenencias después de que un incendio arrase el asentamiento en el que vivía en Palos de la Frontera. (EFE/Julián Pérez)

Noussa (Mali, 36 años) vive de prestado desde hace más de un año, cuando el fuego devoró el chozo en el que vivía en el asentamiento de inmigrantes ubicado tras el cementerio de Lepe, uno de los de mayores dimensiones de la costa de Huelva hasta que un incendio lo borró del mapa. Desde entonces, comparte techo con un amigo en uno de los pocos chamizos que se salvaron de las llamas y consiguieron mantenerse en pie. “Aquí no podemos hacer más chabolas”. Las terribles condiciones en las que viven estas personas no han hecho más que agudizarse, una muestra son los múltiples incendidos que han acabado con la vida de hasta 4 persona en un año, mientras las administraciones han permitido que el problema se perpetuase. Y ahora el Ejecutivo central, 25 años después de que comenzaran a construirse los primeros asentamientos, se ha comprometido a habilitar una partida para la construcción de una red de alojamientos.

Foto: Un hombre observa el estado en que ha quedado el asentamiento de inmigrantes en Lepe (Huelva) tras el incendio. (EFE)

La zona que ocupa el poblado en el que vivía Noussa se valló a los pocos días del siniestro y luego llegaron las coacciones para que levantaran lo que quedaba del campamento y se marcharan. Él estuvo presente una de las noches en las que un grupo de desconocidos pasó por el asentamiento y los amenazó: “Vamos a destrozar las chabolas si no os vais”. Algunos de esos hombres fueron identificados y llamados a declarar por la Guardia Civil y el equipo de Atención al Inmigrante (Edati) inició una investigación que sigue su curso.

No es la única. Hace menos de un mes se registró aquí, en este mismo poblado, otro incendio con una víctima mortal. Los bomberos del Consorcio Provincial descubrieron el cuerpo calcinado de Alam, un joven marroquí de 27 años, cuando extinguieron el fuego. La de Alam es la cuarta muerte en los asentamientos de inmigrantes en Huelva en el último año. En mayo de 2021, una pareja murió mientras dormía a consecuencia de otro fuego en Lucena del Puerto y antes, a poca distancia, se descubrió por el olor y la presencia de insectos el cuerpo sin vida de otro marroquí, Asis, en el interior de su chozo.

Una situación extrema en Europa

Los poblados chabolistas que se extienden por la provincia son el rostro “de una de las realidades de exclusión más duras que se dan en Europa”, sostiene Cáritas, una de las organizaciones que trabaja con el colectivo.

placeholder Las llamas arrasan un asentamiento de inmigrantes en Lepe. (EFE/Julián Pérez)
Las llamas arrasan un asentamiento de inmigrantes en Lepe. (EFE/Julián Pérez)

En los municipios agrícolas en los que se levantan minipueblos de casuchas construidas a base de palets de madera, plásticos y cartón —Lepe, Palos de la Frontera, Moguer y Lucena del Puerto—, existen unos 30 asentamientos en los que, en los momentos punta de la campaña agrícola, pueden llegar a vivir cerca de 3.000 personas. Unos 700 inmigrantes lo hacen de forma permanente, a lo largo de todo el año, según las estimaciones de las ONGs.

Infraviviendas de condiciones tercermundistas, sin acceso a agua potable, luz ni saneamientos y, las más de las veces, con montañas de basura que se acumulan demasiado cerca de los poblados.

El drama humano se mantiene desde que se detectó la presencia de los primeros asentamientos hace ya más de 25 años. En este tiempo, pese al SOS lanzado sin descanso por ONGs y ayuntamientos afectados —desbordados y sin competencias ni recursos—, el problema se ha cronificado mientras la Junta de Andalucia y el Gobierno central se lanzan la pelota y reaccionan a golpe de suceso con buenas palabras, alguna declaración de intenciones y recursos por goteo que hasta ahora nunca han alcanzo a cubrir el problema.

Foto:  Migrantes tras el incendio. (Cedida) Opinión
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Antes de que ningún representante del Ejecutivo hubiese pisado un asentamiento para conocer la realidad de los inmigrantes que los ocupan, lo hizo el relator especial de la ONU sobre la Pobreza extrema y los Derechos Humanos, Philip Alston. La situación en estos lugares de Huelva, denunció, “rivaliza con las peores de cualquier parte del mundo”.

Alston llegó a sacar los colores a España. Ante los requerimientos de Naciones Unidas para poner fin a las infraviviendas, el secretario de Estado para la Agenda 2030, Enrique Santiago, se ha comprometido en Huelva a destinar fondos para crear una red de alojamientos temporales para los inmigrantes y a participar “en una solución coordinada” para responder con la máxima urgencia a la ONU. Ahora bien, de antemano aclara que “no es la administración competente, pero tiene voluntad política”.

25 años después

Santiago se ha reunido esta misma semana con representantes del sector, agentes sociales y económicos y con los alcaldes de los municipios afectados. Bajo el brazo, una partida de cuatro millones de euros en ayudas directas a repartir entre Huelva, Almería, Albacete y Murcia y el compromiso de otros seis millones de la Agenda 20-30 para proyectos, en concurrencia competitiva.

placeholder Un grupo de inmigrantes descansa en una calle de Lepe tras haber ardido su campamento. (EFE/Julián Pérez)
Un grupo de inmigrantes descansa en una calle de Lepe tras haber ardido su campamento. (EFE/Julián Pérez)

El compromiso con los ayuntamientos es que en el plazo aproximado de dos meses, una vez aprobada la ayuda en el Consejo de Ministros, puedan comenzar a disponer de los fondos y los albergues comiencen a construirse este mismo año.

Por su parte, la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, concreta que su departamento ha destinado 11,3 millones en actuaciones de urgencia en la zona a través de subvenciones a entidades sociales, con nueve proyectos de instalaciones definitivas para la mejora de las condiciones residenciales de estas personas.

El alcalde de Lucena del Puerto, Manuel Mora, da la bienvenida a la propuesta, la primera que llega en 25 años pero advierte que “no se va a acabar con los asentamientos si no hay una respuesta unificada y contundente. Deben construirse los albergues y empezar a sacar a la gente de los poblados”.

Foto:  Imagen de la Cañada Real, Madrid. (Bassam Khawaja - ONU)

En caso contrario, explica, estas personas van rotando de un lugar a otro, incluso en asentamientos de pueblos diferentes a los que tienen el trabajo. Entorno al 80% de los inmigrantes que están en estos lugares en Lucena tienen su situación regularizada y son numerosos “los que no se quieren mover”.

Cáritas acoge con “optimismo” el compromiso de inversión. “Cualquier medida que se ponga sobre la mesa tiene que contemplar la erradicación de los asentamientos a medio y largo plazo” y, de forma paralela, debe ir acompañada de ayuda humanitaria, avisa uno de los técnicos de la entidad especializados, Juan Manuel Breva. “La situación es muy dura y por ahora van a seguir viviendo en las mismas condiciones”.

Noussa (Mali, 36 años) vive de prestado desde hace más de un año, cuando el fuego devoró el chozo en el que vivía en el asentamiento de inmigrantes ubicado tras el cementerio de Lepe, uno de los de mayores dimensiones de la costa de Huelva hasta que un incendio lo borró del mapa. Desde entonces, comparte techo con un amigo en uno de los pocos chamizos que se salvaron de las llamas y consiguieron mantenerse en pie. “Aquí no podemos hacer más chabolas”. Las terribles condiciones en las que viven estas personas no han hecho más que agudizarse, una muestra son los múltiples incendidos que han acabado con la vida de hasta 4 persona en un año, mientras las administraciones han permitido que el problema se perpetuase. Y ahora el Ejecutivo central, 25 años después de que comenzaran a construirse los primeros asentamientos, se ha comprometido a habilitar una partida para la construcción de una red de alojamientos.

ONG Inmigración Cáritas Huelva