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Robos de dinero y joyas: la cuidadora que “vio un filón” en los ancianos que debía ayudar
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DETENIDA EN CÁDIZ

Robos de dinero y joyas: la cuidadora que “vio un filón” en los ancianos que debía ayudar

La mujer, que trabajaba para los Servicios Sociales de Chipiona, aprovechaba el deterioro físico y mental de las personas a las que tenía que atender para arramblar con sus objetos de valor y venderlos

Foto: Agentes de la Guardia Civil enseñando prevención a los ancianos dentro del Plan Mayor. (Guardia Civil)
Agentes de la Guardia Civil enseñando prevención a los ancianos dentro del Plan Mayor. (Guardia Civil)

“Vio un filón” y desató su voracidad. Uno tras otro, hasta cinco, “y los que seguro acabarán surgiendo”. Sin ninguna necesidad que le empujara a ello, ni importarle llamar la atención. Una familia que sospechaba, incluso sospesó instalar cámaras ocultas para cazarla, pero no hizo falta. Los agentes de la Guardia Civil de Cádiz estaban tras sus pasos. Porque esa cuidadora que debía velar por el bienestar de personas especialmente vulnerables, de edad avanzada y aquejadas de enfermedades que mermaban sus facultades físicas o mentales, se dedicaba a robarles dinero y joyas que posteriormente vendía en negocios de compraventa de oro.

La mujer, M.R.D.M., de 52 años de edad, fue detenida en la localidad de Chipiona, para cuyos Servicios Sociales trabajaba a través de una empresa adjudicataria. Inicialmente se le imputan cinco delitos de hurto, aunque fuentes cercanas al caso explicaron a este periódico que sospechan que en las próximas fechas pueden aflorar más casos. El trabajo, en ese sentido, se centra en mostrar las alhajas recuperadas a los familiares de los ancianos que durante este tiempo han sido atendidos por la investigada y en las que éstos hayan echado de menos.

Foto: Muñeco que utilizaban las detenidas para hurtar. (Policía Nacional)

Esta labor es minuciosa, según detallaron, porque hay que reconstruir toda la actividad laboral de la arrestada, que no coincide con el cuadrante que hiciera la empresa, ya que las empleadas se cambiaban los turnos y los usuarios a atender en base a los contratiempos que les pudiesen ir surgiendo.

Las pesquisas se iniciaron después de que los responsables del caso tuviesen conocimiento de que los familiares de una mujer de 85 años de edad podría haber sido víctima de un hurto de dinero y los agentes centraron el caso desde un primer momento en la persona que cuidaba a la víctima. Realizaron ‘batidas’ por los negocios denominados “compro oro” por si se hubiese realizado alguna venta a su nombre y esta línea de trabajo dio sus frutos, ya que localizaron varias transacciones de joyas que coincidían con las que los familiares no encontraban.

La mujer, que posteriormente reconoció los hechos, fue plenamente identificada porque para poder vender las joyas necesitó entregar su DNI, así que fue detenida como presunta autora de un delito de hurto.

La forma de desenvolverse reveló un modus operandi que la mujer sostuvo en el tiempo

Los guardias civiles consiguieron recuperar un total de 8.700 euros de los más de 12.000 que la detenida había sustraído, aunque los otros objetos de valor acabaron fundidos, pues se había superado el tiempo que marca la ley para realizar este trámite. Por este motivo no pudieron ser devueltas a sus legítimos propietarios, que las identificaron en imágenes.

El hecho de que la investigada no tuviese reparo en facilitar su propio documento de identidad revelaba una sensación de impunidad y la construcción de un 'modus operandi'. Con la “firme convicción” de que no estaban ante un hecho aislado, los investigadores indagaron entre los familiares de los ancianos que habían sido atendidos por M.R.D.M. Entre ellos constataron una sensación común: “Pensaban que faltaban objetos de valor o dinero, pero lo achacaba al estado en el que se encontraban sus mayores y teniendo la esperanza de que en algún momento las joyas o el dinero extraviado aparecería”, informó el citado cuerpo.

Foto: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. (EFE)

Esta labor de prospección ha hecho aflorar que la investigada, desde principios de 2021, presuntamente habría cometido otros cuatro delitos similares. Y las gestiones posteriores permitieron concretar las ventas de joyas, que pudieron ser identificadas a través de testimonios, fotografías donde las víctimas las portaban y por lo familiares. “Desgraciadamente -como ocurrió en la denuncia que destapó las acciones delictivas de esta mujer- la mayoría de ellas no han podido ser recuperadas debido al tiempo trascurrido”.

Tras la conclusión de la investigación, para la que el Instituto Armado contó con la colaboración tanto de los Servicios Sociales municipales, como de la empresa adjudicataria, la detenida fue puesta a disposición del juzgado de Instrucción número 4 de Sanlúcar.

Para evitar este tipo de hechos, la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz está “especialmente implicada” en el Plan Mayor Seguridad, por el que se les ofrecen a este colectivo vulnerable consejos e indicaciones que contribuyan a mejorar la seguridad y prevenir este tipo de delitos. Así como fomentar la confianza en los cuerpos policiales, concienciarle de la importancia de denunciar y perfeccionar la respuesta en su actuación con las personas de avanzada edad.

“Vio un filón” y desató su voracidad. Uno tras otro, hasta cinco, “y los que seguro acabarán surgiendo”. Sin ninguna necesidad que le empujara a ello, ni importarle llamar la atención. Una familia que sospechaba, incluso sospesó instalar cámaras ocultas para cazarla, pero no hizo falta. Los agentes de la Guardia Civil de Cádiz estaban tras sus pasos. Porque esa cuidadora que debía velar por el bienestar de personas especialmente vulnerables, de edad avanzada y aquejadas de enfermedades que mermaban sus facultades físicas o mentales, se dedicaba a robarles dinero y joyas que posteriormente vendía en negocios de compraventa de oro.

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