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Un pelo y dos meses para un contraanálisis: el plazo para revelar una sumisión química
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Un pelo y dos meses para un contraanálisis: el plazo para revelar una sumisión química

El detenido en Estepona por abusar de una menor de 16 años queda en libertad provisional mientras se completan las pruebas que determinen si le suministró alguna sustancia

Foto: El arresto fue realizado por agentes de la comisaría de Estepona. (Policía Nacional)
El arresto fue realizado por agentes de la comisaría de Estepona. (Policía Nacional)

Un cabello como muestra, una primera prueba y un contraanálisis dos meses después para confirmar o descartar las sospechas de sumisión química y, en caso positivo, determinar la sustancia empleada. Al menos ocho semanas de margen que dificultan que las autoridades judiciales puedan acordar medidas privativas de libertad, y tengan que decantarse por opciones de control, mientras la ciencia determina si se empleó una sustancia para abusar de una persona. Este es el protocolo que se va a seguir en el caso adelantado por El Confidencial y que ha desembocado en la detención de un individuo por la presunta comisión de un delito sexual contra una menor de 16 años a la que conoció en un establecimiento del puerto deportivo de Estepona.

El detenido quedó en libertad provisional acusado de un delito de abusos sexuales

Fuentes judiciales consultadas por este periódico detallaron que el arrestado, un camarero de nacionalidad española, pero de origen cubano, pasó el martes a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de la localidad malagueña y quedó en libertad provisional acusado de un delito de abusos sexuales.

Esta puesta en libertad temporal, en parte, está motivada por la necesidad de esperar los resultados de las pruebas toxicológicas que se realizarán a las muestras indubitadas tomadas tanto al supuesto agresor como a la presunta víctima. Y estas han consistido en la recogida de cabello que, sobre todo en el caso de la menor, permitirá estudiar si ingirió alguna sustancia que mermó sus capacidades y le hizo perder la consciencia.

El mismo análisis, explicaron las citadas fuentes, se realizará dentro de dos meses con el objetivo de poder determinar si la chica pudo ser víctima de una sumisión química.

Foto: La burundanga, las drogas de abuso o el alcohol etílico son sustancias de sumisión química. (Foto: Corbis)

Los expertos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses han constatado que el pelo es un reservorio estable y prolongado que puede permitir conocer qué sustancias ha ingerido una persona aunque hayan transcurrido años. Es un recurso altamente fiable que se puede complementar con otras analíticas como las de orina o sangre, además de permitir trazar una pauta temporal dependiendo de la longitud del cabello.

Frente a un ingreso en prisión preventiva mientras se reciben los resultados de las pruebas toxicológicas, la autoridad judicial ha impuesto al investigado la obligación de comparecer ante el juzgado instructor los días 1 y 15 de cada mes, la retirada de pasaporte y la prohibición de salir del país.

Fuentes policiales consultadas por este medio no ocultaron su sorpresa por esta decisión, ya que —al contrario que la instrucción inicial— consideran que las diligencias realizadas antes de la comparecencia en el juzgado eran suficientemente solventes.

Mientras se reciben los resultados, se han impuesto medidas cautelares al detenido

No obstante, el hecho de que el arrestado supuestamente intimara con una menor de 16 años, y que presuntamente se violara algunos de los preceptos recogidos en el Código Penal, ya de por sí complicaría su situación judicial.

Como informó este periódico, el hombre, de unos 40 años, por lo que duplica ampliamente la edad de la chica, fue detenido este pasado fin de semana y trasladado a dependencias de la comisaría de Estepona.

Las primeras hipótesis apuntaban a que, tras coincidir en el establecimiento donde trabaja y ganarse su confianza, pidió a la menor que le acompañase a su casa, donde permanecieron un rato y en cuyo interior se produjo el presunto delito sexual.

Foto:  La Delegada del Gobierno Contra la Violencia de Género, Victoria Rosell. (EFE)

La chica supuestamente expresó que perdió la noción o el conocimiento estando en el inmueble y que en ese instante se perpetró el abuso, que posteriormente puso en conocimiento de la Policía Nacional.

Agentes de este cuerpo pusieron en marcha un dispositivo de búsqueda del sospechoso entre la noche del sábado y la madrugada del domingo que finalmente dio sus frutos con la localización y detención del investigado.

Como procede en estos casos, a la adolescente se le aplicó el protocolo establecido para los casos de delitos sexuales, y las fuentes consultadas explicaron que de las diligencias practicadas se desprende que a la menor le pudieron suministrar algún tipo de sustancia en la bebida para mermar sus capacidades.

Un precedente con MDMA

De confirmarse que este es un caso de abusos sexuales por sumisión química, sería el segundo que trasciende en el municipio durante este verano. La comisaría provincial informaba a principios de junio de la detención de un joven de 31 años y nacionalidad dominicana que presuntamente agredió sexualmente a una menor tras drogarla con éxtasis.

Según las pesquisas, el investigado coincidió en una fiesta con la víctima, le suministró la citada sustancia en la bebida a sus espaldas y, a continuación, aprovechando que estaba indispuesta, la forzó a mantener relaciones sexuales.

placeholder Imagen de archivo de otro detenido recientemente en Estepona por un caso de sumisión química. (Policía Nacional)
Imagen de archivo de otro detenido recientemente en Estepona por un caso de sumisión química. (Policía Nacional)

El parte médico expedido por los profesionales sanitarios concluyó que la chica presentaba hematomas en varias partes del cuerpo y que había dado positivo en MDMA en las pruebas analíticas.

Los datos ofrecidos por el Ministerio de Interior reflejan que en el primer trimestre del año, último periodo sobre el que hay cifras oficiales, se denunciaron 6.896 delitos de índole sexual en todo el país, de los que 426 fueron violaciones. La cifra total supone un incremento de 450 sobre los 6.446 conocidos en el mismo periodo del año pasado.

Este crecimiento es especialmente revelador porque en la comparación hay que descartar la variable pandemia, ya que no fue hasta finales de marzo de 2020 cuando se decretó el confinamiento que provocó el posterior desplome de los indicadores delictivos.

En el primer trimestre, se produjo una media de 76 delitos sexuales al día

En la comparación interanual, aumentaron cada una de las tres tipologías analizadas en el balance ministerial. De este modo, los delitos contra la libertad e indemnidad sexual crecieron un 7%, pasando de 3.223 a 3.448. Las agresiones sexuales con penetración fueron las que más se incrementaron —11,2 puntos porcentuales— y las contabilizadas el primer trimestre del año supusieron 43 más con respecto a 2020. El resto de episodios delictivos de esta índole aumentaron de 2.840 a 3.022 —un 6,4% más—.

Toda esta información arroja que en España se produjeron cada jornada una media de 76 delitos sexuales durante los primeros 90 días del año, cinco más que en 2020. Esta tendencia alcista contrasta notablemente con la caída de 9,3 puntos del total de infracciones penales —431.065— conocidas entre enero y marzo.

Un cabello como muestra, una primera prueba y un contraanálisis dos meses después para confirmar o descartar las sospechas de sumisión química y, en caso positivo, determinar la sustancia empleada. Al menos ocho semanas de margen que dificultan que las autoridades judiciales puedan acordar medidas privativas de libertad, y tengan que decantarse por opciones de control, mientras la ciencia determina si se empleó una sustancia para abusar de una persona. Este es el protocolo que se va a seguir en el caso adelantado por El Confidencial y que ha desembocado en la detención de un individuo por la presunta comisión de un delito sexual contra una menor de 16 años a la que conoció en un establecimiento del puerto deportivo de Estepona.

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