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El sector de flor cortada confía en el Día de los Difuntos para resucitar
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Andalucía lidera la producción nacional

El sector de flor cortada confía en el Día de los Difuntos para resucitar

La mitad de los productores ha cerrado o dedicado sus invernaderos esta campaña a cultivos hortofrutícolas como sandías, melones, patatas o calabacines

Foto: Mujer ante una tumba en un cementerio. (EFE)
Mujer ante una tumba en un cementerio. (EFE)

Una de las tradiciones que permanece profundamente arraigada entre los españoles, al menos entre los más mayores, es acudir a los cementerios en torno al Día de los Difuntos, 1 de noviembre, para visitar las tumbas familiares y depositar flores. Ese pequeño gesto es la última esperanza que le queda a cerca de 6.000 familias andaluzas que viven de la producción de flor cortada para poder seguir adelante tras un año en el que lo han perdido todo.

Andalucía es la principal productora de flor cortada a nivel nacional, con casi el 58% de la superficie de este sector, seguida de Murcia y Comunidad Valenciana. Actualmente, son unas 600 hectáreas (hace unos años superaban las 1.000) las que se dedican a la flor cortada, de las que unas 350 se sitúan en la localidad gaditana de Chipiona y alrededores (Sanlúcar, Jerez...) y otras 80 en torno al Bajo Guadalquivir sevillano (Los Palacios, Lebrija…), a los que hay que sumar plantaciones más dispersas en otros puntos de la región como Almería y Granada.

Cerca de dos tercios de la producción anual se consume en la temporada de primavera mientras que el tercio restante se suele planificar para su venta en otoño, especialmente en esta fecha tan señalada de los Difuntos.

placeholder Invernadero de flor cortada.
Invernadero de flor cortada.

Sin embargo, este año la producción más importante fue directamente a la basura. Cuando en marzo los camiones salían camino de Valencia, para la celebración de las Fallas, se decretó el estado de alarma y se devolvieron, por lo que se tuvieron que tirar, ya que se trata de un producto perecedero.

Aquello fue solo el comienzo de un rosario de cancelaciones. Especialmente grave para el sector fue la suspensión de las procesiones de Semana Santa en toda España, a la que siguieron después las ferias, fiestas, romerías, Día del Padre, Día de la Madre… provocando la ruina de buena parte de las empresas. Las explotaciones andaluzas se caracterizan por su pequeña dimensión y carácter familiar, por lo que su capacidad para soportar un golpe de estas características es muy limitada.

Solo el primer mes perdieron más de 23 millones de euros y muchas explotaciones no tenían para pagar ni a trabajadores ni a proveedores ni inversiones realizadas en sus invernaderos.

De hecho, según datos de COAG, la situación fue tan dramática que en los últimos seis meses se ha perdido la mitad del sector. Así, aproximadamente un 20% de los productores ha tenido que cerrar, mientras que un 30% ha cambiado de sector y ha decidido dedicar sus invernaderos a otras producciones hortofrutícolas como melones, sandías, patatas o calabacines.

placeholder Plantación dedicada esta campaña a las sandías.
Plantación dedicada esta campaña a las sandías.

Los que han resistido, se la jugaron en verano plantando flores para esta campaña de otoño que debería haber comenzado con la fiesta del Pilar (también suspendida) y con la tradicional visita a los cementerios en esta festividad de los Difuntos. Por eso, estos productores llevan una semana temblando ante la posibilidad de un confinamiento que imposibilitara las ventas de flores. Finalmente, la decisión del cierre de los municipios les afectará parcialmente —muchas familias solían volver al pueblo para visitar a sus familiares— pero confían en que se mantengan las ventas en esta semana, especialmente este puente.

El portavoz de Flor Cortada de COAG, Luis Manuel Rivera, se queja del abandono por parte de las Administraciones públicas pese al anuncio tanto por parte del Ministerio de Agricultura como por parte de la Junta de Andalucía de ayudas que, a su juicio, "están llegando tarde y mal".

El propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, visitó en mayo una plantación en Chipiona y subrayó la "catástrofe económica" que vive el sector de la flor cortada, con pérdidas valoradas en más de 260 millones de euros. Anunció entonces ayudas por 19 millones de euros. Sin embargo, el representante agrario asegura que al sector de la flor cortada solo se van a destinar 4,4 millones, mientras que el resto será para otros sectores agrarios.

En cuanto al Gobierno central, ha destinado 10,4 millones de euros para todo el sector de flor cortada a nivel nacional, según COAG, que recuerda que otros países han dedicado importantes medidas para ayudar a su sector. Especialmente destacada es la de Holanda, epicentro de la comercialización de flor cortada y plantas ornamentales de Europa, donde su Gobierno ha destinado una línea de ayudas por 600 millones de euros a sostener este sector.

placeholder El presidente de la Junta visita una producción de flor cortada.
El presidente de la Junta visita una producción de flor cortada.

Andalucía exporta habitualmente el 50% de su producción de flor cortada y plantas ornamentales, siendo precisamente Holanda su principal destino, seguida de Reino Unido. "Nuestra retirada de ese mercado este año está siendo ocupado por otros países y nos va a costar mucho recuperar ese espacio", lamenta Rivera, quien recuerda también que en España es de los pocos países en los que los productores de flor cortada no son considerados como "sector esencial" durante el estado de alarma.

Por eso, el sector cruza los dedos este fin de semana con puente confiando en que las ventas de flores se mantengan similares a otros años y los ingresos les permitan invertir en la campaña de la próxima primavera, aunque son conscientes de que tampoco será un año normal (ya se prevé la falta de Semana Santa y ferias).

Una de las tradiciones que permanece profundamente arraigada entre los españoles, al menos entre los más mayores, es acudir a los cementerios en torno al Día de los Difuntos, 1 de noviembre, para visitar las tumbas familiares y depositar flores. Ese pequeño gesto es la última esperanza que le queda a cerca de 6.000 familias andaluzas que viven de la producción de flor cortada para poder seguir adelante tras un año en el que lo han perdido todo.

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