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Una denuncia por acoso derriba al líder del PSOE de Huelva y agita la batalla interna
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CRÍTICO CON SUSANA DÍAZ

Una denuncia por acoso derriba al líder del PSOE de Huelva y agita la batalla interna

Ignacio Caraballo dimite al frente de la Diputación onubense con varios casos de presunta corrupción cercándolo y pone en marcha un plan para una sucesión controlada

Foto: El ya expresidente de la Diputación de Huelva Ignacio Caraballo (d). (EFE)
El ya expresidente de la Diputación de Huelva Ignacio Caraballo (d). (EFE)

El PSOE andaluz de Susana Díaz no dijo ni media palabra. La dimisión al frente de la Diputación de Huelva de Ignacio Caraballo, al alimón secretario general del PSOE onubense, no generó ni un solo comentario de la dirección andaluza. Es llamativo, pero no es raro si se conoce bien la situación interna del partido.

Todos miden bien sus palabras, porque hay un tema muy delicado, una denuncia de acoso, que investiga un juzgado de violencia de género, pero también porque se prepara una batalla interna que disparará de nuevo la tensión interna a menos de un año vista del congreso regional que decidirá el liderazgo del PSOE andaluz. El líder del PSOE de Huelva fue el primero en Andalucía en desmarcarse públicamente de las instrucciones de Susana Díaz cuando aún andaba de guerra contra Pedro Sánchez. Los socialistas onubenses cosecharon en las últimas elecciones los mejores resultados de todo el PSOE, subieron un diputado, de dos a tres, en la repetición de las generales. Gobiernan en 62 de 79 alcaldías, la de la capital, con mayoría absoluta.

La renuncia de Caraballo, que alegó “motivos personales” y denunció “una campaña de acoso constante” en los últimos meses, se esperaba de un momento a otro. El líder del PSOE de Huelva está imputado, desde octubre de 2019, en un caso de soborno por la presunta compra de votos en el Ayuntamiento de Aljaraque. El partido defendió que podía seguir en sus cargos cumpliendo los estatutos del partido hasta que se abriera juicio oral, lo que se espera en breve.

Foto: El presidente de la Diputación de Huelva, Ignacio Caraballo. (EFE)

A ese caso se sumó otro similar tras salir a la luz unas grabaciones en las que se apuntaba también al presidente de la Diputación en otro supuesto intento de soborno en Cartaya. En el mismo ‘modus operandi’, responsables socialistas trataron de comprar votos para mantenerse al frente del ayuntamiento presuntamente ofreciendo puestos de trabajo en la Diputación o en organismos dependientes de esta institución. El nombre de Caraballo, de quien dicen que “está al tanto de todo”, se oye nítidamente en las grabaciones.

Una denuncia de maltrato

Pese a estos dos casos, el primero se remonta a 2016 y el otro a 2015 —pero sorprendentemente no ha salido a la luz hasta este verano—, Caraballo se mantenía en sus cargos. Ha sido una denuncia por acoso sexual y psicológico, por la que el dirigente socialista fue a prestar declaración la pasada semana, la que ha terminado por derribarlo. El acusado niega los hechos y la investigación está en una fase embrionaria, pero a diferencia de otras ocasiones, Ferraz guarda silencio sobre su continuidad. La mujer interpuso la denuncia el pasado 22 de octubre, pero antes ya había acudido varias veces al juzgado y no materializó su acusación por miedo, según ha explicado su abogada.

El líder del PSOE de Huelva se guardó al presentar su renuncia en la Diputación de decir lo que ya había expresado públicamente días atrás. Entonces, denunció que hay “una operación política” contra su persona. Este jueves, se limitó a hablar de “una campaña de acoso”. No señaló a nadie, pero basta preguntar para saber que, tras sus insinuaciones, cabe esa afirmación de “cuerpo a tierra que vienen los nuestros”, que acuñó Pío Cabanillas en los tiempos de guerras fratricidas en la UCD.

Foto: La secretaria regional del PSOE, Susana Díaz. (EFE) Opinión
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Caraballo no ha resistido su última cita en un juzgado, quienes lo conocen señalan que su vida personal se ha visto gravemente sacudida por esa denuncia de una exmilitante socialista. “Está siendo muy doloroso”, aseguran en su entorno.

Activada la sucesión

No por el motivo que pensaba ha activado el plan previsto para cuando llegara el momento de marcharse. Una sucesión por partes. Primero, al frente de la Diputación. Será el PSOE de Huelva, que se reunirá este sábado, el que decida quién ocupa la presidencia del organismo supramunicipal. Se votará, conforme a los estatutos del partido. Aún no hay un nombre oficial, pero Caraballo ya hizo movimientos en la Diputación que dejaron entrever su apuesta. Arrinconó a quienes considera que están en el bando de Susana Díaz, que en Huelva mueve el alcalde de la capital, Gabriel Cruz, que en los últimos tiempos ha cerrado filas con la secretaria general, aunque fue muy crítico cuando se perdió la Junta de Andalucía. Caraballo ascendió como vicepresidenta de la Diputación a María Eugenia Limón. Ella es la elegida para tomar su relevo.

Foto: La secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz. (EFE) Opinión
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Cuando eso esté cerrado, Caraballo podría plantearse renunciar también a la secretaría provincial del PSOE. En ese caso, también está todo tasado en los estatutos del partido. Se montará una gestora y después se convocaría un congreso. En el último congreso federal, hace ya más de tres años, el que designó a Pedro Sánchez secretario general tras ganar las primarias, Ferraz se reservó tener la última palabra en cualquiera de estas elecciones, que quedan en mano de la militancia pero con posibilidad de que la dirección federal active el botón rojo.

La guerra de las listas

Precisamente por esa potestad que se reservó la dirección de Pedro Sánchez, se abrió la primera crisis interna grave con Huelva y la dirección de Susana Díaz. Fue en el momento de la configuración de las listas electorales. La dirección regional ignoró las indicaciones de Ferraz sobre los puestos que debían ocupar los sanchistas en las listas. Susana Díaz quiso echar un pulso y ordenó a todas las provincias hacer sus propias candidaturas sin contar con los nombres que dieron desde Madrid. Huelva ignoró el planteamiento de la secretaria general y desde el primer momento cerró un acuerdo. Otras provincias se sumarían a ese movimiento tratando de sellar la paz con la ejecutiva federal.

Foto: La secretaria general del PSOE de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)

Eso fue en marzo de 2019. Meses después, ese verano, Díaz destituyó al onubense Mario Jiménez como portavoz del grupo parlamentario. El movimiento incendió el partido y la designación de su sucesor, José Fiscal, también onubense pero con un fuerte rechazo en las filas de su provincia, aún más. Jiménez no solo era el hombre con más peso en el partido en la cuota de Huelva sino que además tiene vínculos familiares con Caraballo, es su cuñado. La ruptura entre San Vicente, sede del PSOE andaluz, y el partido en la provincia onubense era ya definitiva. Desde entonces, este año, todos han empezado a tomar posiciones con la máxima política de que la venganza es un plato que se sirve frío.

La dimisión de Caraballo acelerará los movimientos internos y ocurre en un momento en que otras provincias, principalmente el todopoderoso PSOE de Jaén, han dejado de defender a Susana Díaz como la mejor candidata posible para volver al Gobierno de Andalucía. Mientras que nombres como el de Felipe Sicilia saltan al ruedo con la bendición de Adriana Lastra. Quedan meses para el congreso definitivo, pero en Huelva van a vivir desde ya un anticipo de esa pugna por el poder.

El PSOE andaluz de Susana Díaz no dijo ni media palabra. La dimisión al frente de la Diputación de Huelva de Ignacio Caraballo, al alimón secretario general del PSOE onubense, no generó ni un solo comentario de la dirección andaluza. Es llamativo, pero no es raro si se conoce bien la situación interna del partido.

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