Restos arqueológicos amenazan el nuevo Bibo/Tarifa del chef Dani García

Valdevaqueros es un delicado ecosistema. Por ahora, se ha salvado de la construcción de un megahotel y de apartamentos. Situado en una zona de dunas del oeste de Tarifa, ahora vuelve a estar amenazado en el área encuadrada dentro del llamado Proyecto Eolo, catalogada como espacio sensible dentro del Parque Natural del Estrecho y perteneciente a la Red Natura 2000.

El cocinero marbellí Dani García, tres estrellas Michelin, tiene previsto abrir su restaurante/chiringuito Bibo Tarifa para el próximo mes de junio. Cuenta con los permisos del Ayuntamiento de Tarifa, pero en el lugar donde instalará su negocio se encuentra el yacimiento arqueológico de la ciudad romana de Mellaria.

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La plataforma ecologista Salvemos Valdevaqueros ha denunciado a la Junta de Andalucía la existencia de "falta de vigilancia arqueológica ante la aparición de restos romanos en las obras del chiringuito Bibo Tarifa”, según indicó Noelia Jurado, portavoz de esta plataforma, en declaraciones a El Confidencial. Dani García no respondió a las llamadas de este diario.

El yacimiento ha sufrido el “deterioro” y “expolio continuado” debido a su “falta de figura de protección” y, en la actualidad, se encuentra en un “estado de total abandono por no haber sido capaz la Administración competente de sacar adelante un proyecto de excavación, que pondría en valor la zona y completaría la oferta cultural en la zona”.

145.000 firmas de rechazo

El espacio arqueológico constituye una superficie en torno a las siete hectáreas. Se extiende de este a oeste en paralelo a la línea de costa, limitando al este con el arroyo Las Piñas y al oeste con el río El Valle, y se caracteriza por presentar un abanico cronológico en torno al siglo II a.C y el siglo VII d.C.

Chival Promociones Inmobiliarias decidió en junio de 2012 no ejecutar el proyecto inmobiliario de Valdevaqueros (Tarifa) por falta de la liquidez necesaria y de acceso a crédito y por las escasas perspectivas de venta de viviendas a particulares.

Hace un año, se abandonaron las obras de Eolo tras el rechazo generado por el proyecto, que contó con más de 145.000 firmas en contra, varias denuncias en Seprona y en la Fiscalía de Medio Ambiente, otra ante la Comisión Europea, y con una sentencia que es de aplicación por el TSJA sobre el plan parcial SL1, encontrándose incluido en este espacio.