A Lucía, la niña de la vía, no se le tomó la temperatura cuando se encontró el cadáver

Ana Belén Ordóñez, abogada de la familia de Lucía Vivar, la niña que apareció muerta en las vías del tren el pasado 24 de julio, denuncia que el equipo forense personado en el lugar del accidente no tomó la temperatura ambiente ni la del cadáver en el lugar de los hechos para así poder determinar las horas que pasaron desde que falleció la pequeña hasta que se encontró el cuerpo. “La temperatura no se tomó hasta las 12:15 horas”, ha criticado Ordóñez en 'El programa de Ana Rosa'.

Uno de los informes, a expensas de las pruebas que aún faltan por aportar, concluye que la niña murió entre tres y cinco horas antes de la que se viene estableciendo en el informe de la autopsia. La causa de la muerte, en el caso de esta hipótesis que baraja la familia, establecería que la niña no pudo morir por el atropello del tren.

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Falta el análisis de los bajos del tren (si hay manchas de sangre o no). Falta el informe biológico de la niña para ver si hay restos de ADN de otra persona en su cuerpo. El testimonio del maquinista de la línea Málaga-Alora (la niña fue encontrada 4,2 kilómetros más tarde) presenta contradicciones, según la abogada.

Y los padres están convencidos (aunque todavía no hay ninguna prueba) de que Lucía Vivar no se fue sola, que existió la participación de una tercera persona. Por eso, insisten en las diligencias presentadas en el Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga en que no se descarte otra hipótesis de la muerte de la niña. “Existen dudas más que razonables de la realización por parte de la menor en solitario de un trayecto de más de cuatro kilómetros en las condiciones que de sobra se conocen”, indica un comunicado enviado por la familia.