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Díaz presiona a Ferraz para la retirada de Chaves y da por hecha su investidura
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Díaz presiona a Ferraz para la retirada de Chaves y da por hecha su investidura

Chaves y Griñán están al límite. El primero vincula su salida a que se agote la legislatura; "¿Qué más quieren que haga?", se pregunta el segundo. Mientras, Díaz maniobra para llegar al gobierno andaluz

Foto: Griñán y Chaves, en la toma de posesión de Susana Díaz, en 2013. (Efe)
Griñán y Chaves, en la toma de posesión de Susana Díaz, en 2013. (Efe)

La situación interna en el PSOE es una bomba a punto de estallar. Susana Díaz ha acelerado los movimientos en los últimos días para salvar su investidura y después de que el expresidente José Antonio Griñán admitiera públicamente que había puesto su escaño como senador a disposición de la dirección del partido, la presión se trasladó inmediatamente hacia Ferraz y Manuel Chaves. El histórico socialista nunca ha ocultado en privado que su deseo es poner punto y final a su vida política cuando se agote la actual legislatura. Vincula su salida al próximo otoño, cuando toque elaborar las listas electorales. Chaves lleva meses sosteniendo a quien le ha querido preguntar que lo lógico es que no vuelva a repetir en las candidaturas socialistas. Esto al PSOE andaluz no le bastaba. Necesitabaun gesto público y simbólico para convencer a Podemos y Ciudadanos de una abstención que permita a Susana Díaz formar gobierno.

Gráficamente lo explica un indignado representante de la vieja guardia socialista: “Tienen la cabeza de Griñán y quieren la de Chaves y no les basta con eso, quieren pasearlas como un trofeo en bandeja de plata”. Mientras que el PSOE andaluz avanza y sostiene que hay un acercamiento con Ciudadanos que les permitiría formar gobierno muy pronto, la descomposición interna en el PSOE crece y los tirones entre Andalucía y Ferraz, también.

Según ha podido confirmar El Confidencial, Chaves no está dispuesto a dimitir ahora de su escaño y vincula su salida al momento en el que se agote la legislatura. Así se lo ha trasladado a la dirección de Pedro Sánchez, que públicamente se ha limitado a asegurar que el partido ha sido “bastante elocuente” sobre el futuro del exdirigente socialista. El secretario de Organización, César Luena, aseguró que no creía que se vieran en la tesitura de tener que decidir sobre si incluir o no a Chaves en una futura lista electoral. El propio socialista andaluz ya les había comunicado su intención de no repetir y el viernes por la noche lo dejaba claro en unas declaraciones en la Cadena Ser;no continuará como diputado del PSOE.Ha manifestado que es una decisión absolutamente personal, y ha insistido en que no se va por los ERE."Nadie de la dirección me ha presionado para abandonar el escaño o para que no repita en las próximas elecciones", ha apuntado. "Ya soy un poquito mayor,llevo muchos años en política. Tengo familia y quiero dedicarme a ella", ha señalado.

Chaves no está dispuesto a dimitir ahora de su escaño y vincula su salida al momento en el que se agote la legislatura

Griñán está también al límite. Sus últimas declaraciones a Efe son elocuentes y encendieron las alarmas en el partido. Susana Díaz quiere controlar directamente esta maniobra política sin interferencias, pero hay muchas cosas que se escapan de su dominio y el daño que pueda ocasionar toda esta operación política en su partido es una de ellas. “He presentado mi renuncia a todo ¡y ya está!; yo ya he tomado mi decisión con independencia de lo que diga el Tribunal Supremo”, ha reiterado Griñán, quese ha preguntado “a qué han renunciado los demás”, “¿qué más quieren que haga?”. Su familia “ya no aguanta más”, ha dicho, además delamentar que la política se esté convirtiendo, a su juicio, en un“juego de escaramuzas”.

Los expresidentes andaluces mantuvieron una charla telefónica después que ambos declararan ante el Supremo, que aún debe decidir si los imputa penalmente en el caso ERE. Griñán sabía que sus palabras sobre el “gran fraude” a la salida del Alto Tribunal habían sentado muy mal a su antecesor y, en otros tiempos, amigo. Quiso aclararle algunas cosas y en una charla telefónica le comunicó su intención de hacer público que no repetiría como senador. Chaves le pidió que aguardara unos días porque aún tenían unas semanas de margen, a la espera de que hablara el Supremo y en plazo para la investidura de Susana Díaz. No sirvió de nada. Griñán siguió adelante con sus planes. Ya el PSOE andaluz le había comunicado formalmente que no iban a volver a designarlo senador por la comunidad autónoma y él traslada que quiso ponérselo fácil.

En el momento en el que la secretaria general del PSOE andaluz tuvo por escrito la renuncia de su mentor político, los socialistas andaluces pusieron en marcha su maquinaria para vender el paso atrás de Griñán y acercarse a Ciudadanos y Podemos. Insistían en algo que ya habían trasladado en las negociaciones fallidas antes de la constitución del Parlamento, en que era Ferraz y no Susana Díaz quien debía mover ficha con Chaves. La presión fue en aumento hasta que el número dos de la dirección federal dio por hecho que el expresidente no repetiría en las listas. Cada paso se reviste de mucha teatralidad y está funcionando.

Inmediatamente después desde el PSOE andaluz comenzaron a trasladar que el pacto con Ciudadanos estaba muy próximo. El pasado miércoles, durante la recepción que la cadena SER ofrece en la Feria de Abril, fue muy comentada la insistencia con la que Díaz buscó la foto con el candidato de Ciudadanos, Juan Marín. La logró. Desde el partido de Albert Rivera aseguran que para ellos no significa nada y que poco después Marín saludó, con foto también, al presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla. Un día después Díaz aprovechó un acto público en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, el pueblo donde gobierna Marín con el PSOE, para afirmar: “Seré presidenta muy pronto”.

Ciudadanos se resiste a hablar de acuerdo con el PSOE. No bastaría su abstención en la investidura si Podemos y PP se mantienen en el no. Tendrían que votar a favor o conseguir los socialistas que tanto el partido de Rivera como el de Pablo Iglesias les den un voto en blanco. Y hay movimientos. El líder de Ciudadanos ha insistido públicamente en que no basta con que Chaves y Griñán se vayan y que el PSOE debe firmar el decálogo anticorrupción que les han puesto sobre la mesa. Los socialistas están dispuestos a hacerlo. “Entonces nos sentaremos a hablar”, admiten desde Ciudadanos, que mantienen la puerta abierta pero rebajan el optimismo de los socialistas.

También son llamativos los movimientos en Podemos. La secretaria general en Andalucía, Teresa Rodríguez, valoró como una “victoria” de su partido la retirada “simbólica y en diferido” de Chaves y Griñán. A partir de ahí ponen el acento sobre las otras condiciones sobre la mesa: una reducción drástica de altos cargos en la administración y la retirada de depósitos públicos a los bancos que no se comprometan a frenar los desahucios. El líder nacional, Pablo Iglesias, también empezó a emitir señales. “Cuando la gente se mueve convierte en fácil lo que parecía imposible. Manteniéndonos firmes ha sido posible la renuncia de Chaves y Griñán”, escribió en su cuenta de Twitter. Queda claro que Podemos comienza a tratar de explicar una posible abstención que permita a Susana Díaz gobernar. El PSOE andaluz está optimista a pesar de que la operación investidura va a dejar una herida grave y de consecuencias imprevisibles en el interior del partido.

La situación interna en el PSOE es una bomba a punto de estallar. Susana Díaz ha acelerado los movimientos en los últimos días para salvar su investidura y después de que el expresidente José Antonio Griñán admitiera públicamente que había puesto su escaño como senador a disposición de la dirección del partido, la presión se trasladó inmediatamente hacia Ferraz y Manuel Chaves. El histórico socialista nunca ha ocultado en privado que su deseo es poner punto y final a su vida política cuando se agote la actual legislatura. Vincula su salida al próximo otoño, cuando toque elaborar las listas electorales. Chaves lleva meses sosteniendo a quien le ha querido preguntar que lo lógico es que no vuelva a repetir en las candidaturas socialistas. Esto al PSOE andaluz no le bastaba. Necesitabaun gesto público y simbólico para convencer a Podemos y Ciudadanos de una abstención que permita a Susana Díaz formar gobierno.

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