Griñán y Valderas se ‘casan’ después de tres años de bronca permanente

Después de tres años de bronca permanente entre José Antonio Griñán y Diego Valderas, ahora escenifican un matrimonio de conveniencia en el que se avecinan nubarrones ante la evidente falta de entendimiento de ambos líderes políticos andaluces. Valderas ha intentado borrar el disco duro de sus duras intervenciones parlamentarias y televisivas contra el líder del PSOE-A, al que acusó de “comulgar con los aspectos más genuinos de la economía liberal”.

El nuevo Parlamento se estrena esta mañana con el primer acuerdo, un tanto trastabillado, al que llegaron ayer por la tarde el Gobierno social-comunista. El protagonista fue el flamante nuevo presidente del Parlamento andaluz: Manuel Gracia, exportavoz del PSOE en los años duros del chavismo y relegado por Griñán en 2010, quien asumió el pasado 13 de febrero la dirección de la gestora del PSOE sevillano, tras la abrupta dimisión de José Antonio Viera.

El Gobierno conjunto PSOE e Izquierda Unida que controlará la Junta de Andalucía e incluirá un reparto de consejerías se olvidará de los ataques de Griñán a Valderas cuando este defendía la existencia de una banca pública en Andalucía. Para el líder de la coalición de izquierdas, “ni las leyes ni las normativas comunitarias impiden que se conforme esa banca pública”, pero a su juicio, para ello, un gobierno tiene que tener la valentía de poner un instrumento económico al servicio de la economía social”.

El debate que mantuvieron el 13 de marzo delante de las cámaras de Canal Sur TV y con la ausencia de Javier Arenas, el líder de IU recordó al presidente de la Junta que Andalucía contaba con más parados que Grecia y que diez comunidades autónomas españolas juntas. ¿Qué le replicó Griñán? Que el Gobierno andaluz no había hecho “ni un solo recorte sanitario y educativo” y que Andalucía era la comunidad con mayor número de becas (100.000 estudiantes).

En ese mismo encuentro en televisión, Valderas precisó que la atención primaria sanitaria estaba “paralizada”, al  igual que la construcción de cuatro hospitales públicos. “Usted baja poco a la calle”, espetó el candidato de Izquierda Unida, quien pidió a Griñán una y otra vez “un Palacio de cristal”. Ahora no les queda más remedio que jubilar sus severas discrepancias ideológicas para adoptar un tono más pragmático. Todo sea por lograr asegurar el poder.

Valderas quiere precisar que estará “a la altura de las circunstancias”. Para ello, tendrá que olvidar que ha culpado a Griñán de convertirse en un “soberbio hasta en la derrota”. También de frases como esta: "Ha habido un afán de ser los aventajados de la clase y tener superávit. ¿Para qué le ha servido, si ahora, en época de vacas flacas, pagamos las consecuencias”.