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El PSOE extremeño se lanza a unas primarias con el fantasma de una oposición crónica en el bastión de Vara
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El PSOE extremeño se lanza a unas primarias con el fantasma de una oposición crónica en el bastión de Vara

Los socialistas deberán elegir entre el continuismo del alcalde de Villanueva de la Serena y otros dos candidatos. De fondo, el temor a que María Guardiola se consolide en la Junta como ha ocurrido en Andalucía

Foto: Guillermo Fernández Vara, en el comité regional del PSOE de Extremadura celebrado en Mérida. A la derecha, Lara Garlito, una de las aspirantes a sucederlo. (EFE/Jero Morales)
Guillermo Fernández Vara, en el comité regional del PSOE de Extremadura celebrado en Mérida. A la derecha, Lara Garlito, una de las aspirantes a sucederlo. (EFE/Jero Morales)
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El PSOE de Extremadura aborda su renovación con el trauma de haber perdido la Junta a pesar de que Guillermo Fernández Vara ganó las elecciones del pasado 28 de mayo. Con ese sabor agridulce se despide el barón extremeño, ahora vicepresidente del Senado, otra de las víctimas de la debacle que resultó del éxito que obtuvo el PP al convertir las municipales y autonómicas en un plebiscito sobre Pedro Sánchez. Por recoger su testigo se enfrentarán tres candidatos, como ha quedado refrendado en el comité regional que han celebrado los socialistas extremeños este sábado en Mérida.

Sobre el proceso, que se dirimirá en unas primarias a doble vuelta, sobrevuela el fantasma de que el paso del PSOE por la oposición se cronifique, como ha ocurrido en otros territorios. El recuerdo de Andalucía queda muy cercano, aunque en Extremadura no se detecta el desgaste que sufrieron sus vecinos del sur después de la victoria pírrica de Susana Díaz en 2018. Desde entonces, Juanma Moreno se ha consolidado y los socialistas liderados por Juan Espadas todavía no han dado con la tecla correcta en su labor de oposición. El temor es que a María Guardiola le ocurra lo mismo, a pesar de que los inicios de la presidenta de la Junta de Extremadura fueron complicados por ese intento de dejar fuera a Vox del Gobierno que fue aplacado por Génova.

Fernández Vara, que había anunciado su retirada al constatar que PP y Vox sumaban, aprovechó el momento de flaqueza de Guardiola para dar marcha atrás e intentar presentarse a un proceso de investidura. No hay que olvidar que la presidencia de la Asamblea de Mérida quedó en manos del PSOE por esa falta de acuerdo de los populares con los ultras. Finalmente, Guardiola fue elegida presidenta y gobierna junto con Vox, por lo que el barón socialista se resignó y puso en marcha el proceso de renovación en su partido. De por medio, le fue diagnosticado un cáncer que lo mantiene en un segundo plano, aunque este sábado reapareció en el comité regional, y no ha expresado su apoyo a ninguno de los tres aspirantes a sucederlo.

Los tres aspirantes son Miguel Ángel Gallardo, alcalde de Villanueva de la Serena y presidente de la Diputación de Badajoz; Lara Garlito, vicepresidenta de la Asamblea y vicesecretaria general del PSOE extremeño, y José María Vergeles, exconsejero de Salud en el Gobierno de Fernández Vara. El mejor situado es el regidor villanovense, uno de los pocos miembros del partido que lograron una mayoría absoluta el pasado 28-M en la comunidad y que representa un perfil continuista con el todavía líder de la formación. Pero Garlito cuenta con el apoyo de gran parte de la formación en su provincia, Cáceres, y buenas conexiones en Badajoz. Es la más joven de los tres aspirantes y tiene ciertas similitudes con la presidenta Guardiola, pero hay en el PSOE extremeño quien recuerda que no siempre funciona apostar por un perfil similar al del gobernante al que debe hacer oposición.

Foto: Diana Morant saluda a Soler, ante Carlos Fernández Bielsa. (Rober Solsona/Europa Press)

El silencio de Fernández Vara, también motivado por su situación personal, es la tónica general en la federación, uno de los bastiones del PSOE, ya que el partido ha gobernado en 36 de los 41 años de autonomía. Pero son muchos los cuadros y dirigentes que no se han pronunciado en esta pugna, que se dirimirá en una votación el próximo 2 de marzo. Si ninguno de los tres candidatos supera el 50% de los apoyos en primera vuelta, habrá una segunda el 9 de marzo, antes del congreso regional, que se prevé para los días 22 y 23 del mismo mes.

El caso extremeño es muy distinto al de la Comunidad Valenciana, donde Ferraz se ha implicado mucho para evitar unas primarias fratricidas. Tiene que ver con que la dirección socialista sí tenía una apuesta para suceder a Ximo Puig en la persona de la ministra de Ciencia, Diana Morant. Por eso, Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, se arremangó para armar un acuerdo que evitara las urnas con los dos aspirantes, el líder del partido en Alicante, Alejandro Soler, y el secretario general de Valencia, alcalde de Mislata y principal contrincante de Puig en lo orgánico, Carlos González Bielsa. "Somos el partido de las primarias", dicen en Ferraz, cuestionados sobre las diferencias que han llevado a la dirección a implicarse en Valencia y dejar hacer en Extremadura.

Foto: El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, durante su tercer debate de investidura, en las Cortes. (Europa Press/Mateo Lanzuela)

Días antes del comité regional, el delegado del Gobierno en Extremadura y miembro de la ejecutiva autonómica del PSOE, Miguel Ángel Quintana, admitió que hubiera preferido un solo candidato, pero destacó las "fuertes raíces" de la formación del puño y la rosa. El trauma de perder la Junta les llegó a los socialistas en 2011, cuando Guillermo Fernández Vara ganó las elecciones, pero no pudo gobernar por un pacto antinatura entre el PP e IU. Pero el todavía líder del PSOE en la comunidad logró que la etapa de José Antonio Monago fuera un paréntesis y volvió al Ejecutivo cuatro años después en 2015.

Ese será el reto que asuma su sucesor, aunque tiene el obstáculo de la reciente pérdida del poder, cuando entre los socialistas manejaban encuestas positivas hasta poco antes del 28-M y no solo se dejaron la comunidad, sino también alcaldías señeras, como la de Cáceres. Muchos miran a esa campaña nacionalizada, que opacó la labor de gestión del Gobierno regional y de muchos regidores. "Hay tantos diagnósticos como personas", apunta una fuente que conoce bien al partido y que insiste en la raigambre que tiene en la comunidad, la principal baza del PSOE extremeño para intentar que Guardiola siga los pasos de Monago y también sea un paréntesis entre presidentes socialistas.

El PSOE de Extremadura aborda su renovación con el trauma de haber perdido la Junta a pesar de que Guillermo Fernández Vara ganó las elecciones del pasado 28 de mayo. Con ese sabor agridulce se despide el barón extremeño, ahora vicepresidente del Senado, otra de las víctimas de la debacle que resultó del éxito que obtuvo el PP al convertir las municipales y autonómicas en un plebiscito sobre Pedro Sánchez. Por recoger su testigo se enfrentarán tres candidatos, como ha quedado refrendado en el comité regional que han celebrado los socialistas extremeños este sábado en Mérida.

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