La bronca política siembra de desconfianza la relación de PP y PSOE con los medios

El clima de alta crispación política y el incipiente ambiente electoral, con hasta tres citas con las urnas este año, ha bunkerizado a las direcciones de los grandes partidos para pulir sus respectivas estrategias, dominar la conversación y blindar la figura de sus principales líderes. Pedro Sánchez tiene ante sí un complicado calendario por el interminable listado de exigencias de sus socios, con la ley de amnistía como clave de bóveda de la legislatura. Y Alberto Núñez Feijóo necesita pulir su plan de oposición sin que otros posibles temas de consumo interno opaquen su agenda contra el Ejecutivo.

Esas prioridades organizativas han contaminado en algunos casos la relación de PP y PSOE con los medios en los últimos días. Como publicó El Confidencial, el portavoz del PP en el Congreso y mano derecha de Feijóo, Miguel Tellado, pidió a sus diputados y senadores evitar el mestizaje habitual entre políticos y periodistas en las Cámaras para que la información no escape al control oficial. El dirigente requirió evitar los "pasillos" sin "orden ni concierto" y limitar la interlocución con los medios a los propios gabinetes de prensa.

En el fondo de la decisión subyace el dominio que Génova pretende de todos los estratos del partido —porque a Feijóo "no le gustan los versos sueltos"— y la práctica necesidad de acertar con los mensajes políticos, controlando el cómo, el cuándo o el quién. El PP quiere que todos los temas de discusión se centren en Sánchez por su "ataque" al Estado de Derecho y la situación de "extrema gravedad", en boca del propio Feijóo, por la que atraviesa el país por las cesiones del Gobierno al independentismo o el "secuestro" que, a su juicio, está llevando a cabo en instituciones clave como el Congreso o el Tribunal Constitucional.

Esta dinámica ha derivado en algún rifirrafe por el control de los temas con los medios o por la ausencia de intervenciones abiertas a preguntas en la última semana. El partido no convocó el lunes la habitual rueda de prensa tras el comité de dirección —el partido ya había celebrado un retiro de trabajo el fin de semana anterior en Toledo—, y tampoco permitió preguntas en la intervención que realizó el pasado jueves Alberto Núñez Feijóo en el Senado. Tanto el líder del PP como el resto de portavoces sí mantienen una intensa agenda en medios de comunicación, con intervenciones o entrevistas radiofónicas o televisivas.

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El blindaje de Génova no se repite en Ferraz, pero en el ala socialista también hay ciertas desconfianzas. No se puede considerar como tal la apuesta inequívoca por la discreción que impuso Pedro Sánchez casi en la noche electoral del 23 de julio. El primer capítulo se registró en las negociaciones para la conformación de la mesa del Congreso y la elección de Francina Armengol como presidenta de la Cámara baja. Esa discreción se trasladó a las conversaciones para la investidura, bajo la premisa de la "discreción en la negociación y transparencia en los acuerdos".

Esa apuesta, exitosa en su cometido, ha convertido al partido casi en un búnker, algo que todavía se deja notar respecto a las reuniones que mantienen los socialistas con Junts per Catalunya. Sí es cierto que esa estrategia parece que empieza a cambiar para intentar "normalizar" la percepción de los encuentros con los neoconvergentes y los socialistas ya informaron del encuentro que se produjo el pasado miércoles en el Congreso entre Jordi Turull, secretario general de Junts, y Santos Cerdán.

Eso no impide que en Ferraz se hayan producido también algunos choques con los medios por la gestión de algunas reuniones en la sede, lo que provocó el descarte de un encuentro preparatorio a la Convención Política que se ha celebrado este fin de semana en A Coruña. También hubo dudas momentáneas sobre la idoneidad de congregar a los medios presentes en la ciudad gallega en una cena con dirigentes del partido, algo que finalmente sí sucedió.

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En el PSOE no hay orden de no hablar con los periodistas, pero los socialistas sí han pedido amparo a las asociaciones de prensa como la Federación de Asociaciones de Periodistas, la Asociación de la Prensa de Madrid y la Asociación de Periodistas Parlamentarios. Lo ha hecho contra los "pseudomedios", como los ha calificado Ferraz, que retransmitieron la protesta convocada frente a la sede del partido en nochevieja y que se vino a llamar "las uvas en Ferraz".