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El Gobierno inicia los trámites contra Rubiales tras el desafío: "Que nadie dude de nuestra contundencia"
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Escándalo en la Federación

El Gobierno inicia los trámites contra Rubiales tras el desafío: "Que nadie dude de nuestra contundencia"

Moncloa daba por hecho que el presidente de la RFEF dimitiría durante la asamblea extraordinaria, lo que le obliga a actuar ahora con contundencia tras más de un año sin atender las denuncias contra él

Foto: Luis Rubiales, frente a Pedro Sánchez, durante la recepción a las campeonas del mundo. (Reuters/Juan Medina)
Luis Rubiales, frente a Pedro Sánchez, durante la recepción a las campeonas del mundo. (Reuters/Juan Medina)

Luis Rubiales ha hecho oídos sordos a la presión política y ha lanzado al Gobierno un órdago sin precedentes. "No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir", desafió el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en la asamblea general extraordinaria de este viernes. El dirigente y exfutbolista, blindado por el Ejecutivo pese a sus escándalos, se ha hecho grande y alarga la polémica y el deterioro reputacional de la institución que dirige. Pedro Sánchez está obligado ahora a activar el botón rojo y el Consejo Superior de Deportes (CSD) ya ha anunciado que elevará las denuncias recibidas contra él e iniciara los trámites para su salida. También la Fiscalía, que ha abierto la vía penal.

La Moncloa daba por seguro que Rubiales iba a dimitir y con ese escenario se trabajaba. La reacción ahora es de incredulidad y rechazo absoluto. "La intervención es absolutamente incompatible con la representación que ostenta en el deporte español y con los valores de una sociedad avanzada como la española", señalan fuentes cercanas al Ministerio de Cultura. Lo cierto es que el Gobierno brindó a Luis Rubiales una protección especial durante más de un año. Los escándalos desvelados por El Confidencial pasaron casi desapercibidos para la Moncloa y las denuncias contra el dirigente de la RFEF se acumulaban en un cajón del CSD.

El beso sin consentimiento a Jenni Hermoso, sin embargo, acabó con ese blindaje de golpe. Pero el monstruo ya era demasiado grande y ha alentado un conflicto frontal entre el Ejecutivo y la Federación de fútbol. El presidente del CSD, Víctor Francos, ha asegurado tras conocer la noticia que ya preparan acciones contra Rubiales y que elevarán "una denuncia razonada ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD)". “Vamos a actuar, hemos activado todos los mecanismos para tomar las medidas oportunas”, ha declarado en la cadena SER antes de añadir: "Que nadie dude de la contundencia con la que vamos a actuar".

Presión inerte

La maquinaría de la Moncloa estaba ya en marcha. El martes, durante la recepción de las campeonas del mundo, Sánchez censuró sin matices la actitud de Rubiales y pidió algo más que una disculpa a regañadientes a través de un vídeo. "Lo que vimos fue un gesto inaceptable, pero también las disculpas del señor Rubiales no son suficientes e incluso no son adecuadas", dijo el presidente del Gobierno en funciones. Un día después, habló el titular de Cultura y responsable directo del CSD, Miquel Iceta. Y 24 horas más tarde hizo lo propio su homólogo de la Presidencia, Félix Bolaños. Los dos advertían ya de que, si la Federación no movía ficha, lo haría el Ejecutivo. O, lo que es lo mismo: si no dimitía, abrirían un expediente y quedaría inhabilitado. "Las cosas no pueden quedar así", dijo Bolaños.

Las tres declaraciones se reconocieron entonces como tres hachazos certeros en la base del gigantesco árbol. Pero no cayó. El cerco político a Rubiales, no obstante, es cada vez más estrecho e irá a más, con una ofensiva transversal de todas las fuerzas del arco parlamentario exigiendo su dimisión. Desde Sumar al PP. La formación de Yolanda Díaz presentó el martes una denuncia ante el CSD por considerar el beso como una "forma de agresión sexual", y los populares habían puesto la situación en manos de sus servicios jurídicos para registrar otro escrito. Lo lógico es que este plan continúe ahora e incluso explore nuevas vías. "Espero que esta vez su amistad con Pedro Sánchez no le valga como en otras ocasiones", alertó la secretaria general del PP, Cuca Gamarra.

Foto: Luis Rubiales durante la recepción de Pedro Sánchez a la Selección. (Reuters/Juan Medina) Opinión

La presión entre el martes, cuando Pedro Sánchez abrió la veda desde la Moncloa, y el jueves, cuando se supo la dimisión, fue total y orquestada en varios actos. Sánchez, Yolanda Díaz, Miquel Iceta, Félix Bolaños, Patxi López... El propio Iceta, incluso, anunció 24 horas antes de la asamblea extraordinaria que el CSD ya tenía todo dispuesto para presentar ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) las denuncias recibidas, que se elevarán ahora. Con un expediente disciplinario abierto por la FIFA y la víctima reclamando "medidas ejemplares", el CSD tratará ahora de alcanzar su inhabilitación.

Lo cierto es que el tema deja al PSOE en una situación muy comprometida. Por un lado, porque sus socios de Sumar marcaron la línea roja de la dimisión solo unas horas después de la celebración del Mundial. Pero especialmente por lo que supone para su argumentario feminista y su credibilidad. Demasiado para el Ejecutivo de coalición, autodenominado como el "más feminista de la historia".

Foto: El presidente de la RFEF, Luis Rubiales, durante una visita a Pedro Sánchez. (EFE/Pool/Fernando Calvo)

El Gobierno ignoró los escándalos protagonizados por Luis Rubiales de forma sistemática. Desde sus negocios con Gerard Piqué hasta el uso presuntamente irregular de fondos de la RFEF para viajes y gastos personales, entre otros, pero todo se ha vuelto en su contra como un bumerán. Un caso de machismo y abuso sexual que dinamita los planes de la Moncloa en un momento complejo, en plenas negociaciones para la investidura. La problemática, no obstante, irá a más en los próximos días con un cruce de denuncias, habida cuenta que Rubiales anunció acciones legales contra Yolanda Díaz e Irene Montero.

La vicepresidenta en funciones, de hecho, subió el tono tras las palabras de Rubiales y reclamó una actuación inmediata. "Lo que hemos visto hoy en la Asamblea de la Federación es inaceptable. El Gobierno debe actuar y tomar medidas urgentes: se acabó la impunidad para las acciones machistas. Rubiales no puede seguir en el cargo", publicó en su perfil de Twitter.

Luis Rubiales ha hecho oídos sordos a la presión política y ha lanzado al Gobierno un órdago sin precedentes. "No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir", desafió el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en la asamblea general extraordinaria de este viernes. El dirigente y exfutbolista, blindado por el Ejecutivo pese a sus escándalos, se ha hecho grande y alarga la polémica y el deterioro reputacional de la institución que dirige. Pedro Sánchez está obligado ahora a activar el botón rojo y el Consejo Superior de Deportes (CSD) ya ha anunciado que elevará las denuncias recibidas contra él e iniciara los trámites para su salida. También la Fiscalía, que ha abierto la vía penal.

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