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Cerco político a Rubiales: PP y Sumar hacen causa común y marcan el paso a Sánchez
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Escándalo en la RFEF

Cerco político a Rubiales: PP y Sumar hacen causa común y marcan el paso a Sánchez

El PP, que ya exigió la dimisión del presidente de la RFEF, se abre a presentar una nueva denuncia ante el CSD. Sumar presentó un escrito por considerar el beso como "agresión sexual"

Foto: Pedro Sánchez saluda a Luis Rubiales. (Reuters/Juan Medina)
Pedro Sánchez saluda a Luis Rubiales. (Reuters/Juan Medina)

El cerco sobre Luis Rubiales se estrecha. La presión política sobre el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) va a más y ya es completamente transversal al arco parlamentario. Desde Sumar al PP. Los populares están dispuestos a unirse a la formación liderada por Yolanda Díaz y presentar una nueva denuncia ante el Consejo Superior de Deportes (CSD) por el beso sin consentimiento que le dio a la futbolista Jenni Hermoso durante la celebración del Mundial. La vía administrativa se abre camino así entre las exigencias generalizadas de dimisión, incluidos cargos del PSOE.

La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ya pidió públicamente al Gobierno que la actitud de Rubiales debe traducirse en su dimisión o su cese, pero la vicesecretaria de Políticas Sociales, Carmen Fúnez, ha ido un paso más allá este miércoles abriendo la puerta a sumarse a la denuncia de Sumar. Si el dirigente de la RFEF no renuncia a su cargo en los próximos días, explorarán nuevas fórmulas para hacerle caer. “Se estudiará la situación con nuestros servicios jurídicos y tomará medidas al respecto”, declaró Fúnez en mitad de la polémica sobre Rubiales y la multitud de escándalos que le rodean.

Foto: El presidente de la RFEF, Luis Rubiales, durante una visita a Pedro Sánchez. (EFE/Pool/Fernando Calvo)

Fuentes parlamentarias del PP apuntan a que tienen margen para elevar aún más la presión contra Luis Rubiales, e infieren que no se han movido aún por la delicada situación política que atraviesa Alberto Núñez Feijóo, que debe activar ya las negociaciones con las fuerzas políticas para tratar de armar su investidura, fijada por Francina Armengol para los días 26 y 27 de septiembre. “El personaje no nos gusta nada. No hemos estado muy rápidos porque estábamos pendientes de otras cosas”, reiteran las voces consultadas.

La situación no es nueva. El PP ya lideró una ofensiva en el Congreso contra el presidente de la RFEF cuando El Confidencial reveló que había realizado escuchas clandestinas a altos cargos del Gobierno. El Grupo Popular, entonces con un menor peso parlamentario, exigió la comparecencia de Rubiales en la Cámara Baja y formuló tanto preguntas orales como escritas al Ejecutivo para forzar acciones contra el dirigente, aunque nunca llegaron a producirse. En aquel momento, el PSOE evitó unirse a la presión parlamentaria, secundada por grupos como Cs, Compromís o Vox para que diese explicaciones.

Cambio en el PSOE

La posición del PSOE y el Gobierno de coalición ante los escándalos de Rubiales, como ha informado este diario, apuntan a una protección del exfutbolista. Incluso con denuncias ante el CSD olvidadas en un cajón. Pero toda la polémica tras el beso a Hermoso ha cambiado los mensajes públicos de los socialistas, que a lo largo de la legislatura han convertido la lucha contra el machismo y la violencia sexual en una de sus principales banderas. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ya advirtió este lunes de que las disculpas de Rubiales "no eran suficientes". Y este miércoles ha sido el portavoz parlamentario en el Congreso, Patxi López, quien ha hecho lo propio y ha ido un paso más allá. Como el PP y Sumar, aboga por la salida de Rubiales. “Yo creo que tiene que dimitir”, afirmó.

Foto: Rubiales junto a la mujer que le acompañó en Nueva York. (EC)

La marejada política amenaza ya con convertirse en un tsunami y llevarse por delante a Luis Rubiales. Y la realidad es que no hay una sola fuerza que haya mostrado el mínimo signo de simpatía por él. Todo lo contrario. Este escenario deja al PSOE en una situación comprometida, con prácticamente todos los partidos en la misma dirección, tanto a izquierda como a derecha. El momento, además, es especialmente delicado, en mitad de las negociaciones para la investidura y con todas las formaciones necesitadas de marcar perfil propio.

Sumar ya ha dado el primer paso y ha presentado un escrito ante el Consejo Superior de Deportes por considerar el beso sin consentimiento como una “forma de agresión sexual”. Yolanda Díaz, de hecho, calificó su actitud de "vejatoria" y exigió su salida. Podemos, dentro de esta formación, también ha sido muy beligerante y marcó la dimisión como una línea roja. "Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí", publicó en su perfil de Twitter la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero.

El CSD, no obstante, supedita cualquier decisión a la investigación interna. El presidente de la entidad, Víctor Francos, declaró este martes que esperará al informe final para dirimir qué hace con Luis Rubiales, aunque advirtió de que actuará si tiene que hacerlo. "Si la RFEF no toma decisiones, nosotros estamos dispuestos", dijo en una entrevista con la cadena SER.

El cerco sobre Luis Rubiales se estrecha. La presión política sobre el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) va a más y ya es completamente transversal al arco parlamentario. Desde Sumar al PP. Los populares están dispuestos a unirse a la formación liderada por Yolanda Díaz y presentar una nueva denuncia ante el Consejo Superior de Deportes (CSD) por el beso sin consentimiento que le dio a la futbolista Jenni Hermoso durante la celebración del Mundial. La vía administrativa se abre camino así entre las exigencias generalizadas de dimisión, incluidos cargos del PSOE.

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