Orgullo, asco y estrés: la comunicación no verbal del polémico discurso de Rubiales

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, dejó varias frases polémicas durante su discurso en la asamblea general extraordinaria. También tuvo gestos que ilustraron desde "asco" hacia un sector del feminismo en España hasta "vergüenza" al referirse a su actitud junto a la reina Letizia y la infanta Sofía, cuando se llevó la mano a los genitales. Generalmente, los gestos del máximo dirigente del fútbol federativo coincidieron con sus palabras. El Confidencial ha recogido el análisis de un experto en comunicación no verbal que estudió cada uno de los movimientos del dirigente.

Su actitud fue "impaciente", asegura José Luis Martín Ovejero. Considera que el presidente de la RFEF comenzó su intervención frotando y apretando sus manos "con insistencia", lo que es un sinónimo de "nervios". Sin embargo, se debió a la "impaciencia" del dirigente deportivo español que "estaba deseando hablar". Según el análisis de Ovejero, Rubiales no estaba "nervioso", sino que mantuvo una actitud tranquila y segura.

Rubiales estuvo "estresado" cuando se refirió a su comportamiento ante la reina Letizia. Utilizó un "gesto manipulador" al hablar de la Casa Real

Rubiales hubiera preferido evitar ofrecer aclaraciones sobre su comportamiento en el palco de autoridades y en la ceremonia posterior a la final del Mundial. Pero comenzó su discurso asegurando que estaba "encantado de poder dar explicaciones". El experto en gestos analiza que el rostro del presidente no reflejó "satisfacción alguna". Llegó el momento de las disculpas. Fue uno de los momentos más significativos, según Ovejero. Estuvo "estresado" cuando se refirió a su comportamiento cerca de la reina Letizia y la infanta Sofía. Su malestar fue tal, que utilizó un "gesto manipulador" al hablar de la Casa Real: consecuencia de agarrar "su chaqueta", añadió Ovejero.

El presidente de la RFEF también sintió "asco" hasta en dos ocasiones durante su discurso, según su expresión. Uno de los episodios de "asco facial" ocurrió cuando se refirió al beso con Jenni Hermoso. En el momento en que aseguró que no hubo "ni deseo ni dominio", su cara reflejó una de estas características, considera el experto. El segundo de los gestos ocurrió al referirse al "falso feminismo" de su país.

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Relató la breve conversación que, según el presidente de la RFEF, mantuvo con Hermoso para consultar si aceptaba "un piquito". Para Ovejero, que el máximo mandatario del fútbol español haya recordado el relato de los hechos traslada un supuesto "indicio de credibilidad". Sus palabras estuvieron acompañadas de gestos, especialmente con las manos. Es una técnica no verbal que "añade también credibilidad a su historia", argumenta Ovejero. El experto, a partir del análisis, cree que Rubiales estaba "convencido" del mensaje y aprovechó nuevamente el movimiento de manos para demostrar una "potente implicación personal" en el asunto: llevó la "mano al pecho" para hacer creer que un sector de la sociedad intenta "matarlo socialmente".

"No voy a dimitir"

Contra todo pronóstico, Rubiales anunció que no iba a dimitir de su puesto en la RFEF. Fue contundente. Para anunciar que continuaría en el cargo de la presidencia del fútbol español repitió la frase "no voy a dimitir" hasta en cinco ocasiones, "aumentando su volumen de voz", además de usar una de sus manos para acompañar gesticularmente su discurso. Estas características tuvieron como objetivo, según el experto en comunicación, dejar "claro al mundo entero" que no abandonaría sus funciones por decisión propia. "Si algo ha querido transmitir con fuerza es que no dimitirá", argumenta Ovejero.

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Generar un impacto emocional con su familia

La señal televisiva corporativa de la RFEF mostró varios planos tanto de las tres hijas de Luis Rubiales como de su padre, Luis Manuel Rubiales López, quien se mostró ligeramente emocionado cuando la cámara lo enfocó. Para Ovejero, en comunicación no verbal, estos planos buscan generar un "efecto impactante" en la sociedad