Si El Niño no lo evita, los huracanes irán a peor: ¿afectará a España la llegada de este fenómeno?

Los meteorólogos llevan advirtiendo desde hace meses de un gran cambio en el paradigma meteorológico con la llegada de El Niño. Este modelo de variabilidad climática tiene influencia en todo el mundo, y se genera en el Océano Pacífico Ecuatorial, frente a las costas de Perú. Esto se produce cuando se presentan ciertas anomalías en los vientos de la región y en la temperatura superficial del mar (SST).

Este modelo climático, caracterizado por aumentar la temperatura superficial del mar, se va intercambiando cada cierto tiempo (entre 9 meses y 2 años) con otras dos fases: La Niña (temperatura del mar más fría) y la fase neutral. Estas fases suelen desarrollarse a partir de abril y su punto álgido tiene lugar en los meses de octubre y febrero.

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Como explican en ElTiempo.es, hemos salido de la fase de La Niña, que ha durado unos tres años. Ahora, El Niño, al propiciar mayor temperatura en la superficie oceánica, provoca lluvias más intensas en la costa oeste de América del Sur, pero produce sequías en otras partes del mundo. Al analizar los valores del Océano Pacífico Ecuatorial de abril de 2023, se ha confirmado que la temperatura va en aumento y se espera que El Niño se desarrolle en los meses de mayo y julio de este año.

La temporada de huracanes se acerca

Estamos a un mes de que comience la temporada de huracanes. Su formación se ve propiciada por la temperatura superficial del Atlántico. Además, a más alta esta temperatura, más virulentos serán los fenómenos meteorológicos. Actualmente, la temperatura del océano Atlántico está hasta 3 °C por encima de su temperatura normal.

Si El Niño prospera, los huracanes del Pacífico serán más fuertes que en el Atlántico

A pesar de ello, la presencia de El Niño actúa de manera diferente para los huracanes del Atlántico. El Niño aumenta la temperatura del océano Pacífico, pero produce una cizalladura vertical de viento, es decir, una diferencia de velocidad o dirección del viento entre dos puntos de la atmósfera. Este fenómeno refresca el agua y reduce el crecimiento de huracanes en el Atlántico.

Es decir, que la presencia de El Niño puede hacer que esta temporada de huracanes en el Atlántico sea más benigna y afloje un poco la capacidad destructora de estos fenómenos de los últimos años. Pero, si las aguas del Atlántico no se enfrían lo suficiente, se producirán ciclones tropicales con bastante fuerza. Caso aparte serán los huracanes que se generen en el océano Pacífico. Estos, influenciados por El Niño, sí podrían ser más potentes y destructivos.

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Ahora bien, ¿nos puede afectar El Niño en España? A pesar de que la Península Ibérica recibe los restos de diferentes tormentas tropicales que se forman en el Atlántico, su situación hace que el paradigma meteorológico esté modificado por otros factores. Los efectos de El Niño no se pueden determinar con exactitud en nuestro país, aunque esto no significa que no nos vaya a afectar.

Por ejemplo, como indican en ElTiempo.es, “en los inviernos con El Niño, tanto el anticiclón de las Azores como la baja de Islandia suelen debilitarse. Con esto, ​​la corriente en chorro trae condiciones más húmedas al sur de Europa”. Por cercanía, es el continente americano o las zonas de Oceanía o el sudeste asiático las que más notan su impacto.