El sello con el que se envió la carta incendiaria a la embajada de Ucrania: "Es una tirada de 135.000"

El paquete incendiario que la embajada de Ucrania recibió este miércoles no tenía remitente, solo una pegatina en la que podía leerse el nombre de su embajador, Serhii Pohoreltsev, y un sello horizontal de 74,6 por 28,8 milímetros que cuesta 2,70 euros. El rastro de la estampa lleva hasta la localidad pontevedresa de La Guardia, donde una sociedad filatélica auspició su creación hace ocho meses. Según explica su presidente, José Ángel Gándara, el sello salió a la venta el 24 de abril con una tirada de 135.000 unidades.

"¿Lo que ocurrió en la embajada de Ucrania lleva el sello de La Guardia?", responde sorprendido a El Confidencial. "Es un sello oficial de Correos, se puede adquirir en cualquier estanco u oficina de España".

El secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, ya confirmó este jueves que los cinco paquetes incendiarios que han llegado a la embajada de Ucrania, la empresa de armamento de Zaragoza, la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, el Ministerio de Defensa y la Presidencia del Gobierno de la Moncloa se habrían enviado desde territorio español, pero por el momento la única fotografía que ha salido a la luz es la que corresponde al primero de ellos.

La imagen carece de la calidad suficiente como para apreciar un detalle que, según explica Gándara, permitiría estrechar el cerco: "Rastrear un envío a partir de un sello es muy complicado. Es más fácil a partir del matasellos, que es el cuño que ponen en la oficina", señala. "En cada oficina tienen su cuño postal y entonces sí te aproximas a de dónde pudo salir. Te sale la fecha de envío y la localidad, con cada oficina teniendo una numeración distinta".

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Si los paquetes no se enviaron desde las propias oficinas, el matasellos también ayudaría a localizar los buzones donde se habrían depositado, tal y como ocurrió en 2021 con las cartas amenazantes que recibieron el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez. En aquella ocasión, los investigadores lograron localizar los buzones de Madrid y Barcelona donde habían dejado las cartas, pero la jueza terminó por archivar el caso en julio de 2021 al no conseguir más "datos para la identificación de las personas responsables".

La investigación sobre los paquetes incendiarios ha quedado esta vez en manos del magistrado de la Audiencia Nacional José Luis Calama, que ha abierto diligencias por un presunto delito de terrorismo. Como ha informado El Confidencial, los nombres y las direcciones de los destinatarios que aparecen en los envíos fueron escritos a mano utilizando una letra idéntica, lo que apunta a que el responsable sería una misma persona. Los objetivos escogidos, a los que la tarde de este jueves se sumó la embajada de Estados Unidos, sugieren a su vez que los ataques guardan relación con Ucrania y con las instituciones o empresas que le han brindado apoyo en su guerra con Rusia.

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"Curiosamente, justo la noticia que sacamos en el blog antes de anunciar la presentación de este sello fue un artículo sobre otro sello ucraniano", comenta Gándara, refiriéndose así al texto que publicaron el 19 de abril bajo el título ¿Especulación o negocio? El sello de Ucrania en homenaje a la resistencia rusa con la frase: "¡Buque de guerra ruso, vete a la mierda!".

Pese a ello, él mismo aclara que su asociación no guarda relación alguna con Ucrania o con Rusia y que ese mes publicaron más de siete artículos, entre ellos el que celebraba la creación de un sello dedicado al Monte Santa Trega: "Recoge un primer plano de una de las construcciones del castro y de fondo las vistas que se pueden admirar desde el monte", explicaba su texto. Ese es el paisaje que, ocho meses después, ha acabado estampado en un paquete incendiario.