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Cuando Sánchez prometía tipificar el delito de referéndum ilegal y traer a Puigdemont
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En la última campaña electoral

Cuando Sánchez prometía tipificar el delito de referéndum ilegal y traer a Puigdemont

La reforma del delito de sedición contrasta con antiguos compromisos del presidente del Gobierno, que durante la campaña en 2019 rechazó modificar el Código Penal porque "no era oportuno"

Foto: Pedro Sánchez, durante el debate de las elecciones de noviembre 2019. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Pedro Sánchez, durante el debate de las elecciones de noviembre 2019. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Pedro Sánchez dedicó la campaña de noviembre de 2019 a anunciar medidas contra el independentismo. Una de sus promesas fue la tipificación del delito de referéndum ilegal para evitar una repetición del 1-O, pero no ha vuelto a haber noticias desde entonces. Tres años después, lejos de cumplirlo, el presidente del Gobierno aspira a reformar el delito de sedición, lo que reduciría hasta un tercio las penas de los condenados por el 'procès'. La realidad es que los planes del Ejecutivo no tienen nada que ver con lo dicho por Sánchez aquellos días, cuando rechazó reformar el Código Penal, negó que concedería los indultos y se comprometió a traer a Carles Puigdemont desde Waterloo.

Foto: Estas son las claves de la reforma del delito de sedición. (EFE)

La hemeroteca no deja en buen lugar las promesas de Sánchez. Su ofensiva contra los líderes y fuerzas catalanistas presentada entonces no solo es que no se haya puesto en marcha, es que la estrategia ha dado un giro de 180 grados. "Vamos a incorporar un delito para prohibir la celebración de referéndums ilegales en Cataluña como ha ocurrido cuando gobernaba el Partido Popular", dijo el líder socialista durante el debate electoral de los comicios del 10 de noviembre de 2019. Pero no solo eso. También avanzó su intención de que el 'expresident' fugado regresase a España para responder por sus delitos. "Yo me comprometo, hoy y aquí, a traer a Puigdemont y que rinda cuentas ante la justicia española", declaró el dirigente socialista.

El presidente del Gobierno anunció este jueves que el Gobierno abordará la reforma del delito de sedición para sustituirlo por un delito de desórdenes públicos agravados. Su objetivo, según explicó, es homologarlo al de otras democracias europeas, rechazando la idea de que se trate de una contraprestación con ERC para la aprobación de los presupuestos generales de 2023. El resultado sería que las penas para los condenados pasarían de los 10 a 15 años actuales a unas mucho menores, de 5 años.

Foto: Pedro Sánchez, durante su declaración institucional en la Moncloa, este 14 de octubre. (Reuters)

Durante la campaña de hace tres años dijo que "no era oportuno" reformar el Código Penal, nada que ver con su postura actual, y también rechazó tajantemente que la concesión de los indultos fuese una opción. En las semanas previas al mismo debate aseguró que se iba a acatar el fallo del Tribunal Supremo sobre la sedición y malversación de los políticos independentistas, lo que suponía el "íntegro cumplimiento" de la sentencia. "Nadie está por encima de la ley y todos estamos obligados a su cumplimiento", dijo entonces. Apenas dos años después, concedió la medida de gracia.

Lo cierto es que si algo ha caracterizado a Pedro Sánchez con este tema son sus cambios de opinión, con virajes en periodos muy breves de tiempo. En mayo de 2018, durante una entrevista en Antena 3, dijo que "veía clarísimamente" que se habían producido los delitos de rebelión y sedición. Solo unos meses después, sin embargo, su punto de vista se transformó completamente y defendió lo contrario. Desde la tribuna del Congreso señaló que para la rebelión era necesario que hubiera militares o civiles armados por militares, por lo que rechazaba este tipo. Nada estaba ya tan claro en el discurso del presidente del Gobierno.

La relación de Sánchez con los independentistas está trufada de giros. También con Podemos, su socio de Gobierno, de quien dijo que no podría dormir antes de compartir el Consejo de Ministros. En el camino a las urnas de hace tres años reiteró una y otra vez que nunca iba a pactar con ERC, Bildu o los morados. "No es no y nunca es nunca", dijo el socialista sobre su relación con Esquerra. El mismo final que preveía con la formación abertzale. "Con Bildu no vamos a pactar. Se lo repito. Con Bildu no vamos a pactar. Si quieres lo digo 5 veces o 20 durante la entrevista", señaló en aquella campaña. Nada se ha cumplido cuando aún no ha terminado la legislatura.

Pedro Sánchez dedicó la campaña de noviembre de 2019 a anunciar medidas contra el independentismo. Una de sus promesas fue la tipificación del delito de referéndum ilegal para evitar una repetición del 1-O, pero no ha vuelto a haber noticias desde entonces. Tres años después, lejos de cumplirlo, el presidente del Gobierno aspira a reformar el delito de sedición, lo que reduciría hasta un tercio las penas de los condenados por el 'procès'. La realidad es que los planes del Ejecutivo no tienen nada que ver con lo dicho por Sánchez aquellos días, cuando rechazó reformar el Código Penal, negó que concedería los indultos y se comprometió a traer a Carles Puigdemont desde Waterloo.

Pedro Sánchez Carles Puigdemont Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)