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"Mal presidente", "chamán" o "mala fe": los reproches de un debate de alto voltaje
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Cara a cara en la Cámara Alta

"Mal presidente", "chamán" o "mala fe": los reproches de un debate de alto voltaje

Sánchez y Feijóo protagonizaron varios enganchones en el Senado. El socialista le acusó de estar aupado por las grandes compañías y el líder popular le recriminó su falta de humildad: "Su intervención no es propia de un presidente"

Foto: Pedro Sánchez sonríe durante la intervención de Alberto Núñez Feijóo en el Senado. (EFE/Juanjo Martín)
Pedro Sánchez sonríe durante la intervención de Alberto Núñez Feijóo en el Senado. (EFE/Juanjo Martín)

El debate sobre la energía en el Senado acabó en un intercambio de alto voltaje entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. El presidente del Gobierno se empleó a fondo para atacar al jefe de la oposición y desmontar su imagen de político moderado y experimentado. Y el líder del PP, aunque tendió la mano a un pacto de Estado y trató de ser más sutil que su oponente, también se dejó llevar por la inercia de la sesión. Los reproches y el tono bronco fueron constantes durante toda la tarde, con el resto de fuerzas como meros espectadores. Si Sánchez acusó a Feijóo de "mala fe" y cuestionó la legitimidad de su elección al frente de los populares, según él aupado por "grandes energéticas y corporaciones", el dirigente gallego directamente le tildó de "mal presidente" y calificó sus palabras de "lamentables". Pero hubo más.

El abanico fue variado. Aunque Sánchez arrancó su intervención con un mensaje más sosegado, centrado en alejar el miedo ante la crisis, pronto cambió su discurso y se volcó en el cuerpo a cuerpo. Habló alrededor de dos horas, de las cuales al menos 45 minutos se dirigieron en exclusiva a desgastar a Feijóo. No ya a desnudar sus argumentos en materia energética, sino a tratar de retratar sus capacidades. "Un responsable político no debe comportarse como un chamán. Debe ofrecer una solución ante los problemas de la sociedad. Un líder político jamás debe jugar con los miedos de la población", dijo el jefe del Ejecutivo.

Foto: Alberto Núñez Feijóo, Nadia Calviño y Pedro Sánchez. EFE Juanjo Martín
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El momento más tenso de la sesión fue cuando Pedro Sánchez apeló a los supuestos poderes que actúan en su contra. Desde este martes, a su discurso suma la idea de que maniobran en favor de Alberto Núñez Feijóo. "Usted no olvida quién le puso ahí: las grandes empresas energéticas y las grandes corporaciones de este país". La respuesta llegó después de nuevas acusaciones de mentiras y más y más reproches: "Es lamentable decir que a mí me han puesto las empresas. Es un insulto a la democracia española y es un insulto a todos los militantes y simpatizantes del Partido Popular de España".

"Usted no olvida quién le puso ahí: las grandes empresas energéticas y las grandes corporaciones de este país", dijo Sánchez a Feijóo

Sánchez utilizó incluso un tono condescendiente, especialmente cuando apeló a la economía. Hasta el punto de decir que Feijóo va "justito" de conocimientos en impuestos. "Hablamos de errores encadenados que o bien denotan un desconocimiento profundo de cómo funciona la economía, o una acusada mala fe. Vamos a quedarnos con la primera posibilidad, porque es la que tiene remedio. Le recomiendo que estudie más, rodearse de buenos asesore y luego haga propuestas", dijo. Feijóo, que tomaba apuntes, aprovechó su turno para pedirle "humildad" y recordarle que su pasado antes de llegar a la Moncloa era concejal de la oposición en Madrid.

Estrategia de acoso y derribo

Sánchez se valió del formato del debate para explayarse con total comodidad. Él gozó de tiempo ilimitado y libertad para intervenir cuando quisiera acorde al reglamento de la Cámara Alta, mientras que el presidente del PP solo contó con 15 minutos de réplica. En la Moncloa diseñaron un plan de acoso y derribo, basado en parte en la hemeroteca, para acabar con el aura de político moderado de Feijóo y, de paso, pinchar la burbuja de las encuestas. Con el PSOE a la baja y el PP disparado desde las elecciones en Andalucía, los socialistas ansían un nuevo vuelco a poco más de un año para las urnas. "Los meses han pasado y como líder nacional del PP las cosas que dice no avalan la imagen de buen gestor que usted dice tener estos últimos 13 años", subrayó, tras acusarle de llamarle "dictador".

"He dicho y lo reitero que es un mal presidente en sus últimos momentos, no es un insulto, es una crónica", contraatacó Feijóo

El presidente del Gobierno se refería a una declaración reciente de Alberto Núñez Feijóo, en la que relacionaba al Ejecutivo con la novela 'El otoño del patriarca', de Gabriel García Márquez. "Si un asesor me pone en mi discurso que para criticarle utilizara el título de una obra de Gabriel García Márquez que evoca a dictadores sangrientos de América Latina, lo hubiera tachado", dijo Sánchez, que al mismo tiempo rescataba calificativos pasados de su rival político: "gobernar de forma déspota"; "políticas frívolas"; "populista" o "inexperto". “Este es el señor Feijóo, el señor que no insulta al presidente del Gobierno”, añadió.

Foto: Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en una imagen de archivo. (EFE/Ballesteros)

Feijóo, que insistió en denunciar los descalificativos que recibe desde su llegada a Génova, intentó potenciar su perfil de político centrista y lanzó la oferta de un pacto de legislatura, supeditado a que Sánchez rompa con sus socios y destituya a los ministros de Podemos. Una utopía en mitad del tono bronco que ha embarrado el debate hasta el extremo. Tanto, que también el dirigente del PP se revolvió y con cierta retranca cargó contra el presidente. "Me planteo si sus volantazos son fruto de la improvisación, de la falta de rumbo o de las encuestas", aseveró.

El líder popular reprochó a Sánchez que su tono era más propio de un líder de la oposición: "Su intervención no es propia de un presidente". Pero fue más allá. No se retractó por su referencia literaria e insistió en las similitudes con la obra de García Márquez. "He dicho y lo reitero que es un mal presidente en sus últimos momentos, no es un insulto, es una crónica", declaró Feijóo, que también retó al socialista a someterse al examen de la ciudadanía sin trampas. "Atrévase a hablar con los ciudadanos sin un casting previo", añadió, en alusión al encuentro de este lunes en la Moncloa con españoles supuestamente seleccionados al azar.

Alberto Núñez Feijóo hurgó en las encuestas, que en este momento le dan una victoria muy holgada, con una distancia superior a los 40 escaños. Como ha informado El Confidencial, además, hay un cambio de tendencia en la percepción del electorado de uno y otro partido. Según el último barómetro del CIS, publicado el pasado mes de julio, ya hay un millón y medio de votantes socialistas que confían en el popular. Al mismo tiempo, además, dos millones y medio de estos no se fían de Sánchez. "No podemos seguir a merced de sus urgencias demoscópicas", criticó durante su escueta intervención. En ese sentido, le instó a trabajar en un nuevo modelo energético, ironizando con la idea de que volverá a copiar sus propuestas, como en el caso del IVA sobre el gas y la luz. "Nadie se equivoca siempre, ni siquiera usted", espetó.

El debate sobre la energía en el Senado acabó en un intercambio de alto voltaje entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. El presidente del Gobierno se empleó a fondo para atacar al jefe de la oposición y desmontar su imagen de político moderado y experimentado. Y el líder del PP, aunque tendió la mano a un pacto de Estado y trató de ser más sutil que su oponente, también se dejó llevar por la inercia de la sesión. Los reproches y el tono bronco fueron constantes durante toda la tarde, con el resto de fuerzas como meros espectadores. Si Sánchez acusó a Feijóo de "mala fe" y cuestionó la legitimidad de su elección al frente de los populares, según él aupado por "grandes energéticas y corporaciones", el dirigente gallego directamente le tildó de "mal presidente" y calificó sus palabras de "lamentables". Pero hubo más.

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