El PP descarta fichar a Rivera tras su salida de Martínez-Echevarría: "No nos aporta nada"

La abrupta salida de Albert Rivera del bufete de abogados Martínez-Echevarría hizo que se pusieran todas las miradas en su vuelta a la política y especialmente en un posible fichaje por el PP. Desde que su fontanero de cabecera en Ciudadanos, Fran Hervías, pasara a tener despacho en Génova como brazo ejecutor de la opa al partido naranja del secretario general, Teodoro García Egea, se ha especulado con la posibilidad. Desde Génova, se mostraban ayer tajantes sobre el futuro de su antiguo adversario: "En el PP, ni está ni se le espera". La relación de Rivera con la dirección nacional es cordial y de hecho ha almorzado con Pablo Casado, García Egea e incluso el alcalde de Madrid y portavoz del PP, José Luis Martínez-Almeida, pero más allá de esta cordialidad y de compartir reflexiones no hay más colaboración prevista.

Hace unos meses, se llegó a hablar de que Rivera había participado en la tormenta de ideas de la Convención Nacional celebrada el pasado mes de octubre y redactado algunos de los documentos que en ella se expusieron sobre los ejes en que debería girar el discurso del centro derecha. Fuentes populares niegan esta colaboración y defienden que en el partido hay mucha gente preparada como para que el presidente Casado tenga que tirar de externos. El sentir entre los de Génova 13 sobre la figura del fundador de Ciudadanos es dispar. Mientras que desde el equipo de García Egea se le juzga con benevolencia, también los hay muy críticos con cómo se comportó con el PP. Recuerdan que “dio alas” a la moción de censura que echó a Mariano Rajoy del Gobierno y que en su afán de darles el sorpaso provocó que Podemos, Bildu y ERC decidan ahora la política de España al no pactar con Pedro Sánchez y traicionar su condición de partido bisagra.

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Desde un punto de vista práctico, en el PP ven “quemado” a Rivera en el plano político, por lo que “poco podría aportar”. Tampoco le auguran una larga carrera en la empresa privada, por la forma en que ha salido del despacho que le contrató. En el mundo de la abogacía, no ha extrañado este desenlace. “Martínez Echevarría y Albert son el agua y el aceite”, apostillan. Quienes los conocen entienden que por el tipo de trabajos que lleva a cabo el bufete, Rivera poco podía aportar, ya que además nunca había ejercido como abogado más allá de su etapa como becario en La Caixa. “Es un chico simpático, pero no tiene un perfil comercial”, remachan.

El propio Rivera ha manifestado a través de un comunicado que no tiene intención de retomar su aventura política y que en los próximos días anunciará su nuevo destino. Desde que se alejó del partido, no ha participado en ningún acto de apoyo a su sucesora, Inés Arrimadas, ni ha hecho apenas declaraciones. Algunos de sus excompañeros le vinculan directamente con la fuga de cargos de Cs al PP. Se le ha visto comiendo con la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, con la que mantiene una buena relación personal. Junto a él también ha dejado el despacho el que fuera su número dos, José Manuel Villegas.

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Es precisamente Villegas el vínculo con la fundación creada por los exministros del PP Juan Costa, Josep Piqué y Abel Matutes, donde el ex secretario general de Ciudadanos está en el patronato. Propósito es el 'think tank' de confianza del PP de Casado y especialmente de García Egea, que les ha encargado varias labores de asesoría. La organización está especializada en el medio ambiente y en lo social y pretende ser el futuro FAES, dada la relación tensa que existe en la actualidad con la entidad presidida por José María Aznar. En su día, se especuló con que Rivera fuera patrono, pero no cuajó y tampoco está previsto que se incorpore en un futuro inmediato.

Donde sí recaló fue en el Centro de Enseñanza Superior Cardenal Cisneros, en el que se le puso al frente del Instituto de Liderazgo y Formación Política. Su incorporación no estuvo exenta de polémica, ya que fue validada por el antiguo consejero de la Comunidad de Madrid Eduardo Sicilia, que formaba parte de la cuota de Ciudadanos. El citado instituto se creó para Rivera y desde la dirección del centro universitario, que depende de la Universidad Complutense, se argumentó que el exlíder naranja podía cubrir las carencias que en su experiencia personal detectó en la política.

El culebrón por su salida de Martínez-Echevarría promete nuevos episodios. Como adelantó El Confidencial, tanto Rivera como Villegas reclaman las remuneraciones que les adeudan del pasado y las que les habrían correspondido hasta marzo de 2025. Asimismo, no descartan denunciar daños morales. Ahora moverán ficha desde el bufete, donde no descartan filtrar los emolumentos que se le han pagado en estos años. "Es difícil que nadie pueda volver a confiar en él ni en la empresa ni en la política".