Marlaska viaja a Melilla con los directores de la Guardia Civil y Policía

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha viajado a Melilla para mantener una reunión operativa con los mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Lo ha hecho junto a la directora de la Guardia Civil, María Gámez, y el director de la Policía Nacional, Francisco Pardo. Después de Ceuta, Melilla. Por segunda vez en un mismo día, centenares de marroquíes intentaron entrar a la fuerza en la ciudad autónoma. El segundo asalto del viernes tuvo lugar por la tarde, a plena luz del día, y medio centenar de inmigrantes lograron su propósito.

El viernes 21 de mayo pasará a la historia migratoria como el día en que, por primera vez, marroquíes y no subsaharianos trataron de entrar en Melilla rompiendo compuertas en la valla que rodea la ciudad o saltándola.

Hasta ahora los marroquíes y demás magrebíes intentaban llegar a suelo español pasando a escondidas a través de los puestos fronterizos, cerrados desde marzo de 2020 a causa de la pandemia, o a nado. La valla estaba reservada para los subsaharianos que están en buena forma física y se arriesgan más. Estos además no suelen saltarla de día sino de noche, más bien de madrugada.

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Después de haber demostrado, a principios de semana, la vulnerabilidad de Ceuta, en la que entraron a nado unas 8.000 personas entre el lunes y el martes, estos saltos de marroquíes llevados a cabo el viernes ponen de relieve que Melilla también es frágil si se desata una oleada migratoria.

Entre 250 y 300 marroquíes se esforzaron el viernes, a eso de las 18:00, en romper las rejas de los cauces secos del río de Oro y del río de Farhana y unos 40 lograron pasar, según informó la delegación del Gobierno en la ciudad. Muchos de ellos son originarios de localidades vecinas a Melilla y poseen familiares en la ciudad a cuyos domicilios se pudieron dirigir. Por eso algunas fuentes locales estiman que el número de inmigrantes que logró cruzar puede alcanzar los 60.

En el salto del viernes de madrugada fueron 30 los que entraron en la ciudad. Para lograr su objetivo los asaltantes “usaron un alto grado de violencia”, según el comunicado de la delegación del Gobierno. A los agentes les cayó una lluvia de piedras para impedirles que hicieran su labor de contención.

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Algunos marroquíes trataron de subir la valla, pero se quedaron atrapados en medio del vallado. La Guardia Civil sospecha que aquello fue una operación de diversión para distraer a las fuerzas de seguridad españolas mientras otros aspirantes a emigrar se esforzaban por romper las compuertas de los antiguos ríos por donde de verdad tenían intención de entrar.

Del lado marroquí de la valla, la Gendarmería se empleó a fondo en tratar de parar a los cientos de candidatos a emigrar que se dirigían hacia Melilla, pero sus efectivos son escasos comparados con los de las fuerzas auxiliares, un cuerpo más numeroso en la zona y que permaneció de brazos cruzados, según fuentes españolas que observaron de cerca lo sucedido.

El jueves por la noche, poco antes de que se produjese el primer asalto protagonizado por marroquíes, el Ejército se desplegó en el perímetro fronterizo como había hecho días antes en Ceuta. Se instaló en los puestos fijos de observación de la Guardia Civil para que este cuerpo pueda estar al completo en primera línea, en la misma verja. La delegación del Gobierno anunció además que en breve el Instituto Armado enviará refuerzos a la ciudad.