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El PSOE renuncia a la gran batalla de la izquierda antes del 4-M: el cinturón sur
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ELECCIONES MADRID

El PSOE renuncia a la gran batalla de la izquierda antes del 4-M: el cinturón sur

Los cálculos entre los partidos del bloque de izquierda para producir un cambio de Gobierno es que la participación supere el 70%, y para ello se han repartido los votantes y el territorio

Foto: El candidato del PSOE, Ángel Gabilondo, con el trabajador de un restaurante. (EFE)
El candidato del PSOE, Ángel Gabilondo, con el trabajador de un restaurante. (EFE)

Los partidos del bloque de la izquierda se están repartiendo los papeles en la campaña electoral del 4-M, apelando a distintos perfiles de votantes, aunque con el objetivo común de propiciar una movilización récord de todo el espectro desde el centro a la izquierda radical, a la que fían el vuelco electoral. Los que más colisionan en su estrategia son Unidas Podemos y Más Madrid, que concentrarán sus esfuerzos en el cinturón sur y los barrios más humildes con un mayor porcentaje de potenciales votantes de izquierda pero también de abstención. Los socialistas, por su parte, renuncian a esta batalla por el sur porque, según indican desde el equipo de campaña, su objetivo es movilizar y apelar a votantes de "toda la Comunidad", sin distinción, con una estrategia más transversal. Con todo, la agenda de precampaña de su candidato, Ángel Gabilondo, ha arrancado en ciudades como Móstoles, Getafe, Alcorcón, Parla o Fuenlabrada y la próxima semana recalará en distritos también del sur, sin perder así de vista sus clásicos bastiones.

En el equipo de campaña de Unidas Podemos están acabando de perfilar el mapa donde consideran que será más necesaria la movilización. Barrios populares de la capital, zonas y pueblos con tradición de izquierdas en la sierra norte de Madrid y, principalmente, el cinturón sur. "El sur de Madrid es lo que más nos interesa movilizar en términos generales", coinciden desde el equipo de campaña de Más Madrid.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)

El PSOE arrancó su campaña apostando por apelar a los antiguos votantes de Ciudadanos. Consideran que una parte de esta bolsa de electores que en los anteriores comicios eligieron la papeleta naranja eran previamente votantes suyos y quieren recuperarlos. Una estrategia que, al contrario que Unidas Podemos y Más Madrid, prioriza mirar al centro.

Algo que pasa tanto por un programa con guiños a estos electores, y de ahí el compromiso de no tocar la fiscalidad si Ángel Gabilondo accede a la presidencia de la Comunidad de Madrid o de priorizar un acuerdo postelectoral con Cs y Más Madrid, como por mirar más allá del sur, especialmente a las urbanizaciones de las ciudades de la periferia. Los PAU o el "cinturón naranja", según la denominación del analista Jorge Dioni, quien recordaba en un artículo reciente en este diario que "en las elecciones celebradas en el primer semestre de 2019, la mayoría de esos barrios de calles rectas con piscinas, tanto los de urbanizaciones como los de chalets, votaron a Ciudadanos".

Foto: Vista de un bloque en construcción en El Cañaveral. (EFE) Opinión

Los cálculos entre los partidos del bloque de izquierda para producir un cambio de Gobierno es que la participación logre superar el 70%, a pesar del contexto de pandemia, situándose más cerca de la media de participación propia de unas generales que de unas autonómicas. La barrera del 70% solo se superó por cuatro décimas en las elecciones de 1995, el récord desde que se celebran comicios, seguido de las de 1987 (69,87%) y las primeras de 1983 (69,70%). En las pasadas elecciones autonómicas la participación fue del 68,1% y en las generales del 74,5%.

Con este objetivo principal, del que se deriva el pacto de no agresión entre candidaturas porque desmoviliza al votante de izquierdas, estas formaciones reconocen que tanto la situación de pandemia como el hecho de que las elecciones sean en día laboral no juegan a su favor. La Comunidad de Madrid ha declarado el 4-M día no lectivo para los escolares, lo que podría incrementar todavía más la abstención entre las familias que deban acudir al trabajo además de atender a sus hijos. No en vano, desde Más Madrid se reclamó que se declarase festiva la jornada electoral para "garantizar el derecho al voto y a la salud" y porque el hecho de que sean los centros de trabajo los que deban garantizar este derecho supondría dejarlo al arbitrio del "tipo de trabajo, de la seguridad en el empleo o de las condiciones concretas del centro de trabajo".

Desde Más Madrid se reclamó que se declarase festiva la jornada electoral para "garantizar el derecho al voto y a la salud"

Durante la presentación de su candidatura, Pablo Iglesias ya centró una buena parte de su mensaje en la necesidad de movilización: “Si en los barrios humildes, en las ciudades del sur y en los pueblos de la comunidad se alcanzan niveles de participación similares a los de los barrios pudientes, ya está hecho”. Este miércoles, durante una entrevista en Antena 3, apelaba al "Madrid trabajador" y volvía a insistir en que "para ganar a la derecha, tiene que haber una movilización electoral muy amplia en los lugares donde la gente vota menos. Que no permita el Madrid trabajador que sea el barrio de Salamanca el que decida a qué colegio van sus hijos".

El candidato socialista, Ángel Gabilondo, reforzaba su apelación al votante de Ciudadanos tras conocerse los datos del CIS preelectoral de Madrid otorgando un empate a escaños entre los dos bloques y situando a los naranjas como fuerza extraparlamentaria: "Me dirijo directamente a los votantes de Ciudadanos, que según la encuesta que ahora mismo hemos recibido del CIS no obtendrán ni un solo diputado de su lista. Yo me dirijo a ellos y les digo que está en sus manos decidir qué opción quieren hacer". Para preguntarse si "quieren volver de nuevo a las andadas de apoyar de nuevo al Gobierno del PP, orientado hacia Vox, que quiere poner a Madrid en la línea de la ultraderecha; o si quieren un Gobierno serio o quieren el Gobierno de Colón".

Los partidos del bloque de la izquierda se están repartiendo los papeles en la campaña electoral del 4-M, apelando a distintos perfiles de votantes, aunque con el objetivo común de propiciar una movilización récord de todo el espectro desde el centro a la izquierda radical, a la que fían el vuelco electoral. Los que más colisionan en su estrategia son Unidas Podemos y Más Madrid, que concentrarán sus esfuerzos en el cinturón sur y los barrios más humildes con un mayor porcentaje de potenciales votantes de izquierda pero también de abstención. Los socialistas, por su parte, renuncian a esta batalla por el sur porque, según indican desde el equipo de campaña, su objetivo es movilizar y apelar a votantes de "toda la Comunidad", sin distinción, con una estrategia más transversal. Con todo, la agenda de precampaña de su candidato, Ángel Gabilondo, ha arrancado en ciudades como Móstoles, Getafe, Alcorcón, Parla o Fuenlabrada y la próxima semana recalará en distritos también del sur, sin perder así de vista sus clásicos bastiones.

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