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Tampoco la vacuna acaba con las escaramuzas entre PSOE y PP
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LOS POPULARES VEN "PROPAGANDA"

Tampoco la vacuna acaba con las escaramuzas entre PSOE y PP

Los dos principales partidos se enzarzan también por el inicio de la vacunación, muestra de que las relaciones entre ambos parecen ahora mismo irreconciliables

Foto: El presidente del PP, Pablo Casado (2d); el portavoz nacional de esta formación y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, en la última manifestación contra la ley Celaá. (EFE)
El presidente del PP, Pablo Casado (2d); el portavoz nacional de esta formación y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, en la última manifestación contra la ley Celaá. (EFE)

Antes de que Araceli Hidalgo recibiera la primera inyección de la vacuna contra el coronavirus en España, la clase política ya estaba enfadada, sobre todo el PP, o parte del PP, y esa otra parte del PSOE que entra al trapo a la mínima. La culpa la tuvo una pegatina del Gobierno de España que apareció en las cajas de los lotes con el producto de Pfizer. Que ayer fuera una jornada histórica por lo que ha dicho el ministro Salvador Illa, que es "el comienzo del fin" de la pesadilla del coronavirus, no ha aplacado la hostilidad y el despecho que se profesan los dos principales partidos del país.

Los populares no desplegaron una retahíla de acusaciones y críticas como en otras ocasiones, pero no eludieron algún que otro reproche, esta vez a raíz de la "propaganda" en la que creen que incurre el Ejecutivo al intentar apropiarse de la vacuna. En el Gobierno, sin embargo, fueron taimados. Illa compareció a mediodía para aportar algunos datos de importancia sobre el plan de vacunación, que ha comenzado con 1.750 dosis en todas las autonomías y que continuará este lunes con la distribución de 350.000 más. 4,5 millones de "vacunas" recibirá España de aquí a marzo y el objetivo es inmunizar a más de dos millones de personas.

Foto: Mónica (i) y Araceli (d), las dos primeras españolas en recibir la vacuna del covid. (EFE)

Los números permitieron al ministro de Sanidad asegurar que "es el principio del fin" a pesar de que los contagios mantienen la tendencia al alza y en los hospitales persiste la preocupación por el estado de las UCI. El optimismo, sin embargo, ha tomado la delantera, lo que no es poco después de diez meses durante los que la pandemia ha capitalizado el ánimo del país.

Como es habitual en él, Illa ha escapado de proclamas partidistas, y esa parece que ha sido una orden de Moncloa porque las manifestaciones del presidente y de los demás ministros, preferentemente en Twitter, han evitado apropiaciones políticas. Pedro Sánchez ha incidido en la "etapa esperanzadora" que se abre en España gracias a la vacuna, cuyo reparto y dispensación, en condiciones de igualdad y solvencia, ha garantizado debido a la "fortaleza" del Sistema Nacional de Salud. El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, se ha acordado también de los profesionales de la sanidad y de la ciencia.

Está tan arraigado en el PP que el gabinete de Pedro Sánchez solo busca la propaganda y la manipulación que el líder de la formación, Pablo Casado, ha aprovechado su único tuit de la jornada para advertir de ello. A su juicio, la llegada de la vacuna es "una gran noticia". Aquí termina su complacencia. "La UE coordina su adquisición, las CCAA la administran y el Gobierno debe garantizar su distribución equitativa sin propaganda para atribuirse un éxito que su nefasta gestión no merece", añadió en la red social.

Esas dos palabras, "nefasta" y "gestión", presuponen un intento de recordar que, casi 50.000 fallecimientos después (según los datos oficiales), no puede quedar un solo resquicio de satisfacción en el Ejecutivo de Sánchez. La vicesecretaria de Acción Social del PP y exministra, Ana Pastor, compareció con cámaras de televisión en Pontevedra para insistir en la tentación propagandista del Gobierno, según sus palabras, y para reclamar una gestión "eficaz" del plan de vacunación.

No muchos más altos cargos del Partido Popular encendieron las redes ni se prodigaron en declaraciones altisonantes, lo que no quiere decir que en la formación la idea sea dar una tregua. Tampoco con la vacuna. Desde hace meses se ha instalado en la dirección de Casado la consigna de que a Sánchez no hay que darle espacio para el bombo y el platillo. El líder viajará hoy a Barcelona, una vez más, y es probable que en sus manifestaciones repita el desdén.

La propia Isabel Díaz Ayuso, la única máxima dirigente del PP a escala autonómica que ha convertido la reprobación a Sánchez en su leitmotiv político, lamentó la falta de diligencia del Gobierno en el aeropuerto de Madrid-Barajas, a tenor de su tuit del pasado sábado, nada más hacerse público que en la Comunidad ya está la variante británica del coronavirus. Ayer, al menos en la citada red social, fue más comedida.

placeholder La dirigente del PP y diputada de esta formación Ana Pastor.
La dirigente del PP y diputada de esta formación Ana Pastor.

En el PSOE, la instrucción consiste en intentar taponar los ecos de la oposición del PP. La vicesecretaria del PSOE y portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, lanzó un tuit en estos términos, en respuesta: "Votaron en contra del estado de alarma cuando más falta hacía, intentaron boicotear los fondos europeos para que no llegaran recursos a nuestro país, votaron en contra de los PGE de la recuperación y llevan 24 (horas) despotricando con la llegada de la vacuna... Patriotas de pacotilla". El diputado del PSC en el Congreso José Zaragoza atribuyó a la "rabia" de los populares que procuren hacer campaña en contra de la vacunación.

En Ciudadanos contrastaron las versiones dura, de Toni Cantó, por ejemplo, y blanda, de Inés Arrimadas, que es la líder. El coordinador del partido en la Comunidad Valenciana censuró que el Gobierno esté a la cola en la gestión de la pandemia, pero sí "en cabeza" de las estrategias de propaganda. Nada que ver con el texto que su jefa publicó en Facebook. Además de su alegría por la vacuna y la esperanza que infunde, además del logro de la ciencia que la inyección supone, la diputada por Barcelona hizo un llamamiento a la prevención ciudadana y a apostar por la ciencia.

"Lo importante es invertir en innovación, ciencia e investigación. O lo fundamental que es defender la vigencia del proyecto europeo. O valorar las grandes cosas que somos capaces de hacer cuando nos unimos y cuando la solidaridad y la generosidad se imponen a las divisiones y los egoísmos", añade a continuación. Apenas crítica en su juicio.

No fue el caso de la candidata de JxCat en las próximas elecciones catalanas, Laura Borràs, todavía diputada nacional. Según sus palabras, hasta en la llegada de vacunas hay afán recentralizador del Gobierno.

Araceli Hidaldo, 96 años, pasará a la historia por ser la primera persona a la que inocularon la vacuna contra el coronavirus, un año después de que al Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias, el que dirige Fernando Simón, llegaran las primeras alertas sobre una extraña neumonía cada vez más frecuente en una provincia china. Los dos principales partidos comenzaron en marzo a darse golpes dialécticos por el coronavirus. No parece que la vacuna signifique "el principio del fin" de sus hostilidades.

Antes de que Araceli Hidalgo recibiera la primera inyección de la vacuna contra el coronavirus en España, la clase política ya estaba enfadada, sobre todo el PP, o parte del PP, y esa otra parte del PSOE que entra al trapo a la mínima. La culpa la tuvo una pegatina del Gobierno de España que apareció en las cajas de los lotes con el producto de Pfizer. Que ayer fuera una jornada histórica por lo que ha dicho el ministro Salvador Illa, que es "el comienzo del fin" de la pesadilla del coronavirus, no ha aplacado la hostilidad y el despecho que se profesan los dos principales partidos del país.

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