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Feijóo tensa la batalla del AVE hasta el último minuto
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DISCREPA CON ÁBALOS EN LOS PLAZOS

Feijóo tensa la batalla del AVE hasta el último minuto

La llegada de la alta velocidad dos décadas después no frena la disputa: Ábalos promete que arrancará en 2021 tras ponerlo en duda el presidente gallego

Foto: El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. (EFE)
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. (EFE)

Transcurridas casi dos décadas desde que el Plan Galicia de Aznar pintara sobre el mapa una línea de AVEa Galicia, y tras muchos plazos incumplidos, los gallegos se aproximan a la hora de la verdad de la alta velocidad. Con todas las obras terminadas y los tramos más recientes en pruebas, podía suponerse que la batalla política que ha rodeado la mayor obra pública realizada en la comunidad autónoma decayese, pero no es así. “Galicia no va a tener AVE en 2021”, sentenció Feijóo tras una reunión con el presidente de la Diputación de Ourense, provincia de entrada de la nueva línea. El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, no tardó en desmentirlo, pero la ausencia de una fecha definitiva sirve para prolongar hasta el último minuto la polémica de los plazos.

El Plan Galicia, con el que el Gobierno de José María Aznar trató de aplacar la furia ciudadana por la gestión de la crisis del Prestige, señalaba la finalización de las obras en 2010, pero la fecha se fue moviendo con el paso del tiempo y fue objeto de fuertes controversias entre los Gobiernos de Galicia —con Alberto Núñez Feijóo al frente desde 2009— y central. José Luis Rodríguez Zapatero retrasó el horizonte del AVE al 2012 y posteriormente a 2015, como figuraba en el llamado Pacto del Obradoiro firmado con el ministro gallego José Blanco. Las exigencias de Feijóo bajaron de tono con la llegada de Mariano Rajoy y de la también gallega Ana Pastor como ministra, a pesar de que el plazo se retrasó de nuevo a 2018. Los últimos compromisos ya se aproximaron a 2020 para las obras y 2021 para la puesta en servicio, tal y como mantiene el Gobierno de Pedro Sánchez.

placeholder El ministro de Transportes, José Luis Ábalos. (EFE)
El ministro de Transportes, José Luis Ábalos. (EFE)

Pese a que la inauguración de la línea al completo es cuestión de meses, y con la mayor parte del trazado ya operativo, la Xunta insiste en crear una comisión mixta con el Ministerio de Transportes para supervisar el proyecto y la fase de pruebas. En una visita a la prueba de carga de un viaducto, en el complejo tramo entre Pedralba (Zamora) y Ourense, el ministro contradijo a Feijóo y garantizó la puesta en servicio en 2021, aunque ya no se comprometió a que fuera en junio, como se sostenía hasta ahora. La presidenta del Adif, Isabel Pardo de Vera, consideró “una osadía” dar una fecha concreta para la conclusión de la fase de pruebas, puesto que “puede haber incidencias”, pero mantuvo el segundo semestre del año próximo como horizonte de referencia.

En realidad, algo muy parecido al AVE circula por Galicia desde que en 2011 se estrenó la línea entre Ourense y Santiago, desconectada del resto de la red hacia el Este y que entronca en la capital gallega con el Eje Atlántico en dirección a A Coruña. Del resto, la plataforma y la electrificación en los 101 kilómetros entre Pedralba y Taboadela, a las puertas de Ourense, está pendiente únicamente de remates, como instalaciones de protección civil y elementos para electrificar el tramo de vía única entre esta población y Ourense, a la espera de una futura variante en esta ciudad. Las instalaciones de seguridad, señalización y telecomunicaciones también están terminadas, por lo que las pruebas comenzarán de inmediato.

Foto: Pedro Sánchez y el primer ministro portugués, António Costa. (EFE)

La línea, de 416 kilómetros, arranca en Olmedo —en el tramo Madrid-Segovia-Valladolid— y concluye en Santiago, tras pasar por Zamora y Ourense. El tramo Olmedo-Zamora entró en funcionamiento en octubre de 2016, acortando los tiempos de viaje a Galicia, como ocurrió con la más reciente inauguración del Zamora-Pedralba. Para facilitar su explotación comercial, se cubre con trenes de ancho de vía ibérico entre Ourense y A Coruña, al igual que en el Eje Atlántico A Coruña-Vigo, con la previsión de cambiar al ancho estándar o europeo cuando entre en servicio, como ocurre en el resto de las líneas de alta velocidad españolas. En ese momento, según las previsiones de Adif, Ourense se situará a 2,15 horas de Madrid, Santiago a 2,50, A Coruña a 3,15 y Vigo —cuya conexión a la red es todavía una incógnita— a 3,20.

La finalización del AVE eliminará un clásico de la confrontación política en Galicia, pero hasta que entre en servicio la polémica continuará. “Es bueno no engañar a nadie, pero va a pasar el año santo y no vamos a tener tren de alta velocidad con Madrid por un nuevo retraso”, denunció Feijóo la pasada semana. Lo hizo tras apelar a informes de obras de la propia Xunta. “Estos son los datos y creo que es bueno que los conozca la autoridad provincial", agregó, antes de recordar que el Gobierno de Sánchez ya provocó “otro retraso” en relación con la fecha del fin del AVE, que era 2020.

Ábalos se mostró molesto por las “presiones” a las que, a su juicio, se somete una obra largamente demandada y que ha llegado a ser cuestionada por partidos como Ciudadanos o los nacionalistas catalanes. El ministro declaró la “completa ejecución” de las obras necesarias para la puesta en servicio del AVE el próximo año, calendario que consideró “realista” con la información que le trasladan los técnicos. “No trabajamos como reacción a presiones ni aquí ni en ningún otro lugar, sino por convicción”, aseguró.

Foto: Imagen de archivo de Ábalos, entonces ministro de Fomento, en la línea de AVE Madrid-Galicia, en 2019. (EFE)

La 'conselleira' de Infraestructuras, Ethel Vázquez, presente en el acto, demandó más “agilidad” en las obras, para lo que propuso al ministerio la creación de esa comisión de seguimiento que permitiría a las dos administraciones “abordar conjuntamente” la última fase de las obras del AVE. Ábalos le replicó que el Gobierno trabaja para dar respuesta a “las necesidades de España” y no con “afán de supervisión de lo que hacen las administraciones”.

Los constantes retrasos en los plazos del AVE, a menudo como consecuencia de compromisos temerarios, tuvieron su lado positivo en el que se produjo en 2009, cuando se modificó en profundidad el tramo más complejo de la línea, el que va de Lubián a Ourense. Esa decisión demoró las obras, pero sirvió para diseñar una línea ferroviaria de montaña con los parámetros más avanzados, para alcanzar velocidades de 350 kilómetros por hora. Se trata del tramo de mayor dificultad técnica de cuantos ha acometido Adif Alta Velocidad hasta la fecha, debido a la compleja orografía que domina el macizo central orensano.

Transcurridas casi dos décadas desde que el Plan Galicia de Aznar pintara sobre el mapa una línea de AVEa Galicia, y tras muchos plazos incumplidos, los gallegos se aproximan a la hora de la verdad de la alta velocidad. Con todas las obras terminadas y los tramos más recientes en pruebas, podía suponerse que la batalla política que ha rodeado la mayor obra pública realizada en la comunidad autónoma decayese, pero no es así. “Galicia no va a tener AVE en 2021”, sentenció Feijóo tras una reunión con el presidente de la Diputación de Ourense, provincia de entrada de la nueva línea. El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, no tardó en desmentirlo, pero la ausencia de una fecha definitiva sirve para prolongar hasta el último minuto la polémica de los plazos.

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