La candidatura de Borràs llevará su causa por corrupción a la Justicia catalana

La candidatura de Laura Borràs a la presidencia de la Generalitat tiene otro efecto además del evidente. El anuncio de la elección de la portavoz de JxCAT en el Congreso para aspirar por el partido a la sucesión de Quim Torra al frente de Cataluña no solo la coloca en la carrera por el trono del Palau de la plaza Sant Jaume, también aleja del Tribunal Supremo la causa por corrupción que se sigue en su contra. Su abandono del escaño en la Cámara Baja provocará un cambio de manos en su aforamiento. Del TS, el procedimiento viajará hasta el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Aunque los tiempos de la causa no están pautados, fuentes jurídicas consultadas apuntan a que este es el escenario más probable. En noviembre de 2019, hace ahora un año, la titular del Juzgado de Instrucción 9 de Barcelona se dirigió al alto tribunal para dejar en sus manos el procedimiento que seguía contra la neoconvergente. En concreto, acusaba a Borràs de favorecer la adjudicación de una veintena de contratos irregulares a un amigo, el informático Isaías Herrero, durante un periodo de cuatro años, los transcurridos mientras permaneció al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC). entre los años 2013 y 2017.

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Desde entonces, el procedimiento ha ido avanzando en la Sala de lo Penal del TS. Un mes después de que la magistrada se inhibiera, dada la condición de diputada nacional de la afectada, el Supremo abrió causa en su contra. La acusación no es menor. A Borràs se le atribuyen cuatro delitos —falsedad documental, fraude, prevaricación y malversación de caudales públicos— que llevan aparejados penas de prisión e inhabilitación. El pasado 22 de julio, se produjo el 'paseíllo', con nulas consecuencias. La de JxCAT se negó a declarar.

Desde julio hasta este noviembre, momento en el que la candidatura se ha hecho oficial, el Supremo ha ido avanzando en una serie de diligencias reclamadas por las partes. La defensa de Borràs, que ejerce Gonzalo Boye, solicitó una cadena de pruebas que se encuentran en proceso. Entre otras solicitudes, reclamó un peritaje informático de los trabajos que fueron adjudicados al amigo de Borràs. Antes de realizarlo, se ha pedido que se unan al procedimiento informes que aún están en elaboración y que suponen el análisis de medio millar de correos intercambiados entre los afectados en la presunta trama que se investiga.

No parece posible que el Supremo haya decretado la apertura de juicio oral contra Borràs antes de que se celebren las elecciones catalanas

A dos meses y medio de las elecciones catalanas, previstas para el próximo 14 de febrero, no parece posible que antes de la fecha de los comicios el Supremo haya decretado la apertura de juicio oral contra la candidata. Es ese acto el que determina la competencia. Un acuerdo de la sala estableció que "en las causas con aforados, la resolución judicial que acuerda la apertura del juicio oral constituye el momento en el que queda definitivamente fijada la competencia del tribunal de enjuiciamiento, aunque con posterioridad a dicha fecha se haya perdido la condición de aforado". Es decir, si se decretara antes de que abandonara el escaño, el TS mantendría la competencia para juzgarla. En caso contrario, el asunto pasaría a depender del tribunal catalán.

"Persecución judicial"

Fue precisamente el TSJC el que se encargó de juzgar y condenar al anterior presidente, Quim Torra, ahora inhabilitado. "Que se ocupe un tribunal u otro no es garantía de nada, ni a favor ni en contra", avisan fuentes de su defensa. Algo sí es seguro, el procedimiento judicial, su desarrollo y la lectura que haga del mismo el partido de Borràs serán sin ninguna duda centro de la campaña electoral. Hasta el momento, la portavoz de JxCAT ha defendido en distintas ocasiones que la causa es fruto de una "persecución judicial" contra el independentismo.

Hay que recordar que el factor clave en esta campaña será el martirio. El martirio de los exiliados, el martirio de los presos, etc. En este contexto, el que Borràs tenga una causa pendiente en tribunales españoles, sean los que sean, supone un plus electoral, una baza añadida con la que Laura Borràs puede explotar un determinado victimismo a favor de su figura, según apuntan fuentes del soberanismo catalán. Un factor del que carecerá su más directo rival, el actual presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès (ERC).

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Borràs tiene a su favor que pueda ser la primera presidenta de la Generalitat, otro aspecto a tener en cuenta. Además, Borràs no dejará en solitario el Congreso. Su compañero Jaume Alonso Cuevillas también dejará su escaño, según fuentes de esta formación nacionalista, y se especula sobre si podría acompañarla en las listas catalanas, como parte de la cuota Borràs, quien, tras su aplastante victoria en las primarias, se ha erigido como un poder fáctico dentro de JxCAT.

En este sentido, el reglamento de elección de candidatos favorece a Borràs y va en detrimento del incipiente aparato del partido. Borràs podrá imponer una cuota nada desdeñable de afines que la arropen en el grupo parlamentario que salga escogido de las próximas catalanas.